Entrevista

“Necesitamos que la financiación circular sea como la financiación climática”

18.05.2022 | Entrevistas

Así lo afirma Elena Ruiz, Manager del Grupo de Acción en Economía Circular de Forética, con motivo de la nueva publicación donde analizan los pilares de la transformación circular. El rol de la innovación y la financiación, los cuatro pasos para que las empresas puedan mejorar en innovación circular, los problemas de estar financiando la economía lineal, cómo puede la economía circular generar un impacto social positivo en los DDHH, las cinco claves para la transformación circular, y los lecciones que deja el Pacto Verde Europeo para América Latina, fueron algunos de los temas abodados en la entrevista.


¿Qué rol juega la innovación en la transformación circular?

La innovación juega un papel clave, y junto con la financiación la hemos elegido este año en el  Grupo de Acción de Economía Circular de Forética como pilares de la transformación circular. Esto se debe a que tanto la innovación como la financiación tienen un poder sin precedentes para generar los cambios.

La innovación en todo lo que se refiere a la economía circular es la gran protagonista porque el cambio de modelo de producción y de consumo pasa por hacer las cosas de una manera diferente, y cambiar la forma en la que diseñamos los productos, en la que los producimos, en la que conseguimos que vuelvan otra vez al ciclo económico. Porque las famosas “nueve R” (Rechazar, Repensar, Reducir, Reutilizar, Reparar, Restaurar, Remanufacturar, Reciclar, Recuperar) al final requieren de innovación.

Además, con este Informe hemos querido ofrecer a las empresas una hoja de ruta muy sencilla de cuatro pasos para que puedan mejorar en innovación circular.

El primero lo hemos titulado “Focus:  definiendo el propósito” para que puedan transformar su negocio desde el “business as usual” a una economía circular.

El segundo es el “Approach: identificando el alcance”, porque para innovar en una organización no solamente se necesita que innove el departamento de producto, o de ventas, o de sostenibilidad, sino que tiene que ser un trabajo conjunto.

El tercero es “Action: implementado la estrategia”, que son las nueve R que mencionaba, y que creo que con el paso del tiempo vamos a ir innovando también en las maneras de “circularizar” las empresas, tanto en productos, procesos, como servicios.

Y la cuarta es “Results: buscando la escalabilidad”, donde ponemos el foco en los resultados y en escalar, que es donde creo que nos falta porque muchas de estas empresas innovan en términos de proceso, de producto, de servicio, y están empezando por por áreas de negocio pequeñas o por un producto en concreto, pero lo que nos falta es que se amplíe esa onda expansiva.


¿Cuáles son los desafíos que se presentan en materia de financiación para la transformación circular?

En el Informe también analizamos el ecosistema de financiación, y el resultado es que hay una brecha que se traduce en que al día de hoy todavía estamos financiando la economía lineal. No estamos recirculando los flujos financieros hacia la economía circular, por ahora. Estoy hablando a nivel global, aunque hay excepciones. Y lo poco que se está financiando va mucho “aguas abajo”, en tema de residuos, y no tanto “aguas arriba”. Y ese es un gran error, porque según la Unión Europea el 80% de los impactos ambientales de un producto se definen en su fase de ecodiseño y sin embargo no estamos financiando eso sino que estamos financiando cuando ya tenemos el residuo. Entonces hay poco y quizás esté mal enfocada la financiación.

Pero también es cierto que si hacemos foco en Europa, por ejemplo en España que es donde se enfoca el Informe, sí vemos que hay buenas noticias en el sentido de que si comparamos el presente con cinco años atrás ha habido un incremento de instrumentos financieros, tanto públicos como privados, para financiar la transición hacia una economía circular.

Por ejemplo ahora en España se acaba de lanzar un PERTE de economía circular, que es un programa para empujar este modelo tanto desde el punto de vista de sectores concretos como también de acciones transversales, que es un hito que marca un antes y un después porque por primera vez las empresas van a querer esa cofinanciación y eso les va a permitir avanzar mucho más rápido.

Entonces aunque a nivel global todavía no podemos hablar de la financiación de la economía circular como la financiación del cambio climático, en Europa y en España creo que estamos en un buen punto, aunque todavía una de las limitaciones que tenemos es que los flujos financieros no están enfocándose en cambiar el modelo económico.


En el Informe destacan que la economía circular puede generar un impacto social positivo en los DD.HH. ¿Cuál es la relación?

En el Informe queríamos ver a la economía circular como un aliado para frenar la degradación de la naturaleza, para alinearnos con el 1.5 que marca el Acuerdo de París. Pero también queríamos ver a la economía circular como un modelo económico aliado del respeto a los derechos humanos y de la salud y el bienestar de las personas. Ese vínculo con la parte más social.

Cuando hablamos de derechos humanos, por ejemplo si nos enfocamos en toda la cadena de valor, hay algunos datos de informes de referencia que nos dicen que entre el 80 y el 90 por ciento de los impactos ambientales producidos en la Unión Europea suceden a lo largo de las cadenas de valor, fuera en algunos casos de la propia frontera de la Unión Europea. Además, hay retos vinculados con el medio ambiente, como puede ser la contaminación de plásticos, que tienen un impacto en los derechos humanos en tanto y en cuanto afectan a los más vulnerables, como los trabajadores de las industrias petroquímicas, de fabricación de plásticos, los recicladores, los recicladores de base (que es un gran problema que existe por ejemplo en América Latina). Y hablamos de los plásticos pero podríamos hablar también del sector textil.

Se supone que una economía circular es una economía más limpia, mucho más respetuosa con las personas, y que también es una economía de proximidad.

