Polémica por los contratos “cero horas” en el Reino Unido

06.09.2013 | Mundo

El gobierno británico anunció la formación de una comisión para investigar si los contratos “cero horas” estaban sirviendo como herramientas de explotación laboral. Estos contratos implican la contratación por breves períodos de tiempo y sin una jornada laboral fija, obligando al trabajador a estar siempre disponible ante una eventual llamada y a mantener una relación de exclusividad. Empresas de todos los rubros parecen estar utilizando este tipo de contratos, como por ejemplo McDonald’s que tiene el 90% de la plantilla bajo este formato. 


Los contratos “cero horas” ha desatado la polémica en el Reino Unido por estar presentes en una gran cantidad de empresas y estar vinculado a prácticas de flexibilización laboral.

Estos contratos fueron pensados en sus inicios para estudiantes o padres de familias que quisieran compaginar sus estudios y vida familiar con un empleo "flexible".  Si bien se asemejan a grandes rasgos a los contratos por horas existentes en otros países, puesto que el trabajo se realiza sólo durante breves períodos de tiempo y sin una jornada laboral fija, su funcionamiento es bastante peculiar ya que obliga al trabajador a estar siempre disponible ante una eventual llamada de trabajo y a mantener una relación de exclusividad. Frente a esto la compañía no tiene ninguna obligación de garantizar al empleado un trabajo con una frecuencia determinada.

La polémica se disparó ante un artículo de The Guardian que informó que el 90% de la plantilla de McDonald’s y de Sports Direct son trabajadores con contratos de "cero horas". Según la información del periódico británico, la mayor cadena de tiendas de deporte del Reino Unido tiene 20.000 empleados sujetos a esta modalidad, mientras que McDonald’s es el empleador del Reino Unido que más los utiliza: 83.000 trabajadores o, lo que es lo mismo, nueve de cada diez empleados de su plantilla.

Se cuestiona duramente que este tipo contrato generan una la alta inestabilidad económica y personal a los trabajadores y que los sueldos percibidos son demasiado bajos y apenas cubren el salario mínimo. 

Según un informe publicado por el Chartered Institute of Personnel and Development (Instituto de Personal y Desarrollo, CIPD por sus siglas en inglés), más de un millón de británicos tienen contratos de cero horas, muchos más de los 250.000 reconocidos por la Oficina Nacional de Estadística (ONS) británica.

De ellos, un 14% denuncia que su empleador a menudo no le da la suficiente carga de trabajo, lo cual les impide obtener los ingresos necesarios.

Este tipo de contratos no está circunscrito al sector de las empresas de comida rápida, aunque según los datos del CIPD es dónde más abunda. En un país donde el 19% de los empleadores reconoce tener personal contratado bajo este tipo de figura laboral, los contratos a cero horas pueden encontrarse desde en el sector del ocio, hasta el educativo, desde el Palacio de Buckingham —que este verano ha contratado a 450 trabajadores así— hasta los hospitales.

En 2012, la Oficina Nacional de Estadística (ONS) había informado que una de cada cuatro grandes empresas operaron con este tipo de contratos en 2011, el doble que en 2004. 

A raíz del escándalo, la ONS ha revisado sus datos absolutos del año pasado por encima de los 250.000 contratos 'cero horas', aunque la Resolution Foundation advierte que el número real es mucho mayor. Según señalaba un estudio llevado a cabo esta fundación, los empleados con este tipo de contrato cobran de media a la semana 236 libras (unos 273 euros), frente a los 557 que perciben los trabajadores contratados en términos habituales. Una sensible diferencia que se basa en reducir la redundancia, es decir, las horas pagadas en las que el trabajador no tiene nada que hacer y, por lo tanto, no son productivas.

Se critica que estos contratos se han vuelto una fórmula útil para ahorrar costes y facilitar la flexibilidad laboral en tiempos de incertidumbre económica, en cuanto que el trabajador es reclamado para trabajar períodos concretos y limitados de tiempo en los que su productividad es máxima.

La creciente adopción de este tipo de relación laboral por parte de muchas grandes empresas ha llevado al gobierno británico a plantearse si no estarán utilizándose como una manera de sustituir los contratos tradicionales o, en algunos casos, como una herramienta de control.

The Independent publicó que la Cámara de los Comunes estaba considerando, a petición del Partido Laborista, revisar el uso extensivo de esta forma de contratación, bajo la que tiene a su disposición a 150 empleados.