La labor humanitaria de un “puentero” que articula personas, empresas y gobiernos

22.03.2013 | Contratapa

Tenaris y Ternium organizaron un evento para presentar y difundir las acciones de Tony “el suizo” Ruttimann,  que desde hace más de 20 años viene desarrollando una importante labor humanitaria por medio de la construcción de puentes que ha beneficiado a más de un millón de campesinos pobres, desde Ecuador, Colombia, México, Honduras, a Vietnam, Laos, Camboya, y  Myanmar (ex Birmania).


Toni Ruttimann “El Suizo” es conocido como el “puentero” ya que ha dedicado los últimos 20 años a construir más de 600 puentes en zonas más pobres y con la ayuda del trabajo de cada comunidad afectada. 

En el auditorio de la empresa Toni contó su experiencia que inició en solitario y que con el tiempo fue logrando el apoyo de gobiernos y empresas, entre ellas Tenaris y Ternium.

La historia comienza cuando en 1987 la televisión transmitió las imágenes de un terremoto en Ecuador, Toni se conmovió tanto que juntó sus ahorros y decidió a viajar a esta zona para ayudar a los pobladores.

Enseguida notó que uno de los problemas que él podía ayudar a paliar era la falta de comunicación y movilidad por la caída de los puentes. Así, decidió volver a construirlos. 

Toni relata que fue clave el involucramiento de los habitantes de las comunidades afectadas ya que sin ellos no se hubieran podido conseguir los materiales y levantar los casi 100 puentes que construyeron en la zona.  Junto a su compañero de travesia, Walter Yañez, que oficiaba de soldador atravesaba el territorio ecuatoriano para pedir a las empresas petroleras de la zona que donaran los cables usados, tubos acero de descarte y el cemento que les sobraba.

Conviviendo con los habitantes del lugar afectado, diseñó un sistema según el cual serían los pobladores quienes harían las excavaciones, cargarían la arena y piedra del río para las bases del puente, traerían madera de los bosques para la cubierta del puente, mientras que  él se encargaría de pedir a las empresas el material. Walter terminó convirtiéndose en su mano derecha, y lo acompañó en el proceso tanto en  Ecuador como  Colombia, Honduras,  Nicaragua, Costa Rica, México y el primer puente bi-nacional que une El Salvador y Honduras.

En una de sus visitas a Suiza conoce un refugiado camboyano quien le cuenta la situación en su país de origen y, con su ayuda, en dos semanas logra el permiso del gobierno para empezar su trabajo. No conforme con Camboya, decide colaborar en otras regiones de Asia y hoy ya existen puentes en Camboya, Vietnam, Laos y Myanmar.

En el medio de su recorrido una enfermedad paraliza su cuerpo por dos años y, según sus palabras, “la suerte de su catástrofe” fue el diseño de un programa digitalizado que sistematiza la información y en minutos genera los datos necesarios para realizar un puente.Con los años fue ganando apoyo de gobiernos, empresas y personas en todo el mundo. 

Desde 2005 Tenaris y Tenarium son los principales contribuyentes de tubos y placas de acero utilizadas en los puentes. En 2006, junto a la empresa contruyeron un puente entre Argentina y Bolivia, en Tartagal.

Con la simpleza que lo caracteriza, agradeció la ayuda de todos los que colaboran con su proyeco sin pedir nada a cambio y recordó que volvería a hacer todo solo por poder ayudar a una sola persona. Lo cierto es que en todos sus años de trabajo solidario  se vieron beneficiadas más de dos millón de personas.