Caucho sustentable para los neumáticos
El fabricante de neumáticos Michelín está obteniendo resultados muy positivos tras la implantación, en su plantación de caucho del estado brasileño de Bahía --en la costa noreste del país--, de una nuevo modelo de gestión ecológica puesto en marcha tras la crisis vivida en 2001: la productividad era escasa debido a factores estructurales y el precio del caucho natural disminuía.
Para hacer frente a estos cambios de manera positiva, la compañía decidió poner en marcha un nuevo modelo de negocio y estructura de organización, creando un programa que generara resultados sociales, ambientales y económicos estratégicos para la comunidad local, realzara su reputación de cara a los consumidores y las ONG ambientales y, además, les permitiera mantener la competitividad en la zona.
El caucho natural es una materia prima renovable producida por el árbol de la hevea. Sus características únicas incluyen maleabilidad elasticidad, impermeabilización, resistencia mecánica y térmica, aislamiento de la electricidad, y adherencia a todo tipo de superficies.
La producción mundial de caucho natural alcanzó casi 9,7 millones de toneladas en 2006, con Asia y Oceanía produciendo la gran parte; unos 9,3 millones de toneladas. La demanda de este producto en Brasil asciende a 290.000 toneladas por año, pero solamente 110.000 toneladas se producen en el país.
La plantación de caucho de Michelín en Brasil está situada en un área costera del estado meridional de Bahía, a unos 200 kilómetros de Salvador de Bahía, en la parte noreste del país. Se extiende a lo largo de 9.800 hectáreas, incluyendo 5.500 hectáreas de áreas cultivadas y 3.000 hectáreas de bosque atlántico. Produce 3.000 toneladas de caucho natural anualmente. La fábrica, que también procesa el caucho de granjeros locales, produce el 10% del caucho total que sale del país. Está certificada con la norma medioambiental ISO 14.001 y emplea a unas 600 personas.
A finales de 2001, varios factores empujaron a Michelín a tomar medidas dramáticas. Tras la bajada aguda en los precios del caucho y el fin de la vida productiva de 2,5 millones de árboles, surgió la necesidad urgente de invertir en la replantación para asegurar los niveles de producción.
La topografía del área, la naturaleza montañosa del terreno y la propagación de la enfermedad 'Microcyclus Ulei' forzaron a la compañía a decidir si permanecía en la zona y sufría las consecuencias, o la abandonaba definitivamente. Decidió quedarse e invertir en un programa sostenible de agricultura, que generará resultados sociales, ambientales y económicos estratégicos.
La idea básica era dividir la plantación original en 12 plantaciones de tamaño medio --de 400 hectáreas por cada una-- y venderlas a los encargados brasileños de Michelín, permitiéndoles replantar con nuevas variedades de árbol de caucho resistentes al 'Microcyclus', y desarrollar además otros tipos de especies en la línea de la hevea, tales como cacao o plátano. Al mismo tiempo, creó la infraestructura, el gobierno y los sistemas de soporte requeridos para la rehabilitación de la comunidad local y de la gerencia y la venta de las plantaciones de producción de cacao.
Michelín decidió además mantener las 1.800 hectáreas de tierra así como la infraestructura básica --unidades de proceso, caminos, logística, etc--, el laboratorio de investigación para combatir la enfermedad de la hoja de 'Microcyclus Ulei' y comprar el caucho de las 12 plantaciones nuevas.
La compañía también creó 'corredores ecológicos' de bosque atlántico para crear continuidad de la costa y del océano hacia las áreas interiores que cubren casi 3.000 hectáreas. Para ello trabajó conjuntamente con el gobierno local y grupos de protección de la biodiversidad para desarrollar estos pasillos. Las plantaciones de caucho que prosperaran en esta área serían explotadas temporalmente, mientras que los esfuerzos de replantar el bosque en estos 'corredores' serían continuos.
Estas inversiones y proyectos fueron posible gracias a las alianzas forjadas por Michelín con funcionarios locales, ONG, asociaciones regionales, bancos y autoridades públicas, como el Estado de Bahía o el Banco Nordeste do Brasil para los préstamos concedidos a los nuevos dueños para comprar la tierra e invertir en la replantación.
Las 12 plantaciones de tamaño medio en las que se dividió la propiedad de Michelín se encuentran actualmente en operación, hay 500 hectáreas de plantación de cacao, los originales 600 empleados continúan trabajando en la empresa, y se han creado 150 nuevos puestos. Por otra parte, la producción de caucho natural ha aumentado en un 11%. Gracias a esta iniciativa, cada propietario recibe una media de 40.000 euros al año para cada terrateniente de tamaño medio.
(Europa Press)