Economistas de Oxford advierten que el capital natural es la clave para la prosperidad global

18.12.2017 | Cambio Climático

Los economistas de la Universidad de Oxford emitieron una "llamada de atención" internacional sobre el continuo declive de la naturaleza y la grave amenaza que representa para la prosperidad global ignorar esta información.


Una nueva investigación liderada por investigadores de Oxford, encargada por Green Economy Coalition, reveló que los gobiernos deben dejar de ignorar el valor económico de la naturaleza ya que la riqueza nacional y mundial depende de ello. Los investigadores coinciden en que este capital natural es la base de toda la prosperidad humana.

Los efectos colaterales del clima extremo, las extinciones en masa, la caída de los rendimientos agrícolas, la contaminación del aire y el agua, todo esto ya ha causado un daño significativo a la economía mundial.  Se estima que sólo la contaminación ha costado al planeta unos 4.6 mil millones de dólares cada año. Sin embargo, a medida que estas condiciones continúan, el riesgo de perder otros recursos naturales vitales, como la capa superior del suelo para la producción de alimentos y un clima estable (esencial para que funcionen las economías organizadas), es cada vez más probable según Oxford.

La investigación se presentó en el Foro Mundial sobre Capital Natural. El profesor Cameron Hepburn, autor principal del informe y profesor de Economía Ambiental en la Smith School of Enterprise and the Environment y el Institute for New Economic Thinking en la Oxford Martin School , dijo: "Gran parte del valor que crean las economías se basa en el capital natural: el aire, el agua, los alimentos, la energía y las materias primas que proporciona el planeta".

La investigación responsabiliza a las instituciones económicas y políticas centrales de no gestionar la pérdida de capital natural. Resalta tres preocupaciones clave: en primer lugar, el capital natural no se mide con precisión ni se valora posteriormente. En segundo lugar, nuestros modelos económicos no están diseñados para reconocer las dependencias entre "capitales" y, por lo tanto, están mal equipados para comprender cuán invaluable es el capital natural, en comparación con las alternativas hechas por el hombre. En tercer lugar, la estructura de nuestras instituciones políticas y económicas no es capaz de administrar efectivamente el capital natural.

"Nuestras economías están volando a ciegas, y se requieren con urgencia nuevos modelos y metodologías. La oportunidad de valorar adecuadamente la naturaleza no es solo una tarea para los economistas, sino para todos nosotros ", dice Oliver Greenfield, coordinador de Green Economy Coalition. "Las sociedades y economías que entienden su dependencia de la naturaleza son más saludables y están más conectadas, con un futuro mejor".

 

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