La Responsabilidad Social Empresaria en tiempos de crisis

25.10.2011 | Destacadas

El jueves 9 de septiembre de 2004 se presentó en la Fundación Carlos Pellegrini un nuevo seminario del ciclo sobre "Política y Sociedad". Este encuentro tuvo como disertante a la doctora Beatriz Balian y su investigación "La responsabilidad social empresaria en tiempos de crisis".


 

Para comenzar, Balian señala que el comportamiento empresarial presenta actualmente nuevas ideas. Además del valor largamente dominante de maximización de beneficios económicos, surge la idea de la empresa como servicio a la sociedad para una mejor calidad de vida, explica.
Así, la responsabilidad social empresaria aparece como un concepto mediador entre los negocios y la ética, que puede ser pensado desde diferentes perspectivas: como tema de investigación, como bien deseable, como una estrategia favorable de acción, como una cuestión ética, o también como una cuestión religiosa. Balian afirma entonces: "La noción de la responsabilidad social empresaria es, por lo tanto, multidimensional; es un concepto ambiguo e impreciso".
Además, la disertante destaca que en los últimos tiempos se produjo un cambio en la manera de concebir la responsabilidad social empresaria. Se pasó de pensarla en términos de beneficencia, o de filantropía tradicional, para pasar a concebir las acciones de responsabilidad social empresaria como parte de la gestión estratégica 
interna y externa de la empresa.
Balian explica que la responsabilidad social empresaria cobró creciente importancia en estos últimos años. Con la globalización, advierte, el comportamiento empresarial adquiere mayor visibilidad. La comunidad comienza a estar pendiente de las acciones de las empresas, apoyándose en tres pilares: "el medio ambiente, la reputación interna y externa, y las respuestas dadas a la comunidad" enumera.
En el plano internacional, algunos ámbitos donde se trata este tema son: el Pacto Global, Ethos (Brasil) y Business Social Responsibility (USA). A nivel nacional, pueden mencionarse AMCHAM, IDEA, IARSE y algunas universidades.
La expositora plantea la responsabilidad social empresaria como "un comportamiento orientado a objetivos, que se ubica entre la obediencia y la libertad". La obediencia se refiere al acatamiento o la conformidad, mientras que la libertad a la idea autonomía y creatividad.
La responsabilidad empresaria, según Balian, podrá presentar distintos niveles, teniendo en cuenta que se trata de "satisfacer o exceder las expectativas legales y éticas que la sociedad requiere". Los niveles oscilan desde aquellas empresas que realizan únicamente una administración efectiva de los negocios, cumplen con la ley, mantienen buenas relaciones los empleados, clientes, inversionistas, hacen investigación y desarrollo; hasta las que además realizan programas de salud y desarrollo social orientados a la promoción del bien común.
Balian caracteriza el comportamiento empresarial según la orientación y el significado de sus acciones. El eje orientación distingue dos dimensiones, una dirigida al bien privado (empleados, inversionistas, etc) y el otro al bien público (comunidad).
El eje referido a las acciones distingue la que se hace "por interés" y la que se hace "por principios".
La primera se refiere al "valor económico de lo moral" y la segunda al "valor moral en lo económico". La combinación de estos diferentes conceptos da lugar a cuatro tipos de comportamiento empresarial:
1. Búsqueda de imagen: se refiere al desarrollo de acciones para la comunidad, a fin de buscar una posición reconocida, que pueda contribuir a un mejor desempeño de la empresa.
2. Interés comercial estricto: Se trata de una visión limitada al propio negocio, tomando lo estrictamente necesario del entorno externo.
3.Vocación por los negocios: es el accionar empresario desde la idea que el ámbito económico puede tener un origen vocacional, "un llamado", que impulsa a esforzarse, por él, amar el trabajo fatigoso y gozar al ofrecerlo a la vida pública, según lo señala Michael Novack.
4. Compromiso con la sociedad: se trata del descubrimiento y efectivización de valores sociales en el accionar empresario que les permite abrirse a organizaciones sociales según el planteamiento de R. Kanter.
El esquema presentado es el siguiente:
Comportamiento empresarial: orientación y significado de las acciones
  Hacia el bien público
  1.Búsqueda de Imagen 4. Compromiso con la sociedad  
Por 
Interés Por Principios
2.Interés Comercial Estricto
3. Vocación por los negocios
   
