Sector social y privado analizaron los desafíos de las inversiones con impacto en Argentina

02.12.2019 | Tendencias

Ashoka, J.P. Morgan junto con el IAE Escuela de Negocios de la Universidad Austral llevaron adelante el ASN Forum Latinoamérica 2019, debatiendo y exponiendo sobre el futuro de las empresas con propósito en Argentina.


Construir nuevos modelos de negocio que transformen la vida de las personas, es un propósito que cada vez mueve a más empresas y líderes. Generar un mundo de agentes de cambio, que impulsan negocios con propósito y que presentan desafíos en la innovación social son los temas que se trataron en el marco del ASN Forum Latinoamérica 2019 organizado por Ashoka junto a J.P. Morgan, con el apoyo de IAE Escuela de Negocios de la Universidad Austral.

“Transformar la sociedad a través de la formación de personas y valores sociales distintos es un compromiso para nosotros y una discusión en la que queremos estar”, así abrió el encuentro, Rodolfo Rivarola, Decano del IAE Business School de la Universidad Austral.

En un auditorio a sala llena María Mérola invitó a “pensar soluciones que cambien la forma de hacer las cosas”. María Mérola es la Directora Ejecutiva de Ashoka Argentina, Uruguay y Paraguay, organización social que potencia emprendedores sociales innovadores que buscan generar un cambio sistémico. Conforma una red de más de 3500 emprendedores sociales en todo el mundo, entre los cuales se encuentran 2 Premios Nobel de la paz.

A través de su programa de Aceleración, Ashoka Global, ha financiado proyectos por 200 millones de dólares de inversión con este modelo de negocios con propósito promovidos por 100 emprendedores de su red, dispersos alrededor del mundo.

En América Latina, cambiar la forma de hacer las cosas no es una frase hecha: J.P. Morgan, la conocida institución financiera apoya a Ashoka para financiar proyectos de los emprendedores. Facundo Gómez Minujín, Presidente de J.P. Morgan para Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia comentó que “es la primera vez que J.P. Morgan se asocia con una organización enfocada a inversión social, para llevar adelante negocios con propósito social en América Latina. Su meta es que los emprendedores sociales puedan contar con fondos destinados a capacitación laboral que luego genere empleo”. Gómez Minujín afirma que “Vivimos en la región más desigual del mundo, donde más ayuda se necesita. Por eso los fondos que destinamos a donación y que se realizaban de manera desordenada, ahora se centralizarán en proyectos de inversión con propósito, como el Potrero Digital en La Matanza y otras localidades, donde se capacita en tecnología a chicos que no tienen recursos”.

La tecnología: un mundo de oportunidades para la inversión social

Cuando los expertos hablan de Inversión de Impacto, una de las formas de generar inversión sostenible son aquellos emprendimientos enfocados en el acceso a nuevas tecnologías.

La fundación CHICAS EN TECNOLOGÍA es una organización de la sociedad civil argentina, sin fines de lucro que desde 2015 busca reducir la brecha de género en tecnología.

La iniciativa liderada por la emprendedora social de la red Ashoka, Melina Masnatta trabaja en Argentina para que las adolescentes consideren a la tecnología como una aliada para cumplir diferentes propósitos que impacten en sus realidades y comunidades. Existen numerosos motivos para trabajar en este campo:

  • Solo el 6% de las Apps que usamos fueron desarrolladas por mujeres (Equals, 2018)
  • El 16% de mujeres inscriptas durante 5 años en Argentina en carreras vinculadas a programación (Relevamiento Mujeres programadoras, 2017)
  • 2020 van a existir 1.6M de puestos de trabajo vinculados a Tecnología y solo se va a poder cubrir el 25% ( Agenda Digital para la Unión Europea)
  • Sólo el 10% de las mujeres emprendedoras realizan proyectos tecnológicos o vinculados al desarrollo de software (Observatorio de Emprendedores de la Ciudad de Buenos Aires)
  • Las empresas con 3 o más mujeres en la juntas directiva son un 16% más rentables (Catalyst, 2013).
  • Los equipos más diversos son más rápidos, y se ajustan hasta en un 87% más eficientemente en su solución a los problemas cotidianos que intentan resolver (Cloverpop del 2017 )

Otro caso, pero esta vez en Bolivia, es el de Allison Silva Ingeniera en Sistemas pero además emprendedora social de la red Ashoka Bolivia. Su Fundación Emprender Futuro tiene el objetivo de promover, fortalecer y ejecutar actividades de desarrollo en las áreas de las tecnologías de la información y comunicación, emprendimiento e innovación.

En los últimos 4 años, se identificaron 200 empresas con posibilidad de escalar el proyecto y generar oportunidades para dar trabajo a través de la tecnología. El resultado fue un crecimiento del 1000% en los últimos dos años.

El cambio sistémico es parte de la búsqueda de estos proyectos. En Bolivia, hay un importante problema de falta e informalidad del empleo. “No podemos generar desde nuestra empresa millones de empleos pero sí podemos escalar y lograr un efecto multiplicador y sostenible. De eso se trata generar una empresa con sentido, que impacte en otras”, afirma Allison quien dirige esta fundación en Bolivia.

