"Las mujeres van a cambiar las empresas"

22.08.2011 | Tendencias

Jesús Caldera es el ministro español de Trabajo, Asuntos Sociales, Inmigración y Género. Es el hombre clave en el gabinete de Zapatero detrás de la flamante ley de integración de género, una de las más avanzadas de Europa. El ministro está convencido de que la integración de la mujer en la empresa será beneficiosa para el mundo empresario en el corto plazo. "Cuando tengáis un 40 o un 50% de mujeres la empresa será más productiva, tendrá mejor imagen, venderá mejor sus productos", afirmó durante su paso por Buenos Aires.


 

Dice que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero lo llama "el ministro de las personas" y a él eso le parece una "hermosa definición". Así se presenta Jesús Caldera, el hombre que está detrás de las grandes reformas sociales del gobierno socialista español, el mismo que dice que la igualdad "es el buque insignia" de su gestión. De paso hacia Chile por una Buenos Aires húmeda, en una tarde de lluvia gris acero, el ministro español de Trabajo, Asuntos Sociales, Inmigración y Género, habló en exclusiva con el matutino porteño Clarín. ComunicaRSE destaca los principales tramos del diálogo.
—¿Que concepto de igualdad maneja su gobierno?
—Es nuestro buque insignia. Debemos intentar caminar todos, aunque algunos caminen más rápido que otros. Tenemos que ser cada vez más iguales, especialmente con aquellos colectivos que han sufrido discriminación. Los inmigrantes la han sufrido, por lo que hemos hecho normas que les garantizan los mismos derechos y deberes que a los españoles. Hemos hecho también una política muy intensa de nuevas leyes y programas sociales para mejorar la vida de los discapacitados y por supuesto, la igualdad de la mujer, que es básica.
—Los empresarios deben estar enojados. No debe caerles muy bien eso de tener que conformar su directorio en partes iguales por ley...
—Yo no diría que están enojados. Nosotros hemos hecho 24 acuerdos sociales, sobre pensiones, contratos de trabajo estables, regularización de inmigrantes, todo lo sometimos a diálogo social, es decir, con empresarios y sindicatos. Y también la Ley de Igualdad. Algunos puntos de esta ley, a la patronal le gustan menos. Si la mitad de la población son mujeres y tienen una buena calificación como la tienen, más que los hombres muchas veces, ¿por qué no han de ocupar la mitad del espacio económico, social, político? En España se licencian más chicas que chicos en las universidades y con mejores expedientes académicos. ¿Cómo se entiende que luego, en los puestos de máxima capacidad no haya mujeres? ¿O que por un mismo trabajo ganen un 20% menos?
—¿Qué argumentos usa para convencerlos?
—Yo les digo siempre a los empresarios —y creo que lo van a asumir finalmente— "cuando tengáis un 40 o un 50% de mujeres la empresa será más productiva, tendrá mejor imagen, venderá mejor sus productos". Con esta ley estamos ayudando a la empresa. Con más mujeres en los directorios, la toma de decisiones será más eficaz. Hay decisiones que han llevado a la humanidad a situaciones trágicas y que si hubieran sido tomadas por mujeres quizás no se hubieran llevado a cabo. Pienso a veces: si la decisión de declarar la guerra en Irak la hubiera tenido que tomar una mujer en lugar del señor Bush, ¿se hubiera hecho?
—Como el presidente Zapatero, usted ronda los 50 años. ¿Siempre vieron la desigualdad entre hombres y mujeres como una deuda social?
—Hemos crecido sabiendo que a las mujeres les faltaban derechos de ciudadanía. Cuando nos felicitan por la Ley de Igualdad digo que se debe a la sociedad española, ya que hay una profunda demanda de esta política. Por cierto, la derecha española no ha apoyado esta ley y ha cometido un gravísimo error. Ya sabemos que no quieren comprometerse a favor de la igualdad entre el hombre y la mujer, allá ellos. Porque es la ley mas apoyada en toda la democracia española, el 90% está de acuerdo en que haya cuotas en empresas y las listas electorales.
—Los países nórdicos siempre fueron modelo de protección social. ¿Tuvieron en cuenta esa legislación?
—Nos hemos inspirado en ellos, pero No quiero que se tome como una gallardía o una muestra de orgullo, pero creo que en algunas cosas los hemos superado. España tiene una ley para matrimonios del mismo sexo que también les permite adoptar y las leyes nórdicas aún no lo contemplan. Nuestra ley de Dependencia es similar, pero la nuestra declara el derecho a recibir la atención de otra persona a cualquier ciudadano discapacitado, español o no, que viva y trabaje en España. Normalmente a los discapacitados los cuidan mujeres de la familia o cercanas, sin recibir nada a cambio. Ahora podrán recurrir a un servicio especializado o si alguien se queda a cuidar a su familiar recibirá un salario y un alta en seguridad social para tener una pensión en su día.
—Estas políticas son impensables sin crecimiento económico...
—La reforma laboral que elaboramos ha dado buenos resultados, entre ellos el aumento y la estabilidad del empleo. El desempleo hoy es de 8%, ha caído casi 4 puntos. Tenemos superávit y esos recursos los invertimos en mejor protección social. Si va bien la economía, tomas los recursos del estado y los redistribuyes socialmente. No quiere decir que el estado sea un empresario o que tenga más peso en la economía, sino que es capaz de distribuir esos recursos con justicia social.
(Hinde Pomeraniec para Clarín 22-04-07)

