La UE propone reglamento para una estrategia comercial responsable de minerales en conflicto

06.03.2014 | Mundo

La Comisión propone un proyecto de Reglamento por el que se crea un sistema de autocertificación de la UE para los importadores de estaño, tantalio, wolframio y oro que decidan importar de manera responsable en la Unión. La autocertificación implica que los importadores de estos metales y sus minerales están obligados a ejercer la «diligencia debida» mediante el control y la gestión de sus compras y ventas de acuerdo con cinco pasos definidos en la Guía de Debida Diligencia de la OCDE. Este paquete de medidas va a hacer más difícil que los grupos armados de zonas de conflicto y de alto riesgo financien sus actividades con la extracción y el comercio de minerales.


Catherine Ashton, Alta Representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, y Karel de Gucht, Comisario Europeo de Comercio, han propuesto un planteamiento integrado de la UE a fin de impedir que los beneficios del comercio de minerales sirvan para financiar conflictos armados. Este paquete de medidas va a hacer más difícil que los grupos armados de zonas de conflicto y de alto riesgo financien sus actividades con la extracción y el comercio de minerales. El elemento central de este enfoque consiste en facilitar que las empresas se abastezcan de estaño, tantalio, wolframio y oro de manera responsable, y en fomentar los canales comerciales legítimos.

El objetivo es actuar al nivel más eficaz de la cadena de suministro de esos minerales en la UE y facilitar la circulación de información sobre la diligencia debida hasta los usuarios finales. El Reglamento da a los importadores de la UE una oportunidad para intensificar sus esfuerzos a fin de garantizar unas cadenas de suministro limpias y comerciar legítimamente con los operadores de países afectados por conflictos.

«Nos hemos comprometido a impedir que el comercio internacional de minerales sirva para intensificar o perpetuar conflictos», han declarado Catherine Ashton y Karel De Gucht. «Esta iniciativa sobre "minerales de guerra" ayudará a hacer que el comercio beneficie a la paz, a las comunidades y a la prosperidad en las zonas de todo el mundo afectadas por conflictos armados. Es la primera y muy oportuna contribución de la UE en apoyo de un consenso entre las empresas, la sociedad civil y los gobiernos de los países de la OCDE para ayudar a las comunidades a beneficiarse de sus recursos naturales.»

 Para incrementar la responsabilidad pública de las fundiciones y refinerías, aumentar la transparencia de la cadena de suministro y facilitar el abastecimiento responsable de minerales, la Unión se propone publicar una lista anual de las fundiciones y refinerías «responsables» de la UE y de ámbito mundial. Con más de cuatrocientos importadores de tales minerales y metales, la UE es uno de los mayores mercados de estaño, tantalio, wolframio y oro.

La propuesta de Reglamento va acompañada de una Comunicación en la que se presenta el enfoque general de política exterior para abordar la relación entre los conflictos y el comercio de minerales extraídos en zonas afectadas. Este enfoque define un mayor compromiso de la UE para respaldar la Guía de Debida Diligencia de la OCDE y definir una política exterior de sensibilización y apoyo a este respecto.

Con la Comunicación, la Comisión y la Alta Representante confirman que los «minerales de guerra», están presentes en la agenda de política exterior de la UE, y que van a adoptarse medidas concretas a nivel nacional e internacional, que van desde acciones de apoyo hasta el diálogo estratégico y los contactos diplomáticos con los países donde se encuentran las fundiciones.

La iniciativa también propone una serie de incentivos con los que el Reglamento promueve la diligencia debida de las empresas de la UE en la cadena de suministro:

incentivos en el marco de la contratación pública para las empresas que venden productos como teléfonos móviles, impresoras y ordenadores que contengan estaño, tantalio, wolframio y oro;

ayuda financiera a las PYME para que ejerzan la diligencia debida y a la OCDE para el desarrollo de capacidades y actividades de divulgación;

reconocimiento visible a los esfuerzos de las empresas de la UE por abastecerse de manera responsable a partir de países o zonas de conflicto;

diálogos políticos y diplomáticos con los gobiernos de los países de extracción, transformación y consumo a fin de fomentar un uso más generalizado de la diligencia debida;

diplomacia sobre las materias primas, también en el contexto de iniciativas multilaterales en pro de la diligencia debida;• cooperación al desarrollo con los países afectados;

apoyo de los Estados miembros de la UE a través de sus propias políticas e instrumentos.