“El reto que tiene Chile como anfitrión de la COP25 es diseñar una nueva narrativa de la ambición”

19.06.2019 | Entrevistas

En una entrevista con Manuel Pulgar-Vidal abordamos los desafíos que enfrenta Chile en la organización de la próxima Cumbre de Cambio Climático (COP25) que se llevará adelante en diciembre de este año. 


Manuel Pulgar-Vidal, fue Ministro de Ambiente de Perú entre 2011 y 2016, presidió la COP20 que se realizó en Lima en 2014 y fue un hombre clave en las negociaciones que condujeron al Acuerdo Climático de París al año siguiente. Hoy está a cargo de liderar la práctica global de clima y energía de la organización WWF Internacional, desde donde impulsa el debate climático y las acciones prácticas en materia de clima y energía.

Durante su presidencia en la COP de Lima, Pulgar-Vidal impulsó el Llamado de Lima para la Acción Climática, documento que da visibilidad oficial a los actores NO estatales, entre ellos las empresas,  por su rol clave en la movilización de financiamiento para cumplir los objetivos climáticos. La agenda de los actores no estatales ha superado a la COP20 e incluso ha logrado superar las dificultades políticas en los Estados Unidos con la iniciativa “We are still in”, formado por ciudades y empresas, que al contrario del presidenteTrump busca mantenerse en el Acuerdo de París.

Asimismo, en calidad de ex presidente de una COP, y junto a la red de líderes mundiales que presidieron las anteriores cumbres,  se pronunció el año pasado en la COP24, en Katowice, Polonia, en un llamado para incrementar la ambición ya que considera que en los últimos años se ha perdido el “momentum político” logrado en la COP21. “Lo que sucedió en Katowice es un ejemplo de ello”, indica Pulgar Vidal y agrega que “las indefiniciones hasta último momento, la dilatación del cierre de la COP, todo indicó fracaso. Desde lo formal, Katowice fue positivo pero desde el punto de vista de mandar una señal política vino a restar fuerza”. En este sentido, instó a la nueva presidencia de la COP25 ha afrontar el reto de aumentar la ambición.

“El reto que tiene Chile como anfitrión de la COP25 es diseñar una nueva narrativa de la ambición”.

Para Pulgar-Vidal esta narrativa de la ambición significa lograr que países claves como China o India se comprometan a presentar nuevas metas (NDC) más ambiciosas para 2020; alcanzar y superar las metas de financiamiento climático; y lograr que las empresas también suban la vara y se propongan metas alineadas a la ciencia en el escenario de aumento de temperatura más de 1.5 grados.

“La nueva meta narrativa de ambición debe transmitir un sentido de urgencia y debe mostrar las consecuencias masivas de la inacción.  Chile debe liderar el bloque AILAC que conforma junto Perú, Colombia, Guatemala, entre otros, y demostrar su proactividad”.

Finalmente, Manuel Pulgar Vidal destacó que la COP25 es una oportunidad para que Chile muestre sus compromisos climáticos al mundo. “Chile tiene muchas cosas que contarle al mundo, tiene políticas de calidad del aire muy sólidas y ha logrado mejorar la calidad de aire de ciudades como Santiago, acción que le ha merecido premios. Además, tiene políticas muy buenas en relación al precio del carbono, está migrando su transporte público a la electromovilidad y hasta está discutiendo una política de cambio climático.  Hay muchas cosas que puede mostrar Chile indicó, aunque su mayor desafío es generar un acuerdo climático en una América Latina absolutamente fragmentada”.

Para Pulgar Vidal la fragmentación de nuestra región se debe a que se extrapolan las cuestiones ideológicas  al debate climático. “A diferencia de África que trabaja como región y cuyo bloque de negociación es la Unión Africana, en América Latina lamentablemente el debate ideológico permea el debate climático.  Hoy hay tres américas: los países del ALBA con un perfil más socialista, la América Latina de los países que apoyan el libre mercado (México, Argentina, Chile, Colombia y Perú) y Brasil, que es un país continente que, por cierto, ha entrado ahora en una lógica de negacionismo”.

Asimismo, considera que es un éxito que la COP se mantenga en América Latina luego de que Brasil retirara su candidatura para ser anfitrión debido al nuevo perfil presidencial. Para Pulgar-Vidal, el nuevo negacionismo de Brasil, al igual que los populismos en América Latina, deben ser interpretados como una respuesta a ciertas demandas ciudadanas de empleo, de seguridad, de preocupación por la migración. “En el debate climático debemos ser claros cuando decimos que trabajamos para responder a estas demandas. El empleo verde está creciendo y se vuelve un nuevo modelo de crecimiento económico. También trabajamos en seguridades alimentarias, energéticas, etc. Además, estamos trabajando para que las sociedades sean resilientes y evitar procesos migratorios no deseados. Creo que la comunidad climática tiene que mejorar la forma de transmitir este mensaje”.

La entrevista finalizó con una observación sobre las acciones empresarias en la región. Sostuvo que a nivel global las corporaciones están estableciendo metas climáticas en toda su cadena de valor pero que a nivel doméstico las ambiciones son menores. “Lo que sucede en América Latina es que si bien hay algunos espacios de articulación privada a nivel doméstico son modestos en sus metas y ambiciones. Es necesario que estas articulaciones domesticas se den con más fuerza, con metas más ambiciosas. No se podrá cumplir con el Acuerdo de París si no se actúa de manera local y las empresas son clave para esto”.

Entrevista: María Julia Arana

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