Demanda de Acción Colectiva contra Novartis por disciminación

28.06.2011 | Mundo

La farmacéutica suiza Novartis se enfrenta desde la semana última un juicio en Nueva York en el que se la acusa de aplicar durante años políticas de empresa sexistas contra las empleadas comerciales que tiene en Estados Unidos. El proceso judicial se desencadenó con la presentación de una demanda por parte de unas 5.600 mujeres, que buscan una compensación conjunta de 200 millones de dólares por las políticas de discriminación que a su juicio aplica la farmacéutica y que hace que haya, por ejemplo, diferencias salariales entre hombres y mujeres. "Novartis cree que las reivindicaciones de las demandantes carecen de fundamento y está en total desacuerdo con las acusaciones presentadas en la demanda, por lo que deseamos defender nuestro caso en los tribunales", dijo hoy la compañía en un breve comunicado. Por su parte, el abogado de Novartis, Richard Schnadig, negó las acusaciones de las empleadas, que son parte de los 14.000 trabajadores que la compañía tiene en Estados Unidos, y aseguró que la empresa lleva a cabo políticas "justas, decentes y responsables" hacia todos sus empleados.


 

La representante de las demandantes, Katherine Kimpel, abrió hoy el juicio con sus argumentos iniciales, en los que, según medios locales, aseguró que las trabajadoras de Novartis no disfrutan de las mismas oportunidades laborales que sus colegas y que incluso reciben un trato vejatorio si deciden tomar la baja por maternidad.
"Novartis dice una cosa sobre el papel y luego hace otra muy distinta en la realidad. La compañía sabía que existía un problema y no ha hecho nada por solucionarlo", dijo Kimpel ante el juez que lleva el caso y añadió que las mujeres cobran sueldos diferentes a los hombres y les es difícil ascender en la empresa.
La abogada recordó así que un informe de una consultoría externa fechado en 2003 detallaba prácticas discriminatorias por parte del departamento de recursos humanos de Novartis, pero los responsables de la farmacéutica no reaccionaron y la situación ha persistido.
Kimpel puso varios ejemplos ante el jurado de lo que consideró prácticas sexistas en el puesto de trabajo e incluso aseguró que algunas mujeres fueron víctimas de acoso sexual por parte de sus superiores.
La abogada detalló cómo Novartis tardó en despedir más de dos años al encargado de un departamento de la compañía que enseñó pornografía a sus subordinadas, se refería a las mujeres como "putas" y explicaba que las esposas "sólo valían para fregar, planchar y mantener relaciones sexuales".
Por su parte, el abogado de Novartis, Richard Schnadig, negó las acusaciones de las empleadas, que son parte de los 14.000 trabajadores que la compañía tiene en Estados Unidos, y aseguró que la empresa lleva a cabo políticas "justas, decentes y responsables" hacia todos sus empleados.
Schnadig reconoció que el 70% de los puestos de responsabilidad en la compañía están ocupados por hombres y aseguró que ese hecho se debe en buena medida a la obligatoriedad de un curso de formación de tres meses en la sede central de la empresa en Nueva Jersey que muchas mujeres son reticentes a seguir.
Además el abogado explicó que muchas de las demandantes jamás se quejaron de las condiciones laborales que vivían mientras estaban empleadas y anunció que varias mujeres que ocupan puestos ejecutivos acudirán a testificar en un juicio que se prevé dure varias semanas.
La abogada de las empleadas,Katherine Kimpel, cuya demandante principal es Amy Vélez, quien trabajó en Novartis entre 1997 y 2004, informó de que llamaría a testificar a catorce mujeres, según informó la agencia EFE.
Kimpel ya había representado a estudiantes de todo el estado de Connecticut en una acción de clase contra la estructura del Estado acusándolo de no financiar la educación.

La representante de las demandantes, Katherine Kimpel, abrió hoy el juicio con sus argumentos iniciales, en los que, según medios locales, aseguró que las trabajadoras de Novartis no disfrutan de las mismas oportunidades laborales que sus colegas y que incluso reciben un trato vejatorio si deciden tomar la baja por maternidad.
"Novartis dice una cosa sobre el papel y luego hace otra muy distinta en la realidad. La compañía sabía que existía un problema y no ha hecho nada por solucionarlo", dijo Kimpel ante el juez que lleva el caso y añadió que las mujeres cobran sueldos diferentes a los hombres y les es difícil ascender en la empresa.
La abogada recordó así que un informe de una consultoría externa fechado en 2003 detallaba prácticas discriminatorias por parte del departamento de recursos humanos de Novartis, pero los responsables de la farmacéutica no reaccionaron y la situación ha persistido.

Kimpel puso varios ejemplos ante el jurado de lo que consideró prácticas sexistas en el puesto de trabajo e incluso aseguró que algunas mujeres fueron víctimas de acoso sexual por parte de sus superiores.
La abogada detalló cómo Novartis tardó en despedir más de dos años al encargado de un departamento de la compañía que enseñó pornografía a sus subordinadas, se refería a las mujeres como "putas" y explicaba que las esposas "sólo valían para fregar, planchar y mantener relaciones sexuales".
Por su parte, el abogado de Novartis, Richard Schnadig, negó las acusaciones de las empleadas, que son parte de los 14.000 trabajadores que la compañía tiene en Estados Unidos, y aseguró que la empresa lleva a cabo políticas "justas, decentes y responsables" hacia todos sus empleados.

Schnadig reconoció que el 70% de los puestos de responsabilidad en la compañía están ocupados por hombres y aseguró que ese hecho se debe en buena medida a la obligatoriedad de un curso de formación de tres meses en la sede central de la empresa en Nueva Jersey que muchas mujeres son reticentes a seguir.
Además el abogado explicó que muchas de las demandantes jamás se quejaron de las condiciones laborales que vivían mientras estaban empleadas y anunció que varias mujeres que ocupan puestos ejecutivos acudirán a testificar en un juicio que se prevé dure varias semanas.

La abogada de las empleadas,Katherine Kimpel, cuya demandante principal es Amy Vélez, quien trabajó en Novartis entre 1997 y 2004, informó de que llamaría a testificar a catorce mujeres, según informó la agencia EFE.
Kimpel ya había representado a estudiantes de todo el estado de Connecticut en una acción de clase contra la estructura del Estado acusándolo de no financiar la educación.