"Las empresas deberían desarrollar un movimiento colectivo en torno a causas comunes"

30.01.2014 | Entrevistas

Fernando Esnaola es uno de los profesionales pioneros en eso de acompañar al sector privado en sus programas de relaciones con la comunidad en Argentina. Fue el alma mater de varias de las más importantes fundaciones corporativas y hoy asesora a empresas y organizaciones, además de coordinar el PROCARSE de la Universidad de San Andrés. Esta trayectoria lo coloca en un lugar de privilegio para analizar la evolución que ha tenido en el país la inversión social privada. Hacia dónde va la acción social de las empresas y cómo se puede optimizar el impacto de los resultados, fueron algunos de los temas abordados en esta charla con ComunicaRSE.


En los últimos años, ¿cuál ha sido el rol de las fundaciones empresarias y su relación con la RSE?

En Argentina, las empresas no tenían un gran protagonismo en inversión social o aportes en la comunidad. La mayoría del aporte hacia el sector social provenía de la cooperación internacional y de fundaciones privadas del exterior. A mediados de los noventas comenzaron a desarrollarse un conjunto de fundaciones con un perfil más profesional que dieron origen al Grupo de Fundaciones y Empresas. Tenían la característica que se encontraban al costado del corazón del negocio.  A partir del 2001, la situación social del país hace que más empresas se comprometan con la situación social, comienzan a hacer contribuciones desde distintas áreas y generen programas y planes de RSE.

El tema de la contribución  de las empresas a la sociedad pasa a tener una relevancia mediática y esto hace que las empresas recuperen a sus propias fundaciones, traerlas un poco más al corazón del negocio y presentarlas como testimonio del compromiso con  la sociedad. Muchas fundaciones que se manejaban con autonomía comienzan a estar más cerca del corazón de la empresa.

Es necesario distinguir aquellas fundaciones que llevan a cabo un trabajo profesional, sistemático, que han ido progresando con el tiempo, de las iniciativas de fundaciones que intentan cumplir su rol social desde acciones esporádicas. Esta es una diferenciación necesaria. Aquellas fundaciones que han sido dotadas de personal técnico que han desarrollado un trabajo focalizado frente a las áreas de RSE que son gestionadas por comunicadores o relacionistas públicos que se ocupan de múltiples temas y deben apagar incendios en distintas problemáticas. La existencia de una fundación corporativa le permite a la empresa darle un vuelo a ese trabajo social.

Es necesario distinguir aquellas fundaciones que llevan a cabo un trabajo profesional, sistemático, que han ido progresando con el tiempo, de las iniciativas de fundaciones que intentan cumplir su rol social desde acciones esporádicas

Para dejar claro los términos, ¿Cuál sería la diferencia fundamental entre la filantropía y la inversión social privada (ISP), o es solo un cambio de terminología y nada más?

Lo que nosotros conocemos como inversión social privada en EE.UU. es llamada Filantropía estratégica, ahí sí sería una cuestión terminológica. Este termino de ISP surgió en Brasil y le siguió Argentina intentando darle un carácter más serio. Más que los conceptos todo depende del contenido. La filantropía es una palabra que puede tener un significado importante si lo entendemos como un valor al desarrollo humano pero si lo vemos como una dádiva y no conlleva un compromiso de la empresa entonces la palabra se deslegitima. En general, yo prefiero utilizar el término acción social empresaria que implica una gestión estratégica.

La idea de filantropía estratégica o como llamamos aquí de Inversión social (ISP) se basa en una acción profesional, comprometida con los procesos de ejecución y con sus resultados. Esto supone conocer mejor la problemática, el contexto, las condiciones de implementación. Este proceso de análisis permite asignar mejor los recursos y obtener resultados más eficientes. En términos más simples, aspirar a desarrollar acciones sociales desde esta idea de la inversión social significa trabajar más y asignar más recursos. La filantropía implicaba entregar dinero sin comprometerse con los resultados.

En términos más simples, aspirar a desarrollar acciones sociales desde esta idea de la inversión social significa trabajar más y asignar más recursos. La filantropía implicaba entregar dinero sin comprometerse con los resultados.

Hoy las fundaciones trabajan en red y de forma articulada, no solo a nivel local sino también regional como el caso del Foro Iberoamericano de Fundaciones, o en Argentina el GDFE ¿cuál es su opinión sobre este trabajo articulado?

