Preocupación sindical por accidentes laborales en la región

01.07.2011 | Articulos de opinion

Víctor Báez Mosqueira, Secretario General de  la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Americas (CSA) manifiesta en este artículo su preocupación por los índices de accidentes laborales en América Latina, donde 240 mil personas mueren por causas laborales.


 

Víctor Báez Mosqueira, Secretario General de  la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Americas (CSA)
Las cifras de muertes por accidentes de trabajo en América Latina son alarmantes. Un trabajador o trabajadora muere cada dos minutos mientras realiza su labor. Es un total aproximado de 240 mil personas al año, sin contar las muertes por enfermedades profesionales.
Entre los más afectados por esta situación, como casi siempre, son los más débiles, la población infantil y las mujeres. La Organización Internacional del Trabajo estima que la cifra de niñas y niños entre 5 y 14 años trabajando es de 17,5 millones, de los cuales 22 mil mueren anualmente en accidentes laborales.
La situación es, sin ningún tipo de dudas, peor de los que muestran estos datos. Las cifras se quedan cortas ya que no consideran que más de la mitad de la población trabajadora está en el llamado sector informal y, por lo tanto, no cuenta con ninguna protección ni registro de los casos.
El movimiento sindical debe estar alerta. Eso porque los empleadores quieren largar en manos de los trabajadores el cuidado propio. Sin embargo, para ahorrar dinero ellos no otorgan los medios de protección en las diferentes actividades que son realizadas.
Además, cuando hay un accidente de trabajo que no resulta en muerte, todo es contabilizado en términos monetarios. En esa lógica sádica, un dedo o una pierna, se cuentan en pesos, reales o dólares y la seguridad social siempre paga la cuenta al final. Pero la vida no tiene precio, así como no tiene precio un órgano humano.
Afortunadamente, en ese momento hay una Estrategia Iberoamericana de Salud y Seguridad en el Trabajo (EISST). Como el nombre indica, ella es valida para América Latina, el Caribe más España y Portugal. Ese documento fue aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno en la XIX Cumbre Iberoamericana en el año pasado.
Lo que resta es que trabajadores/as y sus organizaciones, hagan que los empleadores y los gobiernos cumplan con lo que se comprometieron en Lisboa.  El sindicalismo debe luchar por la implementación de la EISST. Esta es nuestra arma para quebrar la lógica monetaria y evitar muertes, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.

Víctor Báez Mosqueira, Secretario General de  la Confederación Sindical de Trabajadores y Trabajadoras de las Americas (CSA)Las cifras de muertes por accidentes de trabajo en América Latina son alarmantes. Un trabajador o trabajadora muere cada dos minutos mientras realiza su labor. Es un total aproximado de 240 mil personas al año, sin contar las muertes por enfermedades profesionales.

Entre los más afectados por esta situación, como casi siempre, son los más débiles, la población infantil y las mujeres. La Organización Internacional del Trabajo estima que la cifra de niñas y niños entre 5 y 14 años trabajando es de 17,5 millones, de los cuales 22 mil mueren anualmente en accidentes laborales.
La situación es, sin ningún tipo de dudas, peor de los que muestran estos datos. Las cifras se quedan cortas ya que no consideran que más de la mitad de la población trabajadora está en el llamado sector informal y, por lo tanto, no cuenta con ninguna protección ni registro de los casos.

El movimiento sindical debe estar alerta. Eso porque los empleadores quieren largar en manos de los trabajadores el cuidado propio. Sin embargo, para ahorrar dinero ellos no otorgan los medios de protección en las diferentes actividades que son realizadas.
Además, cuando hay un accidente de trabajo que no resulta en muerte, todo es contabilizado en términos monetarios. En esa lógica sádica, un dedo o una pierna, se cuentan en pesos, reales o dólares y la seguridad social siempre paga la cuenta al final. Pero la vida no tiene precio, así como no tiene precio un órgano humano.

Afortunadamente, en ese momento hay una Estrategia Iberoamericana de Salud y Seguridad en el Trabajo (EISST). Como el nombre indica, ella es valida para América Latina, el Caribe más España y Portugal. Ese documento fue aprobado por los jefes de Estado y de Gobierno en la XIX Cumbre Iberoamericana en el año pasado.
Lo que resta es que trabajadores/as y sus organizaciones, hagan que los empleadores y los gobiernos cumplan con lo que se comprometieron en Lisboa.  El sindicalismo debe luchar por la implementación de la EISST. Esta es nuestra arma para quebrar la lógica monetaria y evitar muertes, accidentes de trabajo y enfermedades profesionales.