Hacia el bien privado
Para ejemplificar empíricamente el tema, Balian presentó una investigación, surgida de talleres con alumnos de Administración de Empresas, que se llevó a cabo entre 147 empresas radicadas en la Argentina, de diferentes rubros y tamaños en el segundo semestre del 2002. Este estudio permitió presentar las siguientes conclusiones:
En primera instancia, las empresas más grandes poseen un comportamiento consistente: cumplen con exigencias básicas (fiscales, de personal, ambientales) y realizan actividad comunitaria.
En segunda instancia, se advirtió que tanto las grandes como las pequeñas empresas presentan un cierto grado de involucramiento en situaciones que en la mayor parte de los casos se refieren a vulnerabilidad o debilidad social. "En las pequeñas compañías, la acción voluntaria aparece orientada por un marco de relaciones interpersonales, mientras que en las grandes empresas el aporte comunitario está orientado por lineamientos formales" distingue Balian. A excepción de las empresas más chicas (hasta 9 empleados) se pudo observar que las actividades comunitarias se acrecientan a mayor número de empleados.
En tercer lugar, se observó que empresas pequeñas que contribuían a la comunidad con diferentes aportes, no cumplían con sus exigencias legales básicas.
Por último, el análisis de los beneficiarios de los apoyos empresariales permitió observar que en un 47% corresponde a organizaciones tradicionales, como pueden ser los hospitales, las escuelas, las cooperadoras; en un 39% a organizaciones más nuevas, como los comedores, las fundaciones, las organizaciones no gubernamentales; y en un 14% a la comunidad en general. En cuanto a los tipos de apoyo se observó que un 29% corresponde a servicios (por ejemplo cuidado de lugares públicos) , otro 29% se refiere a contribuciones de dinero y un 42% implica el aporte de bienes (alimentos, ropa, materiales, etc).
El tipo de apoyos se presenta en tres perfiles diferentes: atomizado (pequeñas ayudas a una multiplicidad de asociaciones), simbólico (ayudas acostumbradas) y concentrado (focalización en un tema o asociación). Las dos primeras podrían interpretarse como ayudas benéficas y la otra como filantropía estratégica.
Dado el contexto de crisis en el que se realizó el estudio, se indagó acerca del comportamiento de los directivos en relación al concepto de resiliencia ("hacer las cosas bien pese a circunstancias adversas"). En relación a las condiciones que favorecen los comportamientos resilientes la disertante señala que entre los directivos consultados los rasgos más destacados son la fuerte autoestima y el apoyo familiar, mientras que los aspectos más débiles se refieren a aspectos psicológicos y espirituales. La disertante puntualiza que la búsqueda de un sentido trascendente aparece directamente asociado a un mayor grado de práctica religiosa. El resto de los rasgos de comportamientos resilientes no mostró ninguna asociación con el sexo o la edad.
Por último, Balian subraya la importancia de asumir la responsabilidad como integrantes de un todo, como miembros activos de la sociedad en la que estamos todos insertos. Esto es, no dejar que los deberes que deben cumplir las compañías quiten la iniciativa a otros de contribuir con la comunidad y con quienes requieren ayuda.. Balian afirma que "muchas veces quizás se presiona demasiado sobre las empresas y queda poco espacio para comportamientos más activos de las organizaciones de la comunidad o del Estado, en lugar de buscar un diálogo constructivo entre los distintos sectores" .
Beatriz Balian de Tagtachian es Doctora en Sociología por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Fue directora del Departamento de Sociología, y Vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCA. Actualmente, es directora del Centro de Investigaciones Sociológicas de esa Facultad y es docente de carreras de grado y Posgrado.
(Fuente: Fundación Carlos Pellegrini)

Para comenzar, Balian señala que el comportamiento empresarial presenta actualmente nuevas ideas. Además del valor largamente dominante de maximización de beneficios económicos, surge la idea de la empresa como servicio a la sociedad para una mejor calidad de vida, explica.

