Clima y salud: Financiando el futuro de la acción climática en la COP30

A medida que el mundo se prepara para la COP30 en Belém, Brasil, la intersección entre el clima y la salud está emergiendo como un tema clave. La urgencia de abordar los riesgos para la salud relacionados con el cambio climático nunca ha sido más evidente, y las recientes iniciativas globales subrayan la necesidad de una financiación sólida y equitativa para apoyar sistemas de salud resilientes al clima.
En la COP29 en Bakú, la salud fue colocada en el centro de las negociaciones climáticas. El lanzamiento de la Coalición de Continuidad de las Presidencias COP para el Clima y la Salud de Bakú, codirigida por cinco presidencias de la COP y la Organización Mundial de la Salud (OMS), marcó un momento decisivo. Esta coalición busca mantener el impulso entre las diferentes COP y asegurar que la salud siga siendo una prioridad transversal en la política climática. Entre los resultados clave se incluye la consolidación de los Principios Rectores para la Financiación de Soluciones Climáticas y de Salud, que ofrecen un marco para movilizar recursos y fomentar alianzas a nivel nacional y global.
El Plan de Acción Mundial sobre Cambio Climático y Salud de la OMS (2025–2028), adoptado en la 78.ª Asamblea Mundial de la Salud (AMS78), refuerza aún más esta agenda. El plan establece acciones estratégicas para construir sistemas de salud resilientes al clima y con bajas emisiones de carbono, mejorar las capacidades de vigilancia y alerta temprana, y proteger a las poblaciones vulnerables. De manera crucial, hace un llamado a integrar la salud en los mecanismos de financiación climática, asegurando que los sistemas de salud no sean solo reactivos, sino también proactivos frente a las amenazas climáticas.
La financiación sigue siendo un desafío crítico. Según el informe emblemático de la Fundación Rockefeller, "Financiar las Prioridades Climáticas y de Salud", la financiación internacional para el clima y la salud alcanzó los 7.100 millones de dólares en 2022, un aumento significativo en comparación con menos de 1.000 millones en 2018. Sin embargo, menos del 50 % de estos fondos llegaron a países de bajos ingresos, y solo el 35 % se canalizó directamente a las naciones más afectadas por el cambio climático.
El informe enfatiza que, si bien hay avances, la escala y accesibilidad de la financiación deben mejorar drásticamente para satisfacer la necesidad estimada de 2,4 billones de dólares anuales en financiación climática en países en desarrollo.
La evaluación realizada por la OMS en abril de 2024 sobre las Necesidades de Financiación para Clima y Salud destaca las brechas y oportunidades específicas de cada país. Subraya la importancia de modelos de cofinanciación estratégica que alineen los objetivos de salud y clima, superando enfoques aislados. Cada vez más países demandan apoyo para implementar soluciones integradas, pero muchos carecen de la capacidad técnica y el acceso financiero para hacerlo de manera efectiva.
La COP30 representa una oportunidad única para cerrar estas brechas. Con Brasil al mando y un creciente consenso global, los actores clave deben priorizar mecanismos de financiación que sean inclusivos, escalables y dirigidos de manera estratégica. Este impulso ya está tomando forma en la Conferencia Global sobre Clima y Salud, que se lleva a cabo actualmente en Brasilia como parte de las actividades oficiales previas a la COP. Copatrocinada por la OMS y el Gobierno de Brasil, la cumbre está dando forma a estrategias audaces y basadas en evidencia, movilizando a la comunidad global hacia sistemas de salud resilientes al clima y ambientalmente sostenibles.
El mensaje es claro: la acción climática es acción en salud. A medida que los riesgos para la salud relacionados con el clima —desde olas de calor hasta enfermedades transmitidas por vectores— se intensifican, el mundo debe invertir en sistemas de salud resilientes que puedan resistir y adaptarse a estos desafíos. La COP30 debe ser el momento en que la financiación para el clima y la salud pase de la aspiración a la implementación.
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