Dice que el presidente José Luis Rodríguez Zapatero lo llama "el ministro de las personas" y a él eso le parece una "hermosa definición". Así se presenta Jesús Caldera, el hombre que está detrás de las grandes reformas sociales del gobierno socialista español, el mismo que dice que la igualdad "es el buque insignia" de su gestión. De paso hacia Chile por una Buenos Aires húmeda, en una tarde de lluvia gris acero, el ministro español de Trabajo, Asuntos Sociales, Inmigración y Género, habló en exclusiva con el matutino porteño Clarín. ComunicaRSE destaca los principales tramos del diálogo.
—¿Que concepto de igualdad maneja su gobierno?
—Es nuestro buque insignia. Debemos intentar caminar todos, aunque algunos caminen más rápido que otros. Tenemos que ser cada vez más iguales, especialmente con aquellos colectivos que han sufrido discriminación. Los inmigrantes la han sufrido, por lo que hemos hecho normas que les garantizan los mismos derechos y deberes que a los españoles. Hemos hecho también una política muy intensa de nuevas leyes y programas sociales para mejorar la vida de los discapacitados y por supuesto, la igualdad de la mujer, que es básica.
—Los empresarios deben estar enojados. No debe caerles muy bien eso de tener que conformar su directorio en partes iguales por ley...
—Yo no diría que están enojados. Nosotros hemos hecho 24 acuerdos sociales, sobre pensiones, contratos de trabajo estables, regularización de inmigrantes, todo lo sometimos a diálogo social, es decir, con empresarios y sindicatos. Y también la Ley de Igualdad. Algunos puntos de esta ley, a la patronal le gustan menos. Si la mitad de la población son mujeres y tienen una buena calificación como la tienen, más que los hombres muchas veces, ¿por qué no han de ocupar la mitad del espacio económico, social, político? En España se licencian más chicas que chicos en las universidades y con mejores expedientes académicos. ¿Cómo se entiende que luego, en los puestos de máxima capacidad no haya mujeres? ¿O que por un mismo trabajo ganen un 20% menos?
—¿Qué argumentos usa para convencerlos?
—Yo les digo siempre a los empresarios —y creo que lo van a asumir finalmente— "cuando tengáis un 40 o un 50% de mujeres la empresa será más productiva, tendrá mejor imagen, venderá mejor sus productos". Con esta ley estamos ayudando a la empresa. Con más mujeres en los directorios, la toma de decisiones será más eficaz. Hay decisiones que han llevado a la humanidad a situaciones trágicas y que si hubieran sido tomadas por mujeres quizás no se hubieran llevado a cabo. Pienso a veces: si la decisión de declarar la guerra en Irak la hubiera tenido que tomar una mujer en lugar del señor Bush, ¿se hubiera hecho?
—Como el presidente Zapatero, usted ronda los 50 años. ¿Siempre vieron la desigualdad entre hombres y mujeres como una deuda social?
—Hemos crecido sabiendo que a las mujeres les faltaban derechos de ciudadanía. Cuando nos felicitan por la Ley de Igualdad digo que se debe a la sociedad española, ya que hay una profunda demanda de esta política. Por cierto, la derecha española no ha apoyado esta ley y ha cometido un gravísimo error. Ya sabemos que no quieren comprometerse a favor de la igualdad entre el hombre y la mujer, allá ellos. Porque es la ley mas apoyada en toda la democracia española, el 90% está de acuerdo en que haya cuotas en empresas y las listas electorales.
—Los países nórdicos siempre fueron modelo de protección social. ¿Tuvieron en cuenta esa legislación?
—Nos hemos inspirado en ellos, pero No quiero que se tome como una gallardía o una muestra de orgullo, pero creo que en algunas cosas los hemos superado. España tiene una ley para matrimonios del mismo sexo que también les permite adoptar y las leyes nórdicas aún no lo contemplan. Nuestra ley de Dependencia es similar, pero la nuestra declara el derecho a recibir la atención de otra persona a cualquier ciudadano discapacitado, español o no, que viva y trabaje en España. Normalmente a los discapacitados los cuidan mujeres de la familia o cercanas, sin recibir nada a cambio. Ahora podrán recurrir a un servicio especializado o si alguien se queda a cuidar a su familiar recibirá un salario y un alta en seguridad social para tener una pensión en su día.
—Estas políticas son impensables sin crecimiento económico...
—La reforma laboral que elaboramos ha dado buenos resultados, entre ellos el aumento y la estabilidad del empleo. El desempleo hoy es de 8%, ha caído casi 4 puntos. Tenemos superávit y esos recursos los invertimos en mejor protección social. Si va bien la economía, tomas los recursos del estado y los redistribuyes socialmente. No quiere decir que el estado sea un empresario o que tenga más peso en la economía, sino que es capaz de distribuir esos recursos con justicia social.
(Hinde Pomeraniec para Clarín 22-04-07)