La responsabilidad de las empresas ante el Cambio Climático

26.11.2013 | Mundo

Casi todos los sectores coincidieron en calificar como un fracaso decepcionante a la COP 19 sobre Cambio Climático de Varsovia. El debate entre países desarrollados, que no profundizan sus compromisos y  emergentes que reclaman compensaciones aún no se agotó.  Según datos presentados, 90 empresas serían responsables de dos tercios de las emisiones que causaron el cambio climático. Se criticó la presencia de algunas empresas. Las ONG se retiraron de la Cumbre.


 

Fracaso de la Cumbre de Varsovia
La responsabilidad de las empresas ante el Cambio Climático
Casi todos los sectores coincidieron en calificar como un fracaso decepcionante a la COP 19 sobre Cambio Climático de Varsovia. El debate entre países desarrollados, que no profundizan sus compromisos y  emergentes que reclaman compensaciones aún no se agotó.  Según datos presentados, 90 empresas serían responsables de dos tercios de las emisiones que causaron el cambio climático. Se criticó la presencia de algunas empresas. Las ONG se retiraron de la Cumbre.
Entre los pocos cambios positivos que produjo la cumbre se cuentan el incremento de la protección de las selvas y la conformación de un fondo compensatorio para grandes catástrofes naturales.
La posición de los países en vías de desarrollo, liderada por China y Brasil, exige que sean los países industriales los que financien la reconversión hacia una economía con menos emisiones. Las economías más desarrolladas, por su parte, sólo quieren discutir la reducción de emisiones y la transferencia de tecnología.
Uno de los grandes fracasos de Varsovia fue que países como Australia, Brasil y Japón incluso disminuyeron el alcance de sus metas de reducción de emisiones y desforestación. 
De acuerdo a un informe presentado por el Climate Accountability Institute de Colorado (Estados Unidos), son 90 empresas las que han sido responsables de del 63% de las emisiones acumuladas a nivel mundial de dióxido de carbono industrial desde la revolución industrial hasta nuestros días. Se trata de companies vinculadas con la producción de cemento y la extracción de carbón y petróleo.
Desde el Observatorio Corporativo Europeo, se expresó una queja a la ONU por aceptar que la conferencia sea patrocinada por importantes contaminadores, como el gigante siderúrgico ArcelorMittal y el Grupo Polaco de Energía, argumentando que estas compañías estaban influenciando las negociaciones.
Para el presidente de la COP 19, Marcin Kolorec, “no hay nada malo en invitar al sector privado a participar en reuniones paralelas en la conferencia. Esos diálogos son una característica de las conversaciones desde que empezaron las COP. Tenemos que ser transparentes e inclusivos. No hay posibilidades de que la industria influya sobre las decisiones de la COP porque no es parte de las negociaciones formales”.
La Conferencia sobre el Clima de Varsovia, que debería haber sido un paso importante en la transición justa hacia un futuro sostenible, está en la vía de no conseguir prácticamente nada. De hecho, las acciones de muchos países ricos aquí en Varsovia están socavando directamente la propia Convención, que es un importante proceso multilateral que debe tener éxito si se quiere solucionar la crisis climática global.
Las principales ONG ambientales internacionales y movimientos sociales han abandonado la Cumbre del Clima de la ONU en señal de protesta por la falta de voluntad negociadora y compromiso de los gobiernos.
Para las ONG “la Conferencia de Varsovia ha puesto los intereses de las industrias energéticas contaminantes por encima de los de los ciudadanos del mundo – como demuestra el apoyo recibido a la “Conferencia sobre carbón y Clima" que se ha celebrado simultáneamente; el patrocinio corporativo de los grandes contaminantes y una Presidencia (Polonia), que está en deuda con la industria del carbón y el fracking. La integridad de las conversaciones se puso en peligro cuando Japón anunció que seguía a Canadá y daba marcha atrás en los compromisos de reducción de emisiones realizados anteriormente y Australia lanzó varias señales de que no estaba en absoluto dispuesta a tomar en serio el proceso climático de la ONU”.

Entre los pocos cambios positivos que produjo la cumbre se cuentan el incremento de la protección de las selvas y la conformación de un fondo compensatorio para grandes catástrofes naturales.

La posición de los países en vías de desarrollo, liderada por China y Brasil, exige que sean los países industriales los que financien la reconversión hacia una economía con menos emisiones. Las economías más desarrolladas, por su parte, sólo quieren discutir la reducción de emisiones y la transferencia de tecnología.

Uno de los grandes fracasos de Varsovia fue que países como Australia, Brasil y Japón incluso disminuyeron el alcance de sus metas de reducción de emisiones y desforestación.

De acuerdo a un informe presentado por el Climate Accountability Institute de Colorado (Estados Unidos), son 90 empresas las que han sido responsables de del 63% de las emisiones acumuladas a nivel mundial de dióxido de carbono industrial desde la revolución industrial hasta nuestros días. Se trata de companies vinculadas con la producción de cemento y la extracción de carbón y petróleo.

Desde el Observatorio Corporativo Europeo, se expresó una queja a la ONU por aceptar que la conferencia sea patrocinada por importantes contaminadores, como el gigante siderúrgico ArcelorMittal y el Grupo Polaco de Energía, argumentando que estas compañías estaban influenciando las negociaciones.

Para el presidente de la COP 19, Marcin Kolorec, “no hay nada malo en invitar al sector privado a participar en reuniones paralelas en la conferencia. Esos diálogos son una característica de las conversaciones desde que empezaron las COP. Tenemos que ser transparentes e inclusivos. No hay posibilidades de que la industria influya sobre las decisiones de la COP porque no es parte de las negociaciones formales”.

Las principales ONG ambientales internacionales y movimientos sociales han abandonado la Cumbre del Clima de la ONU en señal de protesta por la falta de voluntad negociadora y compromiso de los gobiernos. Para las ONG “la Conferencia de Varsovia ha puesto los intereses de las industrias energéticas contaminantes por encima de los de los ciudadanos del mundo – como demuestra el apoyo recibido a la “Conferencia sobre carbón y Clima" que se ha celebrado simultáneamente; el patrocinio corporativo de los grandes contaminantes y una Presidencia (Polonia), que está en deuda con la industria del carbón y el fracking. La integridad de las conversaciones se puso en peligro cuando Japón anunció que seguía a Canadá y daba marcha atrás en los compromisos de reducción de emisiones realizados anteriormente y Australia lanzó varias señales de que no estaba en absoluto dispuesta a tomar en serio el proceso climático de la ONU”.