Iniciativa para la chatarra electrónica

24.08.2011 | Mundo

El Gobierno británico anunció recientemente que pondrá en marcha una iniciativa para abordar los efectos ambientales provocados por los equipos informáticos. En la fabricación de un ordenador personal se emplean en torno a 1,8 toneladas de productos químicos, combustibles fósiles y agua, y su funcionamiento genera 0,1 toneladas de CO2 al año. Tras una vida media de tres años, son desechados y en su mayoría enterrados en vertederos, lo que puede contaminar el suelo con cadmio y mercurio.


 

Por su parte, el Ayuntamiento de Manchester liderará esta iniciativa de contrarrestar el daño medioambiental que producen los ordenadores, y ha decidido crear una red informática que necesite un 98 por ciento menos de energía para funcionar, un proyecto que se espera haber implantado en diez ciudades al final de 2009.
Además, grupos ecologistas del país pondrán en marcha una campaña para presionar a los fabricantes para que reduzcan su huella ecológica, aplicando medidas que, además de reducir el consumo energético, faciliten la actualización de los ordenadores en lugar de reemplazarlos cada pocos años.
Paralelamente, la Agencia de Protección de la Salud británica fomentará la revisión de los posibles efectos de los sistemas Wi-Fi, especialmente en las escuelas, ya que según algunos científicos podrían causar problemas que van desde dolores de cabeza y problemas de concentración hasta enfermedades cardíacas y cáncer.

Por su parte, el Ayuntamiento de Manchester liderará esta iniciativa de contrarrestar el daño medioambiental que producen los ordenadores, y ha decidido crear una red informática que necesite un 98 por ciento menos de energía para funcionar, un proyecto que se espera haber implantado en diez ciudades al final de 2009.
Además, grupos ecologistas del país pondrán en marcha una campaña para presionar a los fabricantes para que reduzcan su huella ecológica, aplicando medidas que, además de reducir el consumo energético, faciliten la actualización de los ordenadores en lugar de reemplazarlos cada pocos años.
Paralelamente, la Agencia de Protección de la Salud británica fomentará la revisión de los posibles efectos de los sistemas Wi-Fi, especialmente en las escuelas, ya que según algunos científicos podrían causar problemas que van desde dolores de cabeza y problemas de concentración hasta enfermedades cardíacas y cáncer.