OIT

Un mayor acceso a la enseñanza superior no se traduce en más y mejores empleos

04.12.2015 | RRHH

El nivel de educación de la fuerza de trabajo está aumentando en todo el mundo, pero el acceso a la enseñanza superior no produce una disminución del desempleo a nivel mundial, constató la 9.a edición de los “Indicadores Clave del Mercado de Trabajo” (KILM) de la OIT.


Según la última edición de los KILM, que forma parte de la base de datos central de la OIT (ILOSTAT ), sólo dos de los 64 países con datos disponibles registraron un incremento en la proporción de la fuerza laboral con estudios superiores en los últimos 15 años. Los mayores aumentos fueron observados en Canadá, Luxemburgo y Rusia.

Al mismo tiempo, se constató una caída en la proporción de la población activa con tan sólo un nivel de educación primaria o inferior.

¿Dónde un nivel más alto de educación se traduce en mayor productividad?

“Esta es una evolución positiva para los individuos, ya que los trabajadores más instruidos tienden a recibir mayores ingresos y obtener mejores condiciones de trabajo”, declaró Steven Kapsos, Jefe de la Unidad de Producción y Análisis de Datos del Departamento de Estadística la OIT. “Pero también constituye un progreso a nivel nacional y mundial, ya que hay una estrecha correlación entre los niveles de educación de la fuerza de trabajo y los niveles nacionales de productividad del trabajo”.

No obstante, esto no significa que los trabajadores con estudios superiores tengan automáticamente mejores oportunidades de encontrar un empleo. Si bien en la mayoría de las economías de altos ingresos, es menos probable que los licenciados en educación superior estén desempleados, en las economías de ingresos bajos y medianos bajos, tienen mayores probabilidades de figurar entre los desempleados que los trabajadores con niveles de educación más bajos.

“Esto refleja un desajuste entre las personas cualificadas y el número de empleos disponibles que correspondan con sus competencias y expectativas y, si no se corrige, este desajuste podría frenar el crecimiento económico y el desarrollo”, declaró Rosina Gammarano, del Departamento de Estadística de la OIT.

Empleo juvenil y desigualdad de género

El informe KILM presenta además las cifras de la proporción de jóvenes que no trabajan, ni estudian, ni reciben formación (NiNi), uno de los indicadores propuestos que serán utilizados para supervisar la puesta en práctica del Objetivo 8 y de su meta específica sobre los NiNi de la Agenda 2030 de Desarrollo Sostenible .

Los KILM muestran que los países donde aumentó el número de NiNi en los últimos años son todas economías de altos ingresos particularmente afectadas por la crisis financiera mundial, como Chipre, Irlanda, Italia, Grecia y España.

Por el contrario, los países que registraron la mayor disminución del número de NiNi son en su mayoría economías de ingresos medianos altos, como Bulgaria, o países de ingresos bajos, como Camboya.

Además, persiste la desigualdad entre hombres y mujeres en la mayoría de los países en desarrollo de los que se dispone de datos, con un porcentaje de mujeres jóvenes NiNi que, por ejemplo, supera el 40 por ciento en Egiptofrente a 17,3 por ciento para los hombres jóvenes.

Esta edición incluye cuatro indicadores que analizan directamente el vínculo entre la educación y los mercados laborales.

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