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“La transversalización es un gran desafío, tanto de los derechos humanos como de la debida diligencia”

07.06.2021 | DD.HH. y Empresa

Con motivo del lanzamiento de la matriz de riesgos en derechos humanos entrevistamos a Laura Belfiore, Coordinadora del Grupo de Trabajo “Empresas y Derechos Humanos” de la Red Argentina del Pacto Global de Naciones Unidas, quien nos cuenta los objetivos de la herramienta creada por la Red Chilena, su aplicabilidad, las dificultades y las ventajas de la misma.


¿Cómo nace y qué objetivos se propone la matriz de riesgos en derechos humanos?

La matriz de riesgos en derechos humanos es una herramienta de autoevaluación que fue desarrollada por nuestros colegas del Pacto Global Chile, en el marco de su Grupo de Trabajo “Empresas Líderes en Derechos Humanos”. Este instrumento es un entregable que surgió de un ciclo de sesiones denominado “Mejora Continua en Debida Diligencia” en 2020, el cual captura las lecciones aprendidas de las empresas más avanzadas en la materia. Sin dudas, la matriz es el resultado de un esfuerzo colaborativo, donde las empresas aportaron a la metodología base con ejemplos concretos de riesgos presentes en sus propias matrices, así como impactos en derechos humanos en el contexto post estallido social en Chile y la pandemia mundial.

La herramienta fue lanzada en marzo de 2021 y se encuentra disponible para uso general en la página web de la red chilena (https://pactoglobal.cl/biblioteca/).

¿Cómo piensa aplicar la matriz la Red Argentina en el marco de su Programa de Debida Diligencia en 2021?

La Red Argentina del Pacto Global cuenta con el Grupo de Trabajo “Empresas y Derechos Humanos” desde el año 2013 con la intención de apoyar a las empresas firmantes en el país a entender y posteriormente aplicar los Principios Rectores de Empresas y Derechos Humanos aprobados por Naciones Unidas, los cuales constituyen el principal estándar internacional en la temática.

En 2021, el Grupo ha destinado 17 cupos para empresas de todos los sectores económicos y tamaños, interesadas en profundizar la transversalización de los derechos humanos en sus operaciones, mediante la realización de un ejercicio de debida diligencia, a partir de la matriz de riesgos elaborada por los colegas de la Red Chilena.

Posteriormente, las empresas participantes del programa elaborarán un plan de acción para abordar los principales riesgos identificados e integrar los hallazgos a los procesos internos de la compañía. Los avances en la gestión de los derechos humanos en cada organización se visibilizarán en los respectivos informes de sostenibilidad anual, es decir, la Comunicación de Progreso.

¿Cuáles piensa que son las mayores dificultades que encuentra una empresa para medir y realizar un proceso de debida diligencia?

En diciembre pasado, la Red Argentina realizó un proceso de consulta a las empresas firmantes sobre los logros, brechas y desafíos en la implementación de los Principios Rectores de Derechos Humanos en el país, como un aporte al proyecto “UNGP’s 10+”, liderado por el Grupo de Trabajo de Naciones Unidas sobre Empresas y Derechos Humanos, destinado a trazar la nueva hoja de ruta para la próxima década.

En este ejercicio, las empresas identificaron diversos obstáculos para adoptar una perspectiva de derechos en la gestión de los negocios, siendo alguno de ellos de carácter sistémico y estructural.

En primer lugar, se resaltó el clima de negocios, en una época signada por la de crisis de confianza entre los actores públicos y privados, y por altos niveles de discrecionalidad. Para el sector privado es central reconstruir la confianza y establecer reglas de juego claras en el mercado, logrando una competencia sana, que posibilite crecimiento, mejora continua y oportunidades para todos. También, se registra la prevalencia de sesgos definidos y prejuicios culturales sobre el tema de derechos humanos, vinculados a los procesos históricos propios del país.

La transversalización es un gran desafío, tanto de los derechos humanos como de la debida diligencia. Aún no se ha entendido el riesgo potencial y real de no gestionar apropiadamente a los derechos humanos, ni tampoco la posibilidad de generar cambios positivos a partir de una gestión proactiva.

La capilaridad es el reto actual de los profesionales de Sostenibilidad: articular con las gerencias operativas, llegar al corazón del negocio e incidir en el espacio de los negocios reales. Dado que la agenda de derechos humanos y la de anticorrupción se están aproximando cada vez más, desde Pacto Global Argentina promovemos una cultura de integridad sostenible, que permita a las áreas de Sostenibilidad pero también a las de Integridad, fusionar los riesgos asociados a la vulneración de derechos humanos en la gestión, en una matriz de riesgos integral.

De forma complementaria, la red de apoyo entre los colegas de Sostenibilidad es clave para no sentirse solos en este recorrido e intercambiar las buenas prácticas a la hora de implementar acciones, empezando por las áreas de mayor riesgo y luego extendiendo a otras áreas del negocio y a la cadena de suministro.

La debida diligencia en derechos humanos requiere el diálogo constante con los grupos de interés. No obstante, hoy prevalece la unidireccionalidad en la visión de los impactos y riesgos, ya que se prioriza la perspectiva de la empresa por sobre la mirada de los impactados, de los sujetos de derecho afectados. Debemos repensar este paradigma y apostar por un mayor “ida y vuelta”.

¿Qué ventajas considera que le puede aportar la matriz de riesgos en derechos humanos al sector privado?

El programa de debida diligencia y la matriz de riesgos en particular, busca dar herramientas prácticas al área de Sostenibilidad para facilitar las discusiones internas con las áreas clave de negocios sobre los riesgos e impactos en derechos humanos que puedan afectar a los grupos de interés. La matriz aporta también ejemplos de riesgos asociados a la gestión de la pandemia del Covid-19, facilitando una respuesta ágil y resiliente en el proceso de reactivación de la economía y el mercado de trabajo en la región de América Latina.

A diez años del lanzamiento de los Principios Rectores, precisamos pasar de la teoría y los tecnicismos, a la práctica. Debemos recordar también que la Agenda 2030 y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible constituyen una agenda de dignidad, donde cada ODS se encuentra atravesado por derechos humanos fundamentales. En consecuencia, es virtualmente imposible que una empresa pueda trabajar a favor de los ODS y el futuro que deseamos, sin tomar acción significativa hacia el fortalecimiento de los derechos humanos.

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