Medidas para mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar

15.07.2011 | Contratapa

Un estudio elaborado durante mas de seis meses por el Equipo de Investigación “Derecho del Trabajo, Cambios Económicos y Nueva Sociedad” de la Universidad Carlos III, propone una batería de medidas, retributivas, laborales e incluso sociales y fiscales para mejorar la conciliación de la vida laboral y familiar de los trabajadores en España, incentivando la productividad.


 

El estudio esta dirigido y coordinado por los catedráticos Jesús R. Mercader y Luciano Parejo y en el han participado mas de una decena de profesores y expertos, convencidos de que “cualquier política que apueste por mejorar la productividad y la conciliación debe profundizar en el desarrollo de un crecimiento socialmente óptimo, que mejore al mismo tiempo la eficiencia en el trabajo y la calidad de vida de los ciudadanos”.
Las medidas van dirigidas a la Administración y los distintos interlocutores sociales, con objeto de mejorar estrategias empresariales y las condiciones de trabajo de colectivos con especiales dificultades como mujeres, jóvenes e inmigrantes.
Entre las propuestas realizadas sugieran la creación de Agencias para la Conciliación de la vida familiar y laboral, subvenciones y asesoramiento para las PYMES y flexibilizar permisos y excedencias para ejercitar trabajo a tiempo parcial. El estudio también sugiere estimular la movilidad geográfica de los jóvenes mediante ayudas de alquiler por parte de los poderes públicos, al tiempo que propone la dinamizacion de centros públicos y gratuitos de acceso a Internet, reformas normativas que faciliten un sistema de “movilidad protegida” en empleo para jóvenes, o la creación de un Estatuto Personal en Formación para integrar a los trabajadores jóvenes en el mercado de trabajo.
PRODUCTIVIDAD
El estudio recuerda que la productividad del trabajo es un factor clave para el desarrollo de cualquier economía, pues entre otros efectos, mejora la competitividad en los mercados internacionales y permite un incremento de los salarios. Los datos que ofrecen las estadísticas oficiales muestran que la productividad en España, a pesar de haber crecido sin interrupción a lo largo de los últimos años, lo ha hecho a un ritmo inferior que la media de los países de nuestro entorno. De este modo, mientras que la renta per cápita ha superado el promedio de la Unión Europea, la productividad relativa ha decrecido en la última década, perdiendo posiciones respecto de la productividad media de los Estados miembros, incluso en comparación con los integrantes de la Unión antes de las recientes ampliaciones.
Es sabido que la productividad del trabajador se puede ver afectada por múltiples variables, entre las que se encuentran las relacionadas con la calidad de vida del trabajador, el esfuerzo y la dedicación a la empresa. No es ilógico, por tanto, pensar que existe una estrecha relación entre productividad y conciliación de la vida laboral y familiar. Lo cierto es que son muchos los estudios que muestran que el equilibrio entre el tiempo que el trabajador ha de dedicar a sus necesidades personales y a la empresa (o la forma o condiciones en que lo hace) tiene un efecto positivo, ya que además de beneficiar al trabajador, incrementan su productividad. De ahí que, si las políticas de conciliación no están más generalizadas, es a causa de errores de los empleadores o fallos del mercado, que no permiten que éstos tengan toda la información para adoptar la decisión más adecuada.
“La calidad del puesto de trabajo, -asegura el estudio- entendida en un sentido amplio, constituye un requisito para la mejora de la productividad, regla ésta especialmente aplicable a países en desarrollo en que la mejora en las condiciones de vida repercute de forma muy directa en la forma en que los trabajadores pueden desarrollar su prestación de servicios. Pero no se trata sólo de este nivel mínimo de calidad el que tiene efecto en la capacidad de optimizar el rendimiento del factor trabajo, sino que muchos son los estudios que reflejan una sensibilidad de la productividad ante mejoras en la conciliación con la vida personal y familiar”.
CONCILICIACION
En este sentido, el efecto de las políticas de conciliación en la productividad de la empresa deriva (al menos en parte) del hecho de que se reduce la rotación y el absentismo. Así, cuanto más específica sea la cualificación, formación y experiencia de la fuerza de trabajo, mayor será el coste para la empresa de que los trabajadores se ausenten del trabajo para atender a sus necesidades familiares, o incluso renuncien a su empleo para dedicarse plenamente a tales tareas o para incorporarse a una empresa en la que puedan mantener el equilibrio entre la vida profesional y la familiar.
De este modo, la adopción de las medidas adecuadas a las necesidades de los trabajadores que forman la plantilla de la empresa aumenta la productividad de ésta pero no la de aquellos: la productividad del tiempo efectivamente trabajado no variaría, pero aumentaría considerablemente la probabilidad de que el empleado abandone la empresa o reduzca el tiempo que le dedica: la alta especialización y la cualificación específica del trabajador para su puesto de trabajo hacen que sea costosa su sustitución, aún temporal. Si además los costes en que el empresario ha incurrido para dotar al trabajador de esa formación especializada son elevados, la rotación impedirá que dicha inversión sea amortizada.
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El estudio esta dirigido y coordinado por los catedráticos Jesús R. Mercader y Luciano Parejo y en el han participado mas de una decena de profesores y expertos, convencidos de que “cualquier política que apueste por mejorar la productividad y la conciliación debe profundizar en el desarrollo de un crecimiento socialmente óptimo, que mejore al mismo tiempo la eficiencia en el trabajo y la calidad de vida de los ciudadanos”.

