Suiza y Reino Unido frenan la discriminación laboral

30.06.2011 | Mundo

Son los dos países receptores de inmigrantes que mejor han conseguido equilibrar las oportunidades de trabajo para nativos e hijos de extranjeros, según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoce que el cambio de entorno entraña siempre repercusiones económicas y sociológicas. Y uno de los grandes problemas que detona es una discriminación laboral a favor de los nacionales, salvo en el caso de Suiza y Reino Unido, los únicos dos países acostumbrados a los flujos migratorios que han sabido garantizar un equilibrio al respecto.


Uno de cada dos jóvenes extranjeros –o hijo de padres extranjeros- asentados en Suiza proviene de la antigua Yugoslavia, indica un estudio dedicado a la población activa de entre 20 y 29 años.

El 27% de la población de entre 20 y 29 años en Suiza ha nacido en el extranjero o desciende de padres nativos de alguna otra nación, una proporción sólo superada en el mundo por Luxemburgo, en donde 40% de los adultos jóvenes cumple con este perfil.

Un dato como punto de referencia: Estados Unidos, la 'tierra de las oportunidades' y destino de millones de inmigrantes de todas las latitudes, registra sólo al 19% de su población de adultos jóvenes (20-29 años) con nacimiento en el extranjero, o de padres extranjeros.

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) reconoce que el cambio de entorno entraña siempre repercusiones económicas y sociológicas. Y uno de los grandes problemas que detona es una discriminación laboral a favor de los nacionales, salvo en el caso de Suiza y Reino Unido, los únicos dos países acostumbrados a los flujos migratorios que han sabido garantizar un equilibrio al respecto.

Suiza, país de inmigrantes

La OCDE, basada en París, presentó la semana pasada (15.10) el estudio 'Hijos de inmigrantes en el mercado laboral', en el que revisa la experiencia de 15 países y del bloque OCDE como conjunto (que incluye a su vez alrededor de 30 naciones, algunas de ellas en desarrollo como México).

El informe recoge la experiencia de Australia, Austria, Bélgica, Canadá, Dinamarca, Francia, Luxemburgo, Alemania, Holanda, Nueva Zelanda, Noruega, España, Suiza y Reino Unido, como eje de la investigación.

En la mayoría de estos países, los hijos de inmigrantes representan alrededor del 10% de la población de entre 20 y 29 años. Suiza se ubica tres veces por encima de esta media.

Cabe aclarar que la OCDE entiende por 'hijos de inmigrantes' a dos categorías de población: jóvenes nacidos en un país distinto a aquel en el que viven; y jóvenes nacidos en el país que habitan, pero hijos de padres extranjeros.

Para el grueso de las economías europeas, la llegada de mano de obra foránea tiene origen en Turquía y Marruecos, aunque incluye también a trabajadores de Portugal o Pakistán, señala el documento.

El caso de Suiza es particular. Según la OCDE, Suiza y Austria han sido naciones que han recibido un importante flujo de población de la antigua Yugoslavia.
"Las guerras de Bosnia Herzegovina y Kosovo generaron un importante desplazamiento de trabajadores", refiere. Y acota que los niños de las últimas dos décadas ahora son adultos jóvenes que reclaman un espacio en la economía.

Discriminación

El abanico de problemas que genera la inmigración es muy amplio. Sin embargo, la OCDE destaca la discriminación laboral como uno de los más importantes.

Señala que la tasa de empleo para hijos de inmigrantes (entre 20 y 29 años) es inferior a la que registra la población nativa de los países analizados.

La brecha se acentúa en economías como las de Holanda o Bélgica donde la diferencia entre las oportunidades laborales para un nativo y para un extranjero es abismal. Y el fenómeno se repite, aunque a menor escala, en Suecia, Francia, Alemania, Austria, Dinamarca y Noruega, indica la OCDE.

En contrapartida, Suiza, Reino Unido, Australia, Canadá y Estados Unidos se dibujan como economías en las que esta brecha se disuelve.

Concretamente, mientras la tasa de empleo para los jóvenes suizos fue del 90% en 2008, la de los jóvenes extranjeros o hijos de extranjeros fue del 88%. Muy lejos de casos como el de Bélgica, donde la tasa de empleo para los adultos belgas de entre 20 y 29 años es del 82%, contra el 61% que registran los hijos de inmigrantes y el 65% para los jóvenes que llegaron a Bélgica durante su niñez o adolescencia.

Deficiencia educativa

La educación suele ser la clave que determina la calidad del futuro productivo que tendrá un adulto.

De acuerdo con el estudio de la OCDE, el Programa de Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) ha demostrado durante los últimos años que los hijos de inmigrantes presentan resultados menos buenos en las pruebas de evaluación de rendimiento que los jóvenes nativos del país analizado.

Reconoce que la formación de los padres, el acceso que éstos tuvieron a la educación en sus países de origen, y el nivel socioeconómico que gozaban en el momento de la migración, resulta determinante.

Y la mayoría de las parejas que se muda a otro país suele corresponder a una población de ingresos medios o bajos.

La brecha se intensifica, a la luz de la estadística, para la población inmigrante descendiente de países como Turquía o Marruecos.

Y pese a los esfuerzos que realizan los países desarrollados para garantizar la igualdad de género, la discriminación laboral se acentúa entre la población femenina de entre 20 y 29 años, refiere la OCDE.

(Andrea Ornelas, swissinfo.c)