La evolución del modelo de negocios inclusivos hacia la creación de ecosistemas de innovación
Fernando Casado Cañeque, Director y Fundador del Centro GlobalCAD y reciente Co-Autor con Stuart Hart del libro “BoP 3.0: Desarrollo Sostenible a través de la innovación y la emprendeduría”, dialogó con ComunicaRSE sobre la evolución de los modelos de negocios inclusivos que describe en el libro. Casado Cañeque destaca que los modelos de negocio BdP han tenido un impacto real en la reducción de la pobreza pero no gracias al trabajo de la cooperación internacional.
- ¿Qué es BdP3.0? ¿Cómo han identificado esta evolución?
La Base de la Pirámide 3.0 (BdP 3.0) es una descripción realista de cómo hemos evolucionado hacia modelos de negocios inclusivos que tienen un impacto positivo en las comunidades de bajos ingresos. Si el modelo BdP 1.0 se puede resumir como la estrategia encaminada a encontrar beneficios en las comunidades de bajos ingresos a través de ofrecerles productos y servicios para que sean consumidores de dichos bienes; la BdP 2.0 destacó la importancia de la co-creación así como en el proceso de innovación social comunitaria con dichas comunidades, empoderándoles para que lideren el diseño de servicios y productos y sean por lo tanto partícipes en la generación de valor propuesto.
Sin embargo, nuevos desafíos han puesto en evidencia la necesidad de desarrollar un marco actualizado de innovación en los modelos de desarrollo de negocios inclusivos, fomentando una transición de los modelos 2.0 al 3.0.
En este sentido, por ejemplo, estamos observando una transición de iniciativas piloto en forma de innovaciones individuales a la creación de ecosistemas de innovación; pasamos de lograr extender una parte de la distribución de productos y servicios a lograr innovaciones en la última milla que logran el acceso completo de distribución a las comunidades más remotas; de fomentar colaboraciones entre ONG y sector privado a modelos de alianzas intersectoriales con participación comunitaria y todos los agentes de interés representados; o de orientar modelos que logran reducir la pobreza generado ingresos a fomentar sistemas de desarrollo sostenible integral orientados a la erradicación de las causas y efectos multidimensionales de la pobