El Foro de Davos dio inicio a la era del Capitalismo de los Grupos de Interés

23.01.2020 |

Por primera vez en 50 años el Foro de Davos estuvo atravesado enteramente por la agenda de la sustentabilidad. Se discutió la necesidad de fundar un nuevo capitalismo  que evite un apocalipsis climático y traiga la equidad. 


Se viene el “stakeholder capitalism”

¿Como harán las empresas para reconstruir la confianza pública ahora que la primacía de los accionistas está dando paso a una visión ampliada del capitalismo dominado por los stakeholders?

Coincidiendo con la 50º edición del foro, Klaus Schwab, fundador del Foro Económico Mundial, ha publicado una actualización del Manifiesto de Davos publicado originalmente en 1973. Todo, con el objetivo de asegurar que el “stakeholder capitalism” suministre su potencial necesario para plantar cara a los desafíos medioambientales y sociales de hoy en día.

“La movilización de los grupos de interés por un mundo cohesionado y sostenible” es el lema de este “nuevo credo” corporativo que busca que el lucro deje de ser el único objetivo de los actores del capitalismo y que los beneficios que produce logren derramarse a toda la sociedad. Los basamentos están en el “Acuerdo de París” y la Agenda 2030 de los ODS.

Los asistentes a este 50º Foro de Davos firmaron el “Manifiesto de Davos 2020: El propósito universal de las empresas en la Cuarta Revolución Industrial”, que consta de tres artículos únicos sobre que las empresas no deben cumplir únicamente con sus accionistas, sino con todos sus stakeholders: empleados, clientes, proveedores, comunidades locales y la sociedad en general. Expresa además que una empresa es algo más que una unidad económica generadora de riqueza. Atiende a las aspiraciones humanas y sociales en el marco del sistema social en su conjunto. Define a la empresa como “un stakeholder —junto con los gobiernos y la sociedad civil— de nuestro futuro global”.

Para  Schwab, el sistema económico actual constituye una traición a las generaciones futuras por el daño ambiental que provoca. En segundo lugar, y en línea con lo anterior, los millennials y la «generación Z» ya no quieren trabajar para, invertir en, o comprar en empresas que no se rijan por unos valores más amplios. Y por último, cada vez son más los ejecutivos y los inversores que empiezan a comprender que su éxito a largo plazo depende también del éxito de sus clientes, empleados y proveedores.

La iniciativa va en línea con el Business Roundtable de los Estados Unidos, el grupo de presión más influyente de América, se ha mostrado particularmente a favor del «capitalismo de las partes interesadas». Por otra parte, la denominada «inversión de impacto» también está adquiriendo importancia. Permite a los inversores buscar beneficios ambientales y sociales, además de financieros.

En el Foro se discutió la creación de un parámetro que mida la «creación de valor compartido» que complementase a los parámetros métricos y permitiese mejorar los objetivos «ambientales, sociales y de gobernanza». Ya hay en marcha una iniciativa encaminada a ello que goza del respaldo de «las cuatro grandes» consultoras, y del presidente del Consejo Empresarial Internacional y CEO del Banco de América, Brian Moynihan.

La segunda medida que hay que ajustar es la remuneración de los ejecutivos. Desde la década de 1970, el salario de los ejecutivos se ha disparado, fundamentalmente para «alinear» a los directivos con los accionistas. En el nuevo modelo de las partes interesadas, el salario debería estar alineado con la creación de valor compartido a largo plazo. 

Evitar un Apocalipsis climático

La acción climática fue un tema clave de la reunión de este año, con el título de una sesión poniendo el desafío sin rodeos: Evitar un apocalipsis climático.

Se les ha pedido a todas las compañías que vienen a Davos que se comprometan a aspirar a emisiones netas de carbono a cero para 2050 o antes.

En una carta enviada a las y los líderes de la compañía mientras se encuentran de camino a la cumbre en Suiza, Klaus Schwab, fundador y presidente ejecutivo del Foro, y los jefes de Bank of America y Royal DSM, dicen que la reunión de este año es una oportunidad perfecta para mostrar liderazgo en el cambio climático.

La imagen puede contener: posible texto que dice "The world's RICHEST 1% have more than twice as much wealth as 6.9 BILLION PEOPLE."

