Voluntariado Corporativo en Buenos Aires y Bahía Blanca

04.11.2011 | Contratapa

Después de 7 meses de trabajo, llegó la hora de festejar juntos, y lo hicieron compartiendo la tarea y compartiendo el asado. Un sábado por la mañana partió el equipo de voluntarios de Transportadora de Gas del Sur hacia el comedor Vaquitas Lecheras, de José C. Paz y con mate y facturas fueron entrando en calor para animarse con rodillos y pinceles. 


 

Un grupo, integrado por voluntarios y por padres y madres del comedor, pintó el interior del salón principal, que así quedó listo para ser estrenado nuevamente. Esta acción fue la última de una serie de arreglos infraestructura realizados, entre los que se cuentan la reparación de los tanques de agua, el armado una despensa, la instalación de una casita de madera para el grupo de tercera de edad y la colocación de dos hornos especiales que reemplazaron el viejo horno de barro. 
Simultáneamente, el grupo coordinador del comedor, con el acompañamiento de la Fundación Compromiso, planificó los pasos que darán para crecer. Entre las prioridades se definieron la concreción de tres emprendimientos que posibilitarán la creación de puestos de trabajo para las familias del grupo y un ingreso que permitirá al comedor sostener parte de sus necesidades y pensar nuevos proyectos: una huerta, una fábrica de pan y la venta de productos tejidos a máquina y en crochet. La organización ya cuenta con los insumos necesarios para el puntapié inicial y cada emprendimiento tiene un responsable que participó de las definiciones clave de la puesta en marcha del proyecto. 
La jornada terminó con un asado compartido en el patio del comedor, pero la ensalada quedó pendiente para la próxima, cuando la huerta esté produciendo a pleno. 
En Bahía Blanca, el intercambio también funcionó de maravillas. Entre las reparaciones figuran la reparación del techo, la apertura de ventilaciones del salón, la ampliación de la red de gas interna, la instalación de calefactores y calefón, la instalación eléctrica, la colocación de artefactos de iluminación existentes y nuevos, la instalación de red interna de agua corriente y la construcción e instalación de dos baños. 
Es el nombre del Primer Programa de Voluntarios de Argencard y una verdadera declaración de principios. 
Desde adentro, el Primer Programa de Voluntarios de Argencard empezó a gestarse tímidamente durante el último verano. Nació de la mano de una encuesta interna que se llevó adelante para conocer el grado de interés de los empleados en ser parte de una propuesta de trabajo de corte educativo, destinada a niños y adolescentes. El desafío era alto, tanto como las expectativas. 
Las respuestas no se hicieron esperar, 117 personas contestaron, demostrando la voluntad de construir, apoyar y consolidar un nuevo espacio que los tuviera como protagonistas indiscutidos. Por su parte la empresa dispuso no sólo de recursos económicos sino también de horas hombre y generó un espacio online y físico para que el proyecto comenzara a tomar cuerpo. 
En marzo se realizaron, con la participación de más de 70 empleados, los primeros talleres participativos que delinearon las líneas generales de acción. 
El concepto amplio sobre la educación, como todo aquella acción que transforma la vida de una persona aún en sus aspectos mínimos, es la que sostiene y da sustento al programa. 
Más de 60 voluntarios participan activamente organizados en tres grupos: 
Generación de espacios ( bibliotecas, salón multiusos, gabinete de computación) con la idea de abrir una puerta de entrada para a mediano plazo ofrecer alternativas educativas no formales. 
Experiencias directas: excursiones y paseos pedagógicos por la ciudad. El objetivo que se propuso este equipo consiste en facilitar a los destinatarios del programa el acceso a otros ámbitos con la intención de ampliar su visión del mundo y estimular un nuevo tipo de relación con el entorno. 
Actividades recreativas, es el grupo de voluntarios que llevarán adelante la relación más estrecha con los niños y/o adolescentes. Comprende la ejecución de actividades lúdicas y pretende educar a través del juego.
Uno de los resultados más significativos del intercambio entre los voluntarios es el reconocimiento del doble beneficio de la ayuda. Como dicen ellos, comprometernos a ayudar, nos hace crecer como personas". 

