Rizobacter recibió el certificado de su Huella de Carbono

15.04.2015 | Gestión

La medición fue realizada por un equipo interdisciplinario de la empresa junto con profesionales de la consultora Herza Global, quienes diseñaron el plan de monitoreo, la herramienta para registrar la información y las propuestas de disminución de las emisiones y de generación de bonos de carbono para la compañía. Es la primera empresa en Pergamino (Argentina) que certifica su huella y que cuenta con una planta de tratamiento de efluentes líquidos.


Desde sus inicios, Rizobacter se preocupa por lograr altos estándares, comprometiéndose con el cuidado del planeta y manteniendo una relación cercana y fluida con su comunidad. Reducir sus emisiones de CO2 forma parte del plan de Rizobacter por aportar sus mejores recursos para desarrollar soluciones amigables con el medio ambiente destinadas a promover y sostener prácticas sustentables.

“Nos propusimos ser una empresa de muy baja emisión de carbono. Por eso, desde el año pasado estamos midiendo nuestra Huella de Carbono y predispuestos a ser monitoreados y evaluados con rigurosidad. Además de la certificación, tomamos medidas para disminuir nuestras emisiones hasta llegar a ser una empresa ‘emisión mínima´”, dice Diego Giavarini, gerente industrial de Rizobacter.

 “Tanto la certificación actual, como la que esperamos para junio, se enmarcan en la firme voluntad de Rizobacter de ser evaluados con los más altos estándares de calidad. Forma parte de un plan integral que lleva adelante la compañía con el objetivo de optimizar todos sus procesos, respetando siempre al medioambiente, a su comunidad y sus colaboradores”, agrega Giavarini. 

En esta búsqueda constante, la compañía fundada en la ciudad de Pergamino ha transitado por diferentes etapas y desafíos. El primer objetivo fue organizar las normas de seguridad dentro de la planta y el cuidado de la higiene. Cuando la empresa comenzó a crecer, al servicio de Seguridad e Higiene se le sumó la necesidad de cuidar la calidad de la producción y la preocupación por el ambiente. Luego Rizobacter se enfocó en trabajar en el control de efluentes y en mejorar el monitoreo dentro de cada proceso. Esta nueva etapa se coronó en 2006 con la construcción de la planta de tratamiento de efluentes líquidos, la primera del parque industrial de Pergamino. Y también se avanzó sobre otras cuestiones, como la salud ocupacional, relacionada a prevenir y combatir el sedentarismo y el tabaquismo.

Rizobacter estima obtener para mediados de año su certificación internacional DNV (Det Norske Veritas) quienes validarán el método de cálculo utilizado para obtener la huella de carbono. Det Norske Veritas es una Sociedad de Clasificación de ámbito mundial, proveedor líder de servicios de gestión de riesgos y miembro de la Asociación Internacional de Sociedades de Clasificación (IACS).