Así, la responsabilidad social empresaria aparece como un concepto mediador entre los negocios y la ética, que puede ser pensado desde diferentes perspectivas: como tema de investigación, como bien deseable, como una estrategia favorable de acción, como una cuestión ética, o también como una cuestión religiosa. Balian afirma entonces: "La noción de la responsabilidad social empresaria es, por lo tanto, multidimensional; es un concepto ambiguo e impreciso".
Además, la disertante destaca que en los últimos tiempos se produjo un cambio en la manera de concebir la responsabilidad social empresaria. Se pasó de pensarla en términos de beneficencia, o de filantropía tradicional, para pasar a concebir las acciones de responsabilidad social empresaria como parte de la gestión estratégica interna y externa de la empresa.
Balian explica que la responsabilidad social empresaria cobró creciente importancia en estos últimos años. Con la globalización, advierte, el comportamiento empresarial adquiere mayor visibilidad. La comunidad comienza a estar pendiente de las acciones de las empresas, apoyándose en tres pilares: "el medio ambiente, la reputación interna y externa, y las respuestas dadas a la comunidad" enumera.
En el plano internacional, algunos ámbitos donde se trata este tema son: el Pacto Global, Ethos (Brasil) y Business Social Responsibility (USA). A nivel nacional, pueden mencionarse AMCHAM, IDEA, IARSE y algunas universidades.
La expositora plantea la responsabilidad social empresaria como "un comportamiento orientado a objetivos, que se ubica entre la obediencia y la libertad". La obediencia se refiere al acatamiento o la conformidad, mientras que la libertad a la idea autonomía y creatividad.

La responsabilidad empresaria, según Balian, podrá presentar distintos niveles, teniendo en cuenta que se trata de "satisfacer o exceder las expectativas legales y éticas que la sociedad requiere". Los niveles oscilan desde aquellas empresas que realizan únicamente una administración efectiva de los negocios, cumplen con la ley, mantienen buenas relaciones los empleados, clientes, inversionistas, hacen investigación y desarrollo; hasta las que además realizan programas de salud y desarrollo social orientados a la promoción del bien común.
Balian caracteriza el comportamiento empresarial según la orientación y el significado de sus acciones. El eje orientación distingue dos dimensiones, una dirigida al bien privado (empleados, inversionistas, etc) y el otro al bien público (comunidad).

El eje referido a las acciones distingue la que se hace "por interés" y la que se hace "por principios".
La primera se refiere al "valor económico de lo moral" y la segunda al "valor moral en lo económico". La combinación de estos diferentes conceptos da lugar a cuatro tipos de comportamiento empresarial:
1. Búsqueda de imagen: se refiere al desarrollo de acciones para la comunidad, a fin de buscar una posición reconocida, que pueda contribuir a un mejor desempeño de la empresa.
2. Interés comercial estricto: Se trata de una visión limitada al propio negocio, tomando lo estrictamente necesario del entorno externo.
3.Vocación por los negocios: es el accionar empresario desde la idea que el ámbito económico puede tener un origen vocacional, "un llamado", que impulsa a esforzarse, por él, amar el trabajo fatigoso y gozar al ofrecerlo a la vida pública, según lo señala Michael Novack.
4. Compromiso con la sociedad: se trata del descubrimiento y efectivización de valores sociales en el accionar empresario que les permite abrirse a organizaciones sociales según el planteamiento de R. Kanter.
El esquema presentado es el siguiente:

