El desafío de la cadena de valor

05.09.2011 | América Latina

Los negocios funcionan en un país que sabe equilibrar buenos indicadores sociales y económicos, con empresarios grandes ayudando a que sus pequeños suplidores de bienes o servicios laboren con más calidad cada día. Ese fue el mensaje que recibieron 150 hombres y mujeres de negocios a gran escala durante la Jornada Anual de Responsabilidad Social Empresarial (RSE), actividad a la que también asistieron representantes de 20 pymes.


 

El evento lo organizó la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), Avina y Fundes Internacional.
Jimena Araneda, directora de AED, explicó que el enfoque de este año fue el fortalecimiento de los encadenamientos productivos como motor para contribuir con el desarrollo del país.
"RSE no es filantropía, es hacer un negocio competitivo para los consumidores, los clientes y enrumbar prioridades con las del Estado", explicó Araneda.
Durante la jornada, se persuadió a los empresarios sobre la importancia de sus proveedores.
"Así, una familia que tiene una microempresa para dar paseos a caballo a turistas necesitará que el empresario grande que la contrata le ayude a aprender inglés y a tener a sus caballos en buen estado", explicó Araneda, quien agregó que de esa forma se crea un círculo virtuoso.
"Si cada día hay mejores negocios, habrá más divisas para el país, y así se puede propiciar que el Estado tenga más posibilidad de asignar mejores presupuestos para necesidades en salud, educación y seguridad", enfatizó.
Más que una ayuda económica, el encuentro de ayer promovió que quienes contratan servicios de pymes compartan sus conocimientos para mejorar la gestión de sus abastecedores.
"El empresariado costarricense es solidario y hay que elevar ese compromiso. En una sociedad que fracasa, los negocios no sirven porque ¿a quién se le vende?, ¿a quién que sea competente se le contrata?", preguntó Araneda.

El evento lo organizó la Asociación Empresarial para el Desarrollo (AED), Avina y Fundes Internacional.
Jimena Araneda, directora de AED, explicó que el enfoque de este año fue el fortalecimiento de los encadenamientos productivos como motor para contribuir con el desarrollo del país.
"RSE no es filantropía, es hacer un negocio competitivo para los consumidores, los clientes y enrumbar prioridades con las del Estado", explicó Araneda.
Durante la jornada, se persuadió a los empresarios sobre la importancia de sus proveedores.
"Así, una familia que tiene una microempresa para dar paseos a caballo a turistas necesitará que el empresario grande que la contrata le ayude a aprender inglés y a tener a sus caballos en buen estado", explicó Araneda, quien agregó que de esa forma se crea un círculo virtuoso.
"Si cada día hay mejores negocios, habrá más divisas para el país, y así se puede propiciar que el Estado tenga más posibilidad de asignar mejores presupuestos para necesidades en salud, educación y seguridad", enfatizó.
Más que una ayuda económica, el encuentro de ayer promovió que quienes contratan servicios de pymes compartan sus conocimientos para mejorar la gestión de sus abastecedores.
"El empresariado costarricense es solidario y hay que elevar ese compromiso. En una sociedad que fracasa, los negocios no sirven porque ¿a quién se le vende?, ¿a quién que sea competente se le contrata?", preguntó Araneda.