Gestión de los riesgos psicosociales para prevenir el estrés laboral

Valentina Forastieri
OIT
¿Por qué el estrés en el trabajo es un reto colectivo y qué medidas podemos adoptar?
28.04.2016 | Opinion

Mientras el mundo celebra el Día Mundial de la Seguridad y Salud en el Trabajo, Valentina Forastieri, Especialista Principal de Salud en el Trabajo, Promoción de la Salud y Bienestar de la OIT, expone las conclusiones de la investigación más reciente sobre el impacto del estrés en el lugar de trabajo.

La relación entre el estrés en el lugar de trabajo y los problemas de salud mental está bien fundamentada. En nuestra reciente publicación, “Estrés en el trabajo: Un reto colectivo”, el equipo de trabajo de Seguridad y Salud en el trabajo de la OIT examinó los últimos estudios sobre estrés en el lugar de trabajo realizados en todas las regiones del mundo, Asia y el Pacífico, las Américas, Australia y Europa, entre otras. Constatamos que el estrés relacionado con el trabajo tiene un costo de miles de millones para la sociedad mundial en gastos anuales directos e indirectos. Además del costo humano pagado en ansiedad, sufrimiento y, según algunos de los informes analizados, hasta en suicidio.
 


Aumenta la presión en el trabajo

Con frecuencia escuchamos que nuestras vidas laborales son cada vez más estresantes, ¿pero qué nos dice la experiencia más reciente?

Comencemos por la globalización. Los procesos de competitividad global han transformado la organización del trabajo, las relaciones laborales y los modelos de empleo, contribuyendo a aumentar el estrés relacionado con el trabajo y los trastornos asociados. Con el ritmo de trabajo impuesto por las comunicaciones instantáneas y los elevados niveles de competitividad mundial, las líneas que separan el trabajo de la vida son cada vez más borrosas y un equilibrio adecuado entre el trabajo y la vida privada es difícil de lograr.

Y el fenómeno tiene un impacto global

Por ejemplo, un estudio realizado en Japón constató que 32,4 por ciento de los trabajadores declararon que sufrían de una fuerte ansiedad, preocupación y estrés debido al trabajo el año anterior. En Chile, según datos de 2011, 27,9 de los trabajadores y 13,8 por ciento de los empleadores expresaron que el estrés y la depresión estaban presentes en sus empresas. Encontramos cifras similares en prácticamente todos los países abarcados por este informe.

A esto se suma el peso de la reciente crisis económica mundial y recesión que obligó a muchas empresas a reducir la actividad económica para mantener el nivel de competitividad, lo cual ha impulsado una mayor reestructuración, reducción de personal, fusión, subcontratación, trabajo precario y mayores probabilidades de despidos masivos de trabajadores, desempleo, pobreza y exclusión social.

Estas prácticas laborales son el origen de lo que se conoce en este ámbito como “riesgos psicosociales”. En el lugar de trabajo, estos factores han contribuido al incremento de la competencia y de las expectativas en relación al rendimiento, a ritmos de trabajo más acelerados y trabajo intensivo, horas de trabajo más largas e irregulares, mayores exigencias laborales e inseguridad laboral y un menor control sobre el contenido y la organización del trabajo, y menores oportunidades de empleo. Todo esto, sumado al temor de perder el trabajo, a una menor motivación, satisfacción y creatividad del personal y menor estabilidad económica, tiene graves consecuencias sobre la salud mental y bienestar de los trabajadores, y sobre su balance financiero.

Estos costos relacionados, directos e indirectos, apenas comienzan a ser cuantificados. No obstante, algunos países desarrollados evalúan el impacto económico del estrés relacionado con el trabajo, los comportamientos asociados y los trastornos mentales. Por ejemplo, en Europa se estima que el costo de la depresión relacionada con el trabajo es de 617.000 millones de euros anuales, que incluyen el costo del absentismo y el presentismo para los empleadores (272.000 millones de euros), la pérdida de productividad (242.000 millones de euros), los costos para la sanidad pública (63.000 millones de euros) y los costos de indemnizaciones por discapacidad de la seguridad social (39.000 millones de euros).

Soluciones

¿Qué medidas podemos adoptar para reducir los efectos negativos del estrés en el trabajo sobre nuestra sociedades y empresas? He aquí cinco ideas que creemos pueden tener un impacto profundo:

  • Atención constante. Cada vez hay una mayor conciencia de la importancia de estas cuestiones. En la mayoría de los países, los responsables de la formulación de políticas y los interlocutores sociales han emprendido acciones concretas para hacer frente a los riesgos psicosociales que son la causa del estrés relacionado con el trabajo. Los interlocutores sociales han participado activamente, las campañas de sensibilización han proliferado y numerosas redes de investigación y asociaciones profesionales han sido involucradas.
     
  • Prevención. La protección de la salud mental en el trabajo tiene un mayor impacto si se basa en las medidas de prevención. Es esencial abordar las causas y las consecuencias del estrés relacionado con el trabajo a través de una combinación de medidas colectivas e individuales.
     
  • Inclusión. Mayores oportunidades de participación en la toma de decisiones están asociadas con una mayor satisfacción y sentimiento de autoestima. A largo plazo, incluso pequeñas dosis de autonomía en la realización de las tareas resultan beneficiosas pasa la salud mental y la productividad de los trabajadores. La participación en la toma de decisiones en el lugar de trabajo modera los efectos de los riesgos psicosociales como las exigencias del trabajo y reduce la tensión psicológica.
     
  • Gestión. Un sistema integral de gestión de la SST debería garantizar mejores prácticas preventivas y la incorporación de medidas de promoción de la salud, como incluir los riesgos psicosociales en la medidas de evaluación y de gestión de los riesgos a fin de gestionar su impacto de forma eficaz, del mismo modo que otros riesgos de SST en el lugar de trabajo. La participación de los trabajadores en este proceso es crucial.
     
  • Cultura organizativa. La experiencia de la OIT demuestra la importancia del entorno social para determinar los comportamientos en el trabajo y evaluarlos; las políticas de recursos humanos desempeñan un papel para garantizar relaciones laborales basadas en la confianza, la autenticidad y la cooperación.

En la actualidad, los trabajadores de todo el mundo hacen frente a importantes cambios en la organización del trabajo y las relaciones laborales; están bajo una mayor presión para satisfacer las exigencias de la vida laboral moderna. Por nuestra salud, nuestro bienestar y nuestros medios de subsistencia debemos seguir trabajando colectivamente para reducir el impacto del estrés en el lugar de trabajo.

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