Un grupo, integrado por voluntarios y por padres y madres del comedor, pintó el interior del salón principal, que así quedó listo para ser estrenado nuevamente. Esta acción fue la última de una serie de arreglos infraestructura realizados, entre los que se cuentan la reparación de los tanques de agua, el armado una despensa, la instalación de una casita de madera para el grupo de tercera de edad y la colocación de dos hornos especiales que reemplazaron el viejo horno de barro. 

Simultáneamente, el grupo coordinador del comedor, con el acompañamiento de la Fundación Compromiso, planificó los pasos que darán para crecer. Entre las prioridades se definieron la concreción de tres emprendimientos que posibilitarán la creación de puestos de trabajo para las familias del grupo y un ingreso que permitirá al comedor sostener parte de sus necesidades y pensar nuevos proyectos: una huerta, una fábrica de pan y la venta de productos tejidos a máquina y en crochet. La organización ya cuenta con los insumos necesarios para el puntapié inicial y cada emprendimiento tiene un responsable que participó de las definiciones clave de la puesta en marcha del proyecto. 
La jornada terminó con un asado compartido en el patio del comedor, pero la ensalada quedó pendiente para la próxima, cuando la huerta esté produciendo a pleno. 

En Bahía Blanca, el intercambio también funcionó de maravillas. Entre las reparaciones figuran la reparación del techo, la apertura de ventilaciones del salón, la ampliación de la red de gas interna, la instalación de calefactores y calefón, la instalación eléctrica, la colocación de artefactos de iluminación existentes y nuevos, la instalación de red interna de agua corriente y la construcción e instalación de dos baños. 
Es el nombre del Primer Programa de Voluntarios de Argencard y una verdadera declaración de principios. 
Desde adentro, el Primer Programa de Voluntarios de Argencard empezó a gestarse tímidamente durante el último verano. Nació de la mano de una encuesta interna que se llevó adelante para conocer el grado de interés de los empleados en ser parte de una propuesta de trabajo de corte educativo, destinada a niños y adolescentes. El desafío era alto, tanto como las expectativas. 

Las respuestas no se hicieron esperar, 117 personas contestaron, demostrando la voluntad de construir, apoyar y consolidar un nuevo espacio que los tuviera como protagonistas indiscutidos. Por su parte la empresa dispuso no sólo de recursos económicos sino también de horas hombre y generó un espacio online y físico para que el proyecto comenzara a tomar cuerpo. 
En marzo se realizaron, con la participación de más de 70 empleados, los primeros talleres participativos que delinearon las líneas generales de acción. El concepto amplio sobre la educación, como todo aquella acción que transforma la vida de una persona aún en sus aspectos mínimos, es la que sostiene y da sustento al programa. 
Más de 60 voluntarios participan activamente organizados en tres grupos: Generación de espacios ( bibliotecas, salón multiusos, gabinete de computación) con la idea de abrir una puerta de entrada para a mediano plazo ofrecer alternativas educativas no formales. 
Experiencias directas: excursiones y paseos pedagógicos por la ciudad. El objetivo que se propuso este equipo consiste en facilitar a los destinatarios del programa el acceso a otros ámbitos con la intención de ampliar su visión del mundo y estimular un nuevo tipo de relación con el entorno. 
Actividades recreativas, es el grupo de voluntarios que llevarán adelante la relación más estrecha con los niños y/o adolescentes. Comprende la ejecución de actividades lúdicas y pretende educar a través del juego.
Uno de los resultados más significativos del intercambio entre los voluntarios es el reconocimiento del doble beneficio de la ayuda. Como dicen ellos, comprometernos a ayudar, nos hace crecer como personas".