Las medidas van dirigidas a la Administración y los distintos interlocutores sociales, con objeto de mejorar estrategias empresariales y las condiciones de trabajo de colectivos con especiales dificultades como mujeres, jóvenes e inmigrantes.
Entre las propuestas realizadas sugieran la creación de Agencias para la Conciliación de la vida familiar y laboral, subvenciones y asesoramiento para las PYMES y flexibilizar permisos y excedencias para ejercitar trabajo a tiempo parcial. El estudio también sugiere estimular la movilidad geográfica de los jóvenes mediante ayudas de alquiler por parte de los poderes públicos, al tiempo que propone la dinamizacion de centros públicos y gratuitos de acceso a Internet, reformas normativas que faciliten un sistema de “movilidad protegida” en empleo para jóvenes, o la creación de un Estatuto Personal en Formación para integrar a los trabajadores jóvenes en el mercado de trabajo.

PRODUCTIVIDAD
El estudio recuerda que la productividad del trabajo es un factor clave para el desarrollo de cualquier economía, pues entre otros efectos, mejora la competitividad en los mercados internacionales y permite un incremento de los salarios. Los datos que ofrecen las estadísticas oficiales muestran que la productividad en España, a pesar de haber crecido sin interrupción a lo largo de los últimos años, lo ha hecho a un ritmo inferior que la media de los países de nuestro entorno. De este modo, mientras que la renta per cápita ha superado el promedio de la Unión Europea, la productividad relativa ha decrecido en la última década, perdiendo posiciones respecto de la productividad media de los Estados miembros, incluso en comparación con los integrantes de la Unión antes de las recientes ampliaciones.

Es sabido que la productividad del trabajador se puede ver afectada por múltiples variables, entre las que se encuentran las relacionadas con la calidad de vida del trabajador, el esfuerzo y la dedicación a la empresa. No es ilógico, por tanto, pensar que existe una estrecha relación entre productividad y conciliación de la vida laboral y familiar. Lo cierto es que son muchos los estudios que muestran que el equilibrio entre el tiempo que el trabajador ha de dedicar a sus necesidades personales y a la empresa (o la forma o condiciones en que lo hace) tiene un efecto positivo, ya que además de beneficiar al trabajador, incrementan su productividad. De ahí que, si las políticas de conciliación no están más generalizadas, es a causa de errores de los empleadores o fallos del mercado, que no permiten que éstos tengan toda la información para adoptar la decisión más adecuada.
“La calidad del puesto de trabajo, -asegura el estudio- entendida en un sentido amplio, constituye un requisito para la mejora de la productividad, regla ésta especialmente aplicable a países en desarrollo en que la mejora en las condiciones de vida repercute de forma muy directa en la forma en que los trabajadores pueden desarrollar su prestación de servicios. Pero no se trata sólo de este nivel mínimo de calidad el que tiene efecto en la capacidad de optimizar el rendimiento del factor trabajo, sino que muchos son los estudios que reflejan una sensibilidad de la productividad ante mejoras en la conciliación con la vida personal y familiar”.

CONCILICIACION
En este sentido, el efecto de las políticas de conciliación en la productividad de la empresa deriva (al menos en parte) del hecho de que se reduce la rotación y el absentismo. Así, cuanto más específica sea la cualificación, formación y experiencia de la fuerza de trabajo, mayor será el coste para la empresa de que los trabajadores se ausenten del trabajo para atender a sus necesidades familiares, o incluso renuncien a su empleo para dedicarse plenamente a tales tareas o para incorporarse a una empresa en la que puedan mantener el equilibrio entre la vida profesional y la familiar.
De este modo, la adopción de las medidas adecuadas a las necesidades de los trabajadores que forman la plantilla de la empresa aumenta la productividad de ésta pero no la de aquellos: la productividad del tiempo efectivamente trabajado no variaría, pero aumentaría considerablemente la probabilidad de que el empleado abandone la empresa o reduzca el tiempo que le dedica: la alta especialización y la cualificación específica del trabajador para su puesto de trabajo hacen que sea costosa su sustitución, aún temporal. Si además los costes en que el empresario ha incurrido para dotar al trabajador de esa formación especializada son elevados, la rotación impedirá que dicha inversión sea amortizada.