Lo que se ha generado a nivel mundial son iniciativas y agrupaciones que reúnen a donantes. Son espacios de intercambio, de capacitación, de generación de agenda, de desarrollo de nuevas ideas. Y que potencialmente acercan a los inversores sociales o donantes a la posibilidad de realizar acciones conjuntas. Salvo excepciones, estas iniciativas no se han creado solo para realizar trabajo en conjunto sino como espacio de desarrollo institucional y profesionalización. Pero todavía falta potencial el trabajo articulado, compartir más la visión y la acción, sumar esfuerzos y recursos. Un ejemplo en Argentina es el GDFE que une a donantes y ha posibilitado acciones conjuntas entre fundaciones. Otra es la Red de empresas por la infancia, y así son varias.

En Argentina no es fácil que las empresas y las personas en general nos juntemos y compartamos proyectos y objetivos en común. 

¿Es posible en Argentina extender el trabajo articulado en ISP a la cadena de valor de una empresa, como sus proveedores por ejemplo? ¿Qué impacto tendrían estas acciones? 

Hay algunos ejemplos de este trabajo, como las automotrices que han involucrado en su gestión de la sustentabilidad a sus concesionarios o la Fundación YPF que involucró al personal de las estaciones de servicios en procesos de formación. Yo creo que es un tema que se está empezando a considerar cada vez más. Es muy atractivo en lugares donde la gran empresa comparten territorio con sus proveedores, es decir que tiene una problemática que los rodea en común y pueden contribuir a la misma comunidad cada uno con sus aportes. Particularmente creo que es una combinación muy valiosa, sobretodo en actividades que tengan que ver con el negocio como por ejemplo el desarrollo de proveedores, capacitación técnica. Yo le veo un valor significativo. La clave está en la visión y las propuestas a desarrollar. Lo ideal sería involucrar a la cadena en una visión más estratégica. No solo que aporten y punto. Pensar con ellos sus contribuciones al desarrollo local.

Hoy hay empresas que nacen o se “reconvierten” en modelos de negocios que van más allá de la rentabilidad y buscan la inclusión social y la sustentabilidad. ¿cuál es el rol de la ISP en estos nuevos modelos?

El tema de las empresas B, los negocios inclusivos, o los negocios con la base de la pirámide sigue siendo un tema incipiente. Esto puede ser percibido como parte de la inversión social de la empresa. Para muchos analistas internacionales, el futuro está en hacer apuestas de riesgos, inversiones que impliquen apostar en determinados modelos y experiencias pilotos. Pero en Argentina, un país con tantas necesidades, estos temas son minoritarios en la agenda de la inversión social. Es para determinados capitales e inversores con ese perfil de riesgo. No creo que en Argentina conlleve el interés y las posibilidades de atender esa agenda en la región. 

El tema de las empresas B, los negocios inclusivos, o los negocios con la base de la pirámide sigue siendo un tema incipiente. No creo que en Argentina conlleve el interés

Para finalizar, ¿Cuáles son los principales desafíos futuros de la inversión social privada en la Argentina?

 Para responder estas preguntas siempre me traicionan las convicciones personales. La agenda que yo propondría. Es necesario desarrollar un movimiento colectivo en torno a causas comunes. Por ejemplo en el tema educación, hay muchas  empresas que dicen apoyar este tema pero seguimos teniendo malos resultados a nivel internacional. Habría que convertir este tema en una causa comun. Esto implicaría aunar esfuerzos, concentrar el capital institucional y desarrollar una visión más integral y más estratégica. Con programas de más largo alcance que vayan generando como una acumulación de resultados y traiga aparejado un impacto a mayor escala y más profundidad de los resultados.

En el tema educación, hay muchas  empresas que dicen apoyar este tema pero seguimos teniendo malos resultados a nivel internacional

Hablando de impacto, está el tema que viene pendiente hace más de 20 años, el de la capacidad de medir los resultados y los impactos. La posibilidad de verificar si las acciones son eficaces, logran resultados o son acciones que se repiten sin sentido. El tercer tema tiene que ver la articulación con las políticas públicas, el rol de articulación entre sector público y privado, buscando cubrir los deficis que los programas sociales no pueden atender. Y finalmente, hay que trabajar en sistematizar los programas de relación con la comunidad. Hay pocos ejemplos de elaboración de políticas y que estás conlleven a objetivos y metas a cumplir. Es necesario que los procesos de toma de decisión sean más transparentes. Encontrar líneas de trabajo, programas y acciones que permitan ir acumulando resultados que generen transformaciones y no contentarse con los efectos inmediatos. 

Hay que trabajar en sistematizar los programas de relación con la comunidad. Hay pocos ejemplos de elaboración de políticas y que estás conlleven a objetivos y metas a cumplir