- Desigualdad para la mujer

Según la Organización Internacional del Trabajo las mujeres y las niñas de todo el mundo trabajan un total de 12.500 millones de horas de forma gratuita,.

La ONG Oxfam presentó un reporte que indica que las mujeres de los hogares más pobres en los países de bajos ingresos eran las más afectadas, ya que las mujeres de Uganda, Zimbabwe, India, Filipinas y Kenia gastan 40 minutos más cada día en actividades como la recolección de agua y combustible que las que tienen una mejor situación económica.

Según Oxfam, si los gobiernos aumentaran los impuestos al 1% más rico durante los próximos 10 años, con esa inversión se podrían crear 117 millones de puestos de trabajo en educación, salud y asistencia a las personas ancianas y otros sectores, para paliar la falta de apoyo a las tareas de cuidado.

Valorar el cuidado en las políticas y prácticas empresariales, como guarderías, bonos y subvenciones para el cuidado de las niñas y niños, horarios de trabajo flexibles y bajas laborales remuneradas.

- La lucha contra la obesidad

La obesidad también tiene consecuencias importantes a nivel financiero y social, que afectan a millones de personas y ponen a prueba los sistemas y los presupuestos de salud. El impacto económico estimado es de 2 billones de dólares, o el 2,8 por ciento del PIB mundial, lo que equivale aproximadamente a los costos económicos del tabaquismo o de los conflictos armados.

Si bien los gobiernos deben estar a la vanguardia del establecimiento de políticas, estrategias y programas, no pueden hacerlo solos. Las empresas y los grupos de la sociedad civil, así como las propias familias, los niños, las niñas y los jóvenes, tienen importantes papeles que desempeñar y acciones que emprender.

Estos principios se están poniendo en práctica, a menudo con resultados sorprendentes. En ciudades como Ámsterdam y Londres, los alcaldes han demostrado liderazgo y ambición a través de acciones transversales para la adquisición de alimentos, el transporte y la planificación, la educación, los servicios sociales y los establecimientos de salud.

En Chile, Malasia y México, los gobiernos están estableciendo leyes cuya eficacia fue probada para desincentivar el consumo de productos azucarados mediante impuestos y un mejor etiquetado de los alimentos. Por otro lado, un número cada vez mayor de donantes y socios a nivel mundial —Bloomberg Philantropies, los gobiernos holandés y noruego, Beko y Novo Nordisk, por nombrar algunos— están entrando en esta área de juego, presentando las prácticas de alimentación poco saludables y la obesidad como una barrera al desarrollo sostenible.

- La revolución del 5G  en la sustentabilidad

Mientras que el 3G puso el internet móvil en tu mano y el 4G nos dio la banda ancha móvil, redefiniendo la forma en que interactuamos con nuestro mundo, el 5G conectará todo y a todas las personas. Las tecnologías dentro del 5G fueron y siguen siendo diseñadas para expandir enormemente la capacidad de red para que los automóviles, las redes de servicios públicos, los electrodomésticos, los dispositivos médicos, la maquinaria industrial, los hogares, las ciudades, las granjas y muchos más puedan ser conectados.

El 5G reducirá los retrasos y mejorará la fiabilidad, permitiendo así que las tareas cruciales o hasta críticas, como la cirugía a distancia, los coches autónomos -sin conductor- y la mejora de la seguridad pública, hagan posible conexiones seguras tan rápidas que se pueda descargar una película entera en segundos.

El 5G se está desplegando para hacer más eficiente el uso de la energía y el agua, mientras que las ciudades se están preparando para utilizar el 5G para controlar la calidad del aire y del agua en tiempo real, y la tecnología de los coches conectados está diseñada para minimizar los atascos de tráfico y reducir las emisiones al tiempo que se mejora la seguridad.

La promesa de las tecnologías 5G de expandir y acelerar la conectividad sin sacrificar la duración de la batería será particularmente beneficiosa para los agricultores, y ya están mejorando los diagnósticos veterinarios, la protección de los cultivos, la reducción del uso de fertilizantes y los sistemas de irrigación inteligentes que conservan el agua. También se espera que 5G proporcione nuevas soluciones a la disparidad entre las conexiones de Internet de banda ancha en las ciudades y las de algunas zonas rurales, la brecha digital geográfica.

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