Comportamiento empresarial: orientación y significado de las acciones  Hacia el bien público  1.Búsqueda de Imagen 4. Compromiso con la sociedad  Por Interés Por Principios
2.Interés Comercial Estricto 3. Vocación por los negocios   Hacia el bien privadoPara ejemplificar empíricamente el tema, Balian presentó una investigación, surgida de talleres con alumnos de Administración de Empresas, que se llevó a cabo entre 147 empresas radicadas en la Argentina, de diferentes rubros y tamaños en el segundo semestre del 2002. Este estudio permitió presentar las siguientes conclusiones:

En primera instancia, las empresas más grandes poseen un comportamiento consistente: cumplen con exigencias básicas (fiscales, de personal, ambientales) y realizan actividad comunitaria.
En segunda instancia, se advirtió que tanto las grandes como las pequeñas empresas presentan un cierto grado de involucramiento en situaciones que en la mayor parte de los casos se refieren a vulnerabilidad o debilidad social. "En las pequeñas compañías, la acción voluntaria aparece orientada por un marco de relaciones interpersonales, mientras que en las grandes empresas el aporte comunitario está orientado por lineamientos formales" distingue Balian. A excepción de las empresas más chicas (hasta 9 empleados) se pudo observar que las actividades comunitarias se acrecientan a mayor número de empleados.
En tercer lugar, se observó que empresas pequeñas que contribuían a la comunidad con diferentes aportes, no cumplían con sus exigencias legales básicas.
Por último, el análisis de los beneficiarios de los apoyos empresariales permitió observar que en un 47% corresponde a organizaciones tradicionales, como pueden ser los hospitales, las escuelas, las cooperadoras; en un 39% a organizaciones más nuevas, como los comedores, las fundaciones, las organizaciones no gubernamentales; y en un 14% a la comunidad en general. En cuanto a los tipos de apoyo se observó que un 29% corresponde a servicios (por ejemplo cuidado de lugares públicos) , otro 29% se refiere a contribuciones de dinero y un 42% implica el aporte de bienes (alimentos, ropa, materiales, etc).

El tipo de apoyos se presenta en tres perfiles diferentes: atomizado (pequeñas ayudas a una multiplicidad de asociaciones), simbólico (ayudas acostumbradas) y concentrado (focalización en un tema o asociación). Las dos primeras podrían interpretarse como ayudas benéficas y la otra como filantropía estratégica.
Dado el contexto de crisis en el que se realizó el estudio, se indagó acerca del comportamiento de los directivos en relación al concepto de resiliencia ("hacer las cosas bien pese a circunstancias adversas"). En relación a las condiciones que favorecen los comportamientos resilientes la disertante señala que entre los directivos consultados los rasgos más destacados son la fuerte autoestima y el apoyo familiar, mientras que los aspectos más débiles se refieren a aspectos psicológicos y espirituales. La disertante puntualiza que la búsqueda de un sentido trascendente aparece directamente asociado a un mayor grado de práctica religiosa. El resto de los rasgos de comportamientos resilientes no mostró ninguna asociación con el sexo o la edad.
Por último, Balian subraya la importancia de asumir la responsabilidad como integrantes de un todo, como miembros activos de la sociedad en la que estamos todos insertos. Esto es, no dejar que los deberes que deben cumplir las compañías quiten la iniciativa a otros de contribuir con la comunidad y con quienes requieren ayuda.. Balian afirma que "muchas veces quizás se presiona demasiado sobre las empresas y queda poco espacio para comportamientos más activos de las organizaciones de la comunidad o del Estado, en lugar de buscar un diálogo constructivo entre los distintos sectores" .
Beatriz Balian de Tagtachian es Doctora en Sociología por la Pontificia Universidad Católica Argentina. Fue directora del Departamento de Sociología, y Vicedecana de la Facultad de Ciencias Sociales y Económicas de la UCA. Actualmente, es directora del Centro de Investigaciones Sociológicas de esa Facultad y es docente de carreras de grado y Posgrado.

(Fuente: Fundación Carlos Pellegrini)