El negocio del cambio climático seduce a los bufetes de abogados

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Hace diez años Baker & McKenzie decidió crear en Chicago un grupo de abogados dedicado a asesorar exclusivamente en materia de cambio climático. Durante los dos primeros años la firma no obtuvo rendimientos; después, las cosas comenzaron a cambiar. Tanto es así que el equipo de 60 abogados que trabaja actualmente en el departamento facturó el año pasado entre 10 y 13 millones de euros. 'Nosotros vimos ya entonces esto como una de las cuestiones clave del derecho internacional que afectaría a las multinacionales con sede en Estados Unidos. Y ahora ya es así', explica Richard Saines, responsable de la división estadounidense de esta especialidad.