La estrategia de Albemarle para impulsar una nueva minería sostenible del litio

06.08.2019 | Entrevistas

Conversamos con Marcelo Valdebenito, Gerente de asuntos públicos de Albemarle, sobre la gestión del salar de Atacama que lleva adelante en articulación estrecha con las comunidades. Valdebenito anunció los planes piloto para reciclar baterías de litio, lo que no ocurriría de manera comercial hasta al menos 10 años más, y respondió ante las críticas del impacto ambiental sobre las cuencas hídricas del salar.


Albemarle es la empresa norteamericana de litio con presencia en Australia, EE.UU., China, Argentina y Chile. Con una historia de casi 40 años en el Salar de Atacama, la empresa se ha distinguido por impulsar la llamada “Nueva Minería del Litio” en Chile que se basa en una estrecha relación con las comunidades vecinas al salar.

En conversación con Marcelo Valdebenito, Gerente de comunicaciones y asuntos públicos de Albemarle, analizamos los detalles del acuerdo inédito que otorgó un 3.5% de las regalías del litio a las comunidades que integran el Consejo de Pueblos Atacameños en el Salar de Atacama.

¿Cómo se llegó a este histórico acuerdo con la comunidad de Atacama?

“Albermarle ha sido pionera en los temas de relacionamiento comunitarios. Desde los años 80 cuando se estableció la empresa en Chile siempre hubo diálogo con las comunidades. Pero el primer paso lo dimos en 2012, con un acuerdo con la comunidad de Peine. Albemarle reconoce que las comunidades atacameñas están hace miles de años en esa tierra y que el salar de Atacama es muy importante para ellos. Para nosotros es importantes estar unidos para proteger el salar y además hacerlos participe de los beneficios de lo que se genere en el salar.

En 2016, se firmó el Acuerdo de Cooperación, Sustentabilidad y Beneficio Mutuo con las 18 comunidades que integran el Consejo de Pueblos Atacameños en el Salar de Atacama.  De ahí surgió que el 3.5% de las ventas que van a las comunidades del salar.  Debo resaltar que tres cuartas partes del acuerdo tienen que ver con la sustentabilidad".

¿Cómo se llegó a este 3.5% de beneficios económicos para las comunidades?

“Ese porcentaje se estableció en articulación y diálogo con las comunidades. La premisa de base era equilibrar la viabilidad al negocio del litio al tiempo que genera mejores condiciones de vida de las comunidades. Son las comunidades las que deciden qué hacer con ese dinero a través de un gobierno comunal que luego rinde cuentas a la comunidad y a nuestra empresa. No es una imposición de la empresa que indica qué hacer con ese dinero, son las comunidades deciden con autodeterminación las que deciden. Luego de varios años de implementar este modelo de trabajo estamos contentos porque los fondos se usan muy bien. Hay un sistema de rendición de cuentas para evitar malos usos y ha demostrado ser muy eficiente”.

¿Ha sido este acuerdo un paso clave para garantizar la licencia social de la empresa en el salar? ¿Es un modelo que pueden seguir otras empresas que busquen esta licencia?

“En lo personal, prefiero hablar del desarrollo de confianza y miradas comunes de futuro. Se puede creer con la falsa premisa de que paganos a la comunidad y que con eso podemos hacer lo que queramos y eso no es así. Hay un dialogo y una confianza construida con la comunidad que se trabaja día a día. Por ejemplo, hay mesas de trabajo todos los meses donde se dialoga como implementar proyectos y se toman decisiones en conjunto.

Realmente somos socios con las comunidades, es un acuerdo que supera la RSE, cambia el paradigma de la relación con las comunidades. Esto es inédito, no ha sucedido en otra empresa de litio o minera y creo que tampoco es un modelo que les sirva a todas, es un modelo que le sirvió a Albemarle y no creo que se pueda aplicar a otras empresas, porque son realidades distintas.

¿Qué opina de las críticas de organizaciones ambientalistas que alertan sobre el impacto de la minería del litio sobre los recursos hídricos de Atacama? ¿Cuál es el impacto de su empresa en zonas de escases hídrica?

