Estamos en un momento global donde las famosas siglas BANI -un mundo frágil, no lineal, incomprensible y ansioso- están más que nunca presentes en lo que hacemos, esto lo podemos ver en la velocidad de cambios que el contexto exige en muchas organizaciones y un cambio de paradigma de trabajo y liderazgo. En este contexto, algunas empresas se esfuerzan por afianzar sus estrategias de sostenibilidad, mientras otras recién están empezando. Lo que está claro es que a ningún líder de empresa se le ocurriría decir que la sostenibilidad no es importante hoy.

Empecé a trabajar en el 2003 en Valos, una ONG cuya misión era “promover la RSE en Mendoza” y por aquellos tiempos, hubo muchas empresas que desconfiaba en que la sostenibilidad (en aquel momento Responsabilidad Social Empresaria) fuese posible en una Argentina que venía saliendo de la crisis 2001. Hoy, muchos años después, es innegable que las empresas tienen poder y responsabilidad en el mundo que tenemos y podemos tener. Muchas veces sentimos que no alcanza, que no es suficiente y nos queda flotando esa sensación de ansiedad que inhalamos y exhalamos en nuestro día a día y muchas otras veces nos entusiasmamos al ver empresas y organizaciones que se animan a cambiar sus modelos de negocios para ser más sostenibles y ser mejores para el mundo.

En esa contradicción constante nos encontramos quienes lideramos iniciativas de sostenibilidad dentro de las empresas.

Este contexto requiere cada vez más disposición al servicio, apertura y flexibilidad. Personas que se animen a hacerse nuevas preguntas, que sean disruptivas. Liderar desde el paradigma de la sustentabilidad implica un profundo autoconocimiento y el ejercicio activo de la escucha genuina y profunda y el coraje de animarse a conectar con la vulnerabilidad en un mundo volátil, incierto y ambiguo.

Como dice el maestro Otto Sharmer “El éxito de una intervención depende de la condición interior del que interviene”.

Esta condición interior es el “desde dónde hacemos lo que hacemos” o dicho con las palabras de Otto, “el punto ciego del liderazgo”. ¿Por qué ciego? Porque no lo vemos. No es lo que hacen los líderes, tampoco es el cómo lo hacen, nos referimos a las fuentes desde donde se originan nuestras acciones. La invitación es ver la fuente desde la que actuamos; hacernos conscientes del lugar en el que se originan nuestra atención y nuestra intención. Ser sostenible es una decisión consciente e intencionada. Mientras más líderes decidan ser sostenibles más y mejor será el mundo que vivimos.

Mientras más conciencia tengamos de nuestros puntos ciegos, mejores intervenciones podremos hacer.

Estamos convencidos que este es el camino, un camino de aprendizaje individual y colectivo. Sentimos que se necesitan espacios de encuentro entre pares donde podamos hablar de nuestros desafíos, de nuestros éxitos y fracasos. Para esto hemos desarrollado un programa pensado especialmente para las personas que lideran sostenibilidad.

Este programa ofrece marcos estratégicos para gestionar proyectos e iniciativas de sustentabilidad al mismo tiempo que permite explorar-se para comprender cuales son los principales motores que nos movilizan, el estilo personal de liderazgo que cada persona tiene y como se ve bajo la luz del paradigma de la sustentabilidad.

Un programa que nos invita a salir de la zona de confort y crecer en perspectiva, autoconocimiento y ganar recursos para liderar el futuro que estamos creando.

El programa de liderazgo en sostenibilidad:

El programa cuenta de 3 espacios a lo largo de todo el recorrido:

• Encuentros grupales donde se presentan marcos conceptuales para la gestión en sustentabilidad, casos reales de aplicación y se ponen en práctica competencias necesarias. Los encuentros grupales nutren y entrenan el Saber- Saber Hacer.
   
• Sesiones individuales de coaching ejecutivo que permiten a cada participante poner en palabras su propia experiencia, explorar en profundidad los cambios que desea impulsar y tomar acción.
   
• Actividades asincrónicas para unir los marcos conceptuales al día a día en la organización.