Empresa acusada por ocultar riesgos en medicinas

28.06.2011 | Mundo

Un informe del Senado de los Estados Unidos publicado en febrero destacó que la empresa farmacéutica GlaxoSmithKline sabía de los riesgos potenciales de sufrir un ataque cardíaco que conllevaba el consumo de Avandia, su medicina contra la diabetes, años antes de que esas evidencias salieran a la luz. Según informa un cable de la agencia Associated Press el senador Max Baucus, presidente de la Comisión de Finanzas del Senado y Chuck Grassley, el legislador republicano de más alto nivel en la comisión, dieron a conocer  el informe que se emitió luego de una investigación de dos años. GlaxoSmithKline indicó en un comunicado que su medicamento es seguro para su utilización. Asimismo, indicó que el informe de la comisión tomó información fuera de contexto de los análisis sobre Avandia.


 

Avandia, el medicamento cuestionado
Asimismo, los legisladores preguntaron a la Dirección Federal de Alimentos y Fármacos (FDA por sus siglas en inglés) por qué autorizó que continuaran las pruebas clínicas con Avandia a pesar que la oficina calculó que el fármaco provocó 83 mil infartos entre 1999 y el 2007.
Basados en su conocimiento de los riesgos de posibles ataques al corazón GlaxoSmithKline "tenía el deber de advertir de manera suficiente a los pacientes y a la FDA sobre este tema a tiempo", indicó el informe.
En vez de ello, la empresa intentó minimizar los hallazgos de que el medicamento podría incrementar los riesgos de una enfermedad cardiovascular y también intentó minimizar los hallazgos de que un fármaco rival podía reducir esos riesgos, indica el informe.
En mayo del 2007, el New England Journal of Medicine publicó un análisis de decenas de estudios sobre un universo de casi 28 mil personas que habían tomado Avandia.
La revista indicó que los pacientes que consumieron el fármaco Avandia tuvieron un riesgo 43% mayor en sufrir un ataque al corazón que las personas que tomaban otras medicinas contra la diabetes o ningún medicamento.
La petición de Baucus y Grassley no es la primera que llega a los despachos de la FDA desde que el 21 de mayo de 2007 saltara la liebre gracias a un trabajo publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine'. En él, Steven Nissen, cardiólogo de la Clínica Cleveland, mostraba que los pacientes que consumían este antidiabético tenían más riesgo de infarto.
Más de tres años después, Nissen ha revelado datos interesantes de las presiones recibidas en los días previos a la aparición de su artículo. Según relata el diario The New York Times y recoge el El Mundo de España, el 10 de mayo de 2007 Nissen tuvo una reunión con cuatro ejecutivos de GlaxoSmithKline en la cuál trataron de persuadirlo para que no hiciera pública su investigación.

Avandia, el medicamento cuestionado
Asimismo, los legisladores preguntaron a la Dirección Federal de Alimentos y Fármacos (FDA por sus siglas en inglés) por qué autorizó que continuaran las pruebas clínicas con Avandia a pesar que la oficina calculó que el fármaco provocó 83 mil infartos entre 1999 y el 2007.Basados en su conocimiento de los riesgos de posibles ataques al corazón GlaxoSmithKline "tenía el deber de advertir de manera suficiente a los pacientes y a la FDA sobre este tema a tiempo", indicó el informe.

En vez de ello, la empresa intentó minimizar los hallazgos de que el medicamento podría incrementar los riesgos de una enfermedad cardiovascular y también intentó minimizar los hallazgos de que un fármaco rival podía reducir esos riesgos, indica el informe.
En mayo del 2007, el New England Journal of Medicine publicó un análisis de decenas de estudios sobre un universo de casi 28 mil personas que habían tomado Avandia.

La revista indicó que los pacientes que consumieron el fármaco Avandia tuvieron un riesgo 43% mayor en sufrir un ataque al corazón que las personas que tomaban otras medicinas contra la diabetes o ningún medicamento.
La petición de Baucus y Grassley no es la primera que llega a los despachos de la FDA desde que el 21 de mayo de 2007 saltara la liebre gracias a un trabajo publicado en la revista 'The New England Journal of Medicine'. En él, Steven Nissen, cardiólogo de la Clínica Cleveland, mostraba que los pacientes que consumían este antidiabético tenían más riesgo de infarto.

Más de tres años después, Nissen ha revelado datos interesantes de las presiones recibidas en los días previos a la aparición de su artículo. Según relata el diario The New York Times y recoge el El Mundo de España, el 10 de mayo de 2007 Nissen tuvo una reunión con cuatro ejecutivos de GlaxoSmithKline en la cuál trataron de persuadirlo para que no hiciera pública su investigación.