Repartir el trabajo: Una estrategia para conservar los puestos de trabajo durante la crisis mundial del empleo

14.06.2011 | Mundo

La repartición del trabajo podría ser una respuesta relevante a la crisis mundial del empleo, de acuerdo con un informe sobre políticas preparado para ser discutido durante la Conferencia Internacional del Trabajo que se lleva a cabo en Ginebra del 3 al 29 de junio. Las políticas y programas de repartición del trabajo pueden ser una solución que beneficie tanto a trabajadores, como a empleadores y gobiernos. Entrevista con el experto en horas de trabajo de la OIT, Jon Messenger.


 

¿Qué es repartición del trabajo?
La repartición del trabajo es una reducción de las horas de trabajo con el fin de distribuir un menor volumen de trabajo entre el mismo número o un número similar de trabajadores con el objetivo de evitar despidos o también como medida para crear nuevos empleos. El concepto de repartición del trabajo, que se originó durante la Gran Depresión y está reflejado en el espíritu del Convenio sobre las cuarenta horas (No. 47), 1935 de la OIT, fue adoptado en el momento más álgido de esa crisis. En el contexto de la actual recesión económica – y consecuente crisis del empleo – ha aumentado el interés por la repartición del trabajo como una herramienta política del mercado laboral dirigida a mantener los puestos de trabajo existentes.
¿Es igual al trabajo compartido?
La repartición del trabajo no debe ser confundida con el trabajo compartido, que se refiere a un acuerdo voluntario mediante el cual dos personas comparten la responsabilidad de un trabajo a tiempo completo; una forma común de trabajo compartido es la división de un empleo a tiempo completo en dos empleos a tiempo parcial. A diferencia de la repartición del trabajo, el trabajo compartido por lo general no es utilizado como medida para evitar despidos o crear nuevos trabajos, y la reducción de horas en la repartición del trabajo, por lo general, no disminuye las horas hasta niveles de tiempo parcial.
¿Porqué la repartición del trabajo es una respuesta adecuada a la crisis mundial del empleo?
La repartición del trabajo es una respuesta pertinente a la crisis mundial del empleo porque es una medida elaborada para distribuir la carga de una situación económica difícil, no sólo entre los trabajadores, sino también entre empleadores y gobiernos. Si las políticas de repartición del trabajo son diseñadas e implementadas correctamente, el resultado es beneficioso para todas las partes; permite que los trabajadores mantengan su empleo y se preparen para el futuro; ayuda a las empresas no sólo a sobrevivir a la crisis, también a estar en una buena posición para progresar cuando se restablezca el crecimiento, y minimiza los costos de transferencias sociales y, por último, de la exclusión social para los gobiernos y la sociedad en general.
¿Cuáles son los elementos fundamentales de las políticas y programas de repartición del trabajo?
En esencia, son cinco los elementos que pueden ser incluidos en las políticas y programas de repartición del trabajo: reducción de las horas de trabajo para todos los trabajadores de una empresa o de una unidad de trabajo específica de una empresa, en lugar de despidos; la reducción de horas de trabajo está acompañada por una correspondiente disminución proporcional de los salarios; provisión de suplementos salariales a los trabajadores afectados para “amortiguar” los efectos de la reducción temporal de los ingresos; establecimiento de límites de tiempo concretos sobre el período de repartición del trabajo (este tipo de límites son esenciales para garantizar que el programa de repartición del trabajo sea, en efecto, una medida temporal en respuesta a la crisis económica); y la creación de vínculos entre programas de repartición del trabajo y actividades de formación/reconversión profesional.
¿La repartición del trabajo ha sido experimentada en algunos países?
La gran mayoría de los países que tienen programas de repartición activa del trabajo están en el mundo industrializado: Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Japón, los Países Bajos, la República de Corea, Suiza, y algunos estados específicos de los Estados Unidos. En cambio, estos programas son muy raros en los países en desarrollo o en las economías en transición. Sin embargo, en el contexto de la actual crisis económica y del empleo, unos cuantos países en desarrollo y en transición han comenzado a discutir y a experimentar algunas formas básicas de repartición del trabajo, incluyendo Chile, Costa Rica y Uruguay en América Latina, y la República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia en Europa Oriental.
¿La repartición del trabajo preserva los empleos?
Investigaciones realizadas por el Instituto Alemán de Investigaciones Laborales y Empleo sobre el sistema Kurzarbeit – el programa de repartición del trabajo más extendido en el mundo en la actualidad – señalan que a lo largo de 2002-2003 dos terceras partes (67,1 por ciento) de todas las empresas que participan en el programa mantuvieron el mismo nivel de empleo, y 7 por ciento incrementaron el empleo al contratar nuevos trabajadores. Además, los programas de repartición de trabajo tienden a ser sumamente anticíclicos, se expanden durante la desaceleración económica y disminuyen a medida que la economía progresa.
¿Cuáles son los factores clave para que un programa de repartición del trabajo sea eficaz?
En primer lugar, diálogo social, negociación colectiva y otras formas de negociación desempeñan un papel esencial en el establecimiento de las condiciones para la implementación de los programas de repartición del trabajo. Temas clave incluyen los trabajadores específicos que serán incluidos en los acuerdos de repartición del trabajo; la extensión de la reducción de las horas de trabajo; el alcance de la disminución de los salarios correspondiente; la distribución de las horas extraordinarias de trabajo reducidas; la duración del acuerdo; y los efectos sobre el empleo, en particular, garantías que establezcan los niveles de empleo que serán mantenidos durante el período de vigencia de la repartición del trabajo.
La repartición del trabajo será discutida durante el diálogo temático el sábado 6 de junio en la sección 7 “Medidas políticas: Salarios y condiciones de trabajo” en la Conferencia Internacional del Trabajo.
(OIT EnLínea)

¿Qué es repartición del trabajo?
La repartición del trabajo es una reducción de las horas de trabajo con el fin de distribuir un menor volumen de trabajo entre el mismo número o un número similar de trabajadores con el objetivo de evitar despidos o también como medida para crear nuevos empleos.