““Nosotros no utilizamos agua fresca en el proceso de producción de litio en el Salar de Atacama. Nosotros no podemos usar algo que no sea salmuera, que no es lo mismo que agua no potabilizada o agua salada, porque la salmuera es imposible de utilizar para el consumo humano. Además, el gobierno nos autoriza a utilizar 442 litros de salmuera por segundo, nnuestro gran desafío es aumentar la producción sin ocupar una gota más de salmuera.

Por otro lado, la cuenca del salar de Atacama es analizada regularmente por los modelos hidrogeológicos de Albemarle que se han convertido en un estándar para proyectos similares en la región. Este modelo analiza la recarga hídrica de la cuenca por las lluvias y la extracción de salmuera. Analiza los cambios que el mismo salar tiene en sus niveles hídricos, por la propia dinámica del salar. Estos modelos hidrogeológicos han mostrado que el impacto del litio no es significativo. La clave es compatibilizar el uso de agua fresca entre las comunidades y la industria minera de cobre y el turismo, ahí está el desafío. No hay estudios concluyentes sobre el impacto de la industria del litio sobre la escasez hídrica.  Sin embargo, creemos necesario trabajar este tema con otras industrias, porque pese a que nuestra incidencia es baja nosotros tenemos la responsabilidad de velar por la cuenca porque es el pilar de nuestra producción”.

¿Es posible una producción sustentable del litio?

“Sí, y nuestra producción lo demuestra. Vale aclarar que nuestra empresa no es una minera tradicional. El litio no es un commodity, es un producto con valor agregado, nosotros somos una industria química de especialidad. 

El litio que se produce en el salar de Atacama a partir del uso de la salmuera, se trata de agua que es imposible potabilizar y que nunca podrá ser para consumo humano, hasta el mar se pude desalinizar pero la salmuera no. Nosotros no usamos agua potable en nuestros productos. La salmuera tiene un 0.2% de concentración de litio, después de 18 meses al sol se evapora y se concentra y obtenemos un litio del 6% y ese litio liquido se trata en la planta química La Negra y se produce el carbonato de litio.

Al final de 18 meses quedan en las pozas otras sales y estos residuos también son utilizados para otras industrias. Hay todo una gestión de economía circular porque todo se utiliza.

El éxito de la electromovilidad es generar sistemas sustentables de producción y nuestra misión quiere aportar a eso".

Sobre electromovilidad, ¿cómo se espera que crezca la producción ante los anuncios de las principales marcas de automóviles que están migrando todas sus líneas a la electricidad? ¿Qué sucede con las baterías y sus residuos?

Desde hace unos cinco años, más o menos, que el litio se ha vuelto un insumo clave gracias al fenómeno de la electromovilidad. Un celular puede tener 3 gramos de litio, en cambio un auto puede tener 80 kilos de litio y un bus más de 300 kg de litio. Esto promete un aumento de la demanda, ha generado un boom. Hoy la producción crece a un 21% anual y se espera que para 2030 se demande un millón de toneladas de litio a nivel mundial, hoy estamos recién en 270 toneladas anuales.

El principal desafío de la electromovilidad son los residuos y la pérdida de minerales al desechar las baterías. Por ello, se están desarrollando, de manera piloto, algunas pruebas para reciclar litio desde las baterías de vehículos eléctricos. Sin embargo, estimamos que dentro de unos 10 años más sería un negocio viable dada la vida útil de las baterías".

¿Y en la fabricación de baterías se involucrarán? Tenemos entendido que Bolivia tiene planes para producir sus propias baterías de litio.

“Bolivia está realizando una serie de planes piloto para el desarrollo de la industria del litio. La decisión de colocar una industria en torno del litio es algo que debe decidirse a nivel país, para analizar el mercado, la disponibilidad de tecnología, de científicos, etc. El compromiso de Albemarle con el desarrollo de un ecosistema productivo en torno al litio se mantiene intacto. Hemos cumplido con el 100% de nuestro compromiso de ofrecer hasta el 25% de nuestra producción a un precio preferente a las empresas especializadas que se instalen en Chile. Lamentablemente las tres empresas seleccionadas por Corfo desistieron de seguir adelante. Hay que tener en consideración que la decisión final de instalarse o no depende exclusivamente de las empresas interesadas y va mucho más allá del precio del litio que podamos ofrecer. Hay muchas variables que influyen.

Albemarle aporta, además, US$ 300 millones para investigación y desarrollo hasta 2043, los cuales son administrados por Corfo y que también son un gran aporte para el desarrollo del país".

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