Si pensamos en la salud y bienestar creo que la relación es muy clara, y aquí incluyo los derechos humanos vinculados per se con la cadena de valor. Por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud estima que el 23 por ciento de las muertes están vinculadas con riesgos ambientales, como la contaminación de aire, de agua, o la exposición a sustancias químicas. Además, la comunidad científica menciona que acabamos de sobrepasar los límites planetarios, con lo cual una economía circular también propone un modelo más limpio, sobre todo porque vamos a ser capaces de hacer más con menos, y no va a haber tanto impacto en el planeta porque vamos a conseguir que los productos duren más y se hagan de una manera más limpia.

Por eso creo que el tema de los plásticos también es considerado como una crisis mundial de salud, por todo el impacto que puede tener en océanos, en ríos. Hay algunos científicos que ya hablan de impacto en cambios hormonales, trastornos del desarrollo, anomalías reproductivas, etc. Por eso yo creo que es claro que un modelo más limpio tendría un impacto positivo en las personas.


¿Cuáles son las cinco claves para la transformación circular?

Al final del Informe definimos esas cinco claves. Para nosotros la primera es “el sentido de la urgencia”. Sin querer generar estrés pero sí para tener claro que hay que ser realistas. Los datos de la ciencia nos muestran que es el momento de actuar y de cambiar el modelo que tenemos ahora.

La segunda clave habla de “la ambición de hoy, la realidad de mañana”. Ya estamos en el 2022, el tiempo pasa rápido, y dentro de muy poco estaremos en el 2030. Estamos en la senda para la Década de la Acción y en el WBCSD tenemos la Visión 2050, que Forética ha trasladado a España. Incluso el gobierno de España también ha definido la Visión 2050, o sea que ya sabemos cómo queremos ser en esa fecha. Y para eso necesitamos llegar a la mitad de siglo con 9.000 millones personas viviendo bajo los límites planetarios, 50 millones en España. Por lo tanto, necesitamos planificar y actuar desde ahora. En este sentido, el WBCSD propone nueve transformaciones de sistemas, y una de ellas tiene que ver con la manera en la que utilizamos los productos y los materiales. Ello se traduce que en el 2050 no podemos estar teniendo el modelo de producción y consumo que tenemos a día de hoy, porque estaremos en problemas.

La tercera es “la innovación empresarial, clave del ecosistema circular”. Aquí se pone de manifiesto la idea y la importancia de seguir invirtiendo y poniendo foco en seguir innovando. Esto es clave para generar un ecosistema circular, no solamente considerando las propias actividades de la empresa sino con esa visión también de cadena de valor, y sobre todo con ese enfoque de análisis de ciclo de vida que es muy importante. También la legislación va pidiendo a las empresas que empiecen a enfocarse en ello.

La cuarta clave es “reduciendo el gap de financiación circular”. Los datos nos muestran que que no solamente seguimos operando en un modelo lineal sino que seguimos financiando la economía lineal. Porque cuando el sistema financiero se transforma, todo se transforma. Es una gran palanca, con lo cual necesitamos que la financiación circular sea como la financiación climática y que se empiecen a redirigir los flujos financieros hacia esta transformación de modelo.

Y la última clave es “España, más circular y con más oportunidades”. Esto para nosotros es muy importante porque el PERTE de economía circular se alinea con la Estrategia Española de Economía Circular 2030 y con el Plan de Acción Trianual que está en vigor, y por el que instamos a las empresas a aprovechar la oportunidad para que puedan conseguir dichos fondos y seguir avanzando en este sentido.


¿El contexto actual en materia de políticas públicas es favorable para avanzar hacia un modelo económico circular?

En el contexto europeo y español estamos en un buen momento si nos comparamos con el pasado. Desde el Pacto Verde Europeo, y toda la transformación que ha habido de directivas europeas que se han trasladado a los Estados miembro, creo que tenemos una realidad muy distinta en sentido positivo.

En España tenemos ahora mismo la Ley de Residuos y Suelos Contaminados, que ya ha sido aprobada y que va a cambiar la manera de hacer negocios también. Va a reducir la cantidad de plásticos, e incorpora al sector textil. Es un cambio sin precedentes en nuestro modelo de producción y consumo, y a nivel Autonómico también porque en España somos 17 pequeños países donde cada Comunidad Autónoma está avanzando.

Si bien es verdad que la idiosincrasia europea y española no se puede extrapolar globalmente, creo que que el hecho de tener esa visión europea conjunta, el hecho de poder agrupar intereses de distintos países y querer tener un espacio común, sostenible y circular, ha hecho que al final todos vayamos independientemente de nuestro punto de partida hacia el mismo objetivo.

América Latina ha avanzado mucho. Hay países que tienen mucho más terreno recorrido, como  Chile, Argentina, y Colombia. Pero quizás falta esa visión regional, con objetivos comunes y globales que permitan también tener un objetivo alcanzable, y tener esa ambición impuesta por esa visión común. Creo que es complicado, no es tan fácil decirlo como hacerlo, pero quizás es uno de los  secretos de los grandes beneficios que hemos tenido en Europa de tener esa visión conjunta del Pacto Verde Europeo, del que todos los países nos hemos apropiado y lo consideramos nuestro.

El Plan de Acción de Economía Circular europeo fue adaptado a cada país, pero siempre respetando el contexto, y eso ha hecho que al final podamos hablar de una Europa circular, que es una muy buena noticia.

Yo soy optimista. Creo que quedan muchas cosas desde luego por hacer, pero si echamos la vista atrás, cinco o diez años, estamos en un momento fantástico. Y ojalá que esta dinámica pueda continuar.

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