El concepto de repartición del trabajo, que se originó durante la Gran Depresión y está reflejado en el espíritu del Convenio sobre las cuarenta horas (No. 47), 1935 de la OIT, fue adoptado en el momento más álgido de esa crisis.

En el contexto de la actual recesión económica – y consecuente crisis del empleo – ha aumentado el interés por la repartición del trabajo como una herramienta política del mercado laboral dirigida a mantener los puestos de trabajo existentes.

¿Es igual al trabajo compartido?
La repartición del trabajo no debe ser confundida con el trabajo compartido, que se refiere a un acuerdo voluntario mediante el cual dos personas comparten la responsabilidad de un trabajo a tiempo completo; una forma común de trabajo compartido es la división de un empleo a tiempo completo en dos empleos a tiempo parcial.

A diferencia de la repartición del trabajo, el trabajo compartido por lo general no es utilizado como medida para evitar despidos o crear nuevos trabajos, y la reducción de horas en la repartición del trabajo, por lo general, no disminuye las horas hasta niveles de tiempo parcial.

¿Porqué la repartición del trabajo es una respuesta adecuada a la crisis mundial del empleo?
La repartición del trabajo es una respuesta pertinente a la crisis mundial del empleo porque es una medida elaborada para distribuir la carga de una situación económica difícil, no sólo entre los trabajadores, sino también entre empleadores y gobiernos.

Si las políticas de repartición del trabajo son diseñadas e implementadas correctamente, el resultado es beneficioso para todas las partes; permite que los trabajadores mantengan su empleo y se preparen para el futuro; ayuda a las empresas no sólo a sobrevivir a la crisis, también a estar en una buena posición para progresar cuando se restablezca el crecimiento, y minimiza los costos de transferencias sociales y, por último, de la exclusión social para los gobiernos y la sociedad en general.

¿Cuáles son los elementos fundamentales de las políticas y programas de repartición del trabajo?
En esencia, son cinco los elementos que pueden ser incluidos en las políticas y programas de repartición del trabajo: reducción de las horas de trabajo para todos los trabajadores de una empresa o de una unidad de trabajo específica de una empresa, en lugar de despidos; la reducción de horas de trabajo está acompañada por una correspondiente disminución proporcional de los salarios; provisión de suplementos salariales a los trabajadores afectados para “amortiguar” los efectos de la reducción temporal de los ingresos; establecimiento de límites de tiempo concretos sobre el período de repartición del trabajo (este tipo de límites son esenciales para garantizar que el programa de repartición del trabajo sea, en efecto, una medida temporal en respuesta a la crisis económica); y la creación de vínculos entre programas de repartición del trabajo y actividades de formación/reconversión profesional.

¿La repartición del trabajo ha sido experimentada en algunos países?
La gran mayoría de los países que tienen programas de repartición activa del trabajo están en el mundo industrializado: Alemania, Austria, Bélgica, Francia, Japón, los Países Bajos, la República de Corea, Suiza, y algunos estados específicos de los Estados Unidos. En cambio, estos programas son muy raros en los países en desarrollo o en las economías en transición. Sin embargo, en el contexto de la actual crisis económica y del empleo, unos cuantos países en desarrollo y en transición han comenzado a discutir y a experimentar algunas formas básicas de repartición del trabajo, incluyendo Chile, Costa Rica y Uruguay en América Latina, y la República Checa, Hungría, Eslovaquia, Eslovenia en Europa Oriental.

¿La repartición del trabajo preserva los empleos?
Investigaciones realizadas por el Instituto Alemán de Investigaciones Laborales y Empleo sobre el sistema Kurzarbeit – el programa de repartición del trabajo más extendido en el mundo en la actualidad – señalan que a lo largo de 2002-2003 dos terceras partes (67,1 por ciento) de todas las empresas que participan en el programa mantuvieron el mismo nivel de empleo, y 7 por ciento incrementaron el empleo al contratar nuevos trabajadores. Además, los programas de repartición de trabajo tienden a ser sumamente anticíclicos, se expanden durante la desaceleración económica y disminuyen a medida que la economía progresa.

¿Cuáles son los factores clave para que un programa de repartición del trabajo sea eficaz?
En primer lugar, diálogo social, negociación colectiva y otras formas de negociación desempeñan un papel esencial en el establecimiento de las condiciones para la implementación de los programas de repartición del trabajo. Temas clave incluyen los trabajadores específicos que serán incluidos en los acuerdos de repartición del trabajo; la extensión de la reducción de las horas de trabajo; el alcance de la disminución de los salarios correspondiente; la distribución de las horas extraordinarias de trabajo reducidas; la duración del acuerdo; y los efectos sobre el empleo, en particular, garantías que establezcan los niveles de empleo que serán mantenidos durante el período de vigencia de la repartición del trabajo. La repartición del trabajo será discutida durante el diálogo temático el sábado 6 de junio en la sección 7 “Medidas políticas: Salarios y condiciones de trabajo” en la Conferencia Internacional del Trabajo.

(OIT EnLínea)