La tecnología es una herramienta que escala proyectos y cuyo origen muchas veces, proviene de motivaciones personales. Es el caso de USOUND, una empresa de inversión social que nació de la mano de Gonzalo Simons en Jujuy, con el objetivo de ayudar a un amigo que estaba perdiendo la audición y no podía acceder a un audífono para seguir con sus clases. Pero una vez más, la tecnología brindó una opción “sí teníamos un Smartphone e intentamos crear un asistente auditivo para nuestro amigo”. Finalmente lo lograron y pudieron escalar el proyecto generando una inversión con propósito social, y en especial, lograr que su amigo usando esta nueva aplicación, pudiera seguir con sus clases.

“Podemos escalar, pero nunca olvidar el origen del proyecto. Ahora ya tenemos medio millón de personas detectadas con este problema y un gran porcentaje de ellos puede usar esta tecnología”, comenta Gonzalo con mucha expectativa en seguir creciendo con su empresa de tecnología médica.

Paula Cardenau es Co fundadora y Directora de Njambre y Arbusta y tiene un objetivo muy claro: cambiar las reglas del juego.

Arbusta su más reciente negocio, es una PYME en la que el 95% de su equipo (300 personas) no tenía formación técnica, proviene de barrios populares y viven en vulnerabilidad social y económica. Arbusta brinda servicios tecnológicos a empresas.  “Hoy hay 20 millones de jóvenes en LATAM que no pueden acceder al trabajo. La tecnología crece y se puede trabajar en ello sin formación académica. Nosotros somos una organización que logró sacarse las etiquetas, y apunta a ser la mejor empresa de servicios tecnológicos en LATAM. A la mayoría de los chicos que trabajan en Arbusta los vienen a buscar para trabajar en empresas del rubro y esto no lo hubiésemos imaginado dos años atrás”, comenta Paula.

Articulación: es fundamental el rol del estado.

¿Por qué los emprendedores impactan en la sociedad? Porque ellos pueden incidir en políticas públicas y generar un cambio de mentalidad. Pero no pueden hacerlo solos, es necesario generar agentes de cambio para que cada individuo reconozca su potencial y contribuya a una sociedad más inclusiva.

Matias Kelly, fundador de Sumatoria y Secretario de Economía Social del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación, opina que “cuando hablamos de inversión social nos referimos a inversión y a filantropía. En el medio, hay cosas que equilibran la rentabilidad e impacto y los riesgos. El problema en Argentina es que la escala de estos proyectos es baja. Las empresas B son 100, hay 50 emprendedores sociales, pero estas cifras siguen siendo bajas y eso no atrae fondos de inversión de impacto”.

El asunto es cómo generar inversores o empresas tradicionales que produzcan de manera social. En Argentina hay 5 millones de personas en sectores populares que requieren de inversiones culturales, hábitat y servicios como el agua. Esto representa oportunidades de inversiones de impacto y que esta parte de la población transite hacia otro tipo de economía de popular a social y con recursos y valores. Desde el Ministerio se trabaja para desarrollar estos modelos, con subsidios. Pero el objetivo es identificar a esas personas y llevarlos a una figura de sujetos de crédito. Para ello se requiere captar vehículos de diálogo para facilitar la inversión. Matías sostiene que “todo no puede ser inversión de impacto o empresa social. En algunos casos los Micro préstamos son una herramienta que va evaluando si es viable o no financiar ese proyecto y si no es viable, se convierte en una acción filantrópica”.

Sumatoria es una plataforma que vincula a prestadores solidarios con microempresarios. De esta manera desarrollan un sitio que le permite a microempresarios financiar sus proyectos a través de préstamos "sin interés", otorgados de manera directa por cualquier persona. De esta forma todos suman para el crecimiento de las micro finanzas en la región.

El desafío es estandarizar tableros de control de y medir esas inversiones de impacto de manera comprensible, a través de parámetros sociales de inversión.

En Argentina hay un presupuesto de 60 mil millones de pesos en la cartera de Desarrollo Social. Hay pocas ONGs que reciben este presupuesto ya que hay normas y leyes que dan marco para que se pueda hacer este tipo de inversiones. El gran desafío es alejar la burocracia que frena el desempeño de las inversiones sociales y ejecutar ese presupuesto de manera de escalar estos emprendimientos.

Alberto Willi, Director Académico de Programa EMBA y Profesor Asociado del Área Académica Empresa, Sociedad y Economía de IAE, concluyó que “el desafío que tenemos por delante es no encasillar estos nuevos modelos de negocio en algo lindo o deseable pero que es chico y para pocos. Necesitamos aprender cómo integrarlo en los modelos clásicos, y tender a modelos híbridos, de triple resultado, con escala y acceso al financiamiento. Que Ashoka, JP Morgan y el IAE se hayan reunido para esto es una buena noticia en esta dirección, la de crear lenguajes comunes, y ayudar a construir puentes”.

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