WWF insta a las empresas y gobiernos a salvar los recursos oceánicos

21.09.2015 | Mundo

Las poblaciones de peces clave para la seguridad alimentaria humana están disminuyendo de forma preocupante en todo el mundo, con algunas de ellas en riesgo de colapso, según un análisis de WWF.


El informe “Planeta Vivo, Océanos (Living Blue Planet)” de WWF muestra que las poblaciones de mamíferos marinos, aves, reptiles y peces se han reducido,  como promedio, a la mitad a nivel mundial en las últimas cuatro décadas, llegando algunos peces a disminuir un 75 por ciento. Los últimos hallazgos suponen un problema para todas las naciones, especialmente para quienes  habitan en países en vías de desarrollo.

Para invertir la tendencia a la baja, los líderes mundiales deben asegurarse de que la recuperación del océano y salud de los hábitats están contemplados en la aplicación de los objetivos de desarrollo sostenible de la ONU, que se aprobarán formalmente a finales de este mes. Las negociaciones sobre un nuevo acuerdo climático global son también una oportunidad importante para forjar un acuerdo que apoye la salud del mar.

“Publicamos este informe con urgencia para proporcionar la foto más actual del estado del océano”, dijo Marco Lambertini, director general de WWF Internacional. “En una sola generación, la actividad humana ha dañado gravemente el océano capturando peces más rápido de lo que pueden reproducirse, mientras se destruyen sus zonas de alimentación. Se necesitan cambios profundos para garantizar una vida marina abundante a las generaciones futuras”.

El estudio subraya la severa caída en las poblaciones de peces comerciales, como la dramática pérdida del 74 por ciento de la familia de peces para consumo que incluye atunes, caballas y bonitos.

Junto con la crisis del descenso de las poblaciones de peces, el informe muestra que los arrecifes de coral y las praderas podrían perderse en todo el mundo para el año 2050, como resultado del cambio climático.

“Se está poniendo una presión sin precedentes sobre nuestros mares en Latinoamérica. Extraemos de ellos más atunes, jureles y sardinas de lo que es sostenible; afectamos complejos ecosistemas y paisajes marinos como son nuestros manglares y corales, y contaminamos sus aguas”, dijo Roberto Troya, director de WWF Latinoamérica y el Caribe. “Adicionalmente, el cambio climático, cuyas consecuencias ya las empezamos a sentir, podría modificar de manera profunda la dinámica de nuestros océanos, con graves consecuencias para la vida y la economía en nuestra región”.

Mientras que la sobreexplotación se identifica como la mayor amenaza para la biodiversidad del océano, el estudio señala que el cambio climático está causando al océano cambios más rápidos que en cualquier otro momento en millones de años. El aumento de las temperaturas y de la acidificación, causada por el dióxido de carbono agravan los impactos negativos de la sobrepesca y de otras amenazas más importantes, incluyendo la degradación del hábitat y la contaminación.

El informe de WWF detalla oportunidades para los gobiernos, las empresas y las comunidades con el fin de asegurar un océano vivo. Entre ellas, destacan medidas importantes para preservar los recursos oceánicos que incluyen preservar y reconstruir el capital natural marino, consumir de una forma responsable y dar prioridad a la sostenibilidad.

A principios de este año, un estudio independiente de WWF reveló que cada dólar invertido para crear áreas marinas protegidas podría producir el triple de beneficios a través de factores como el empleo, la protección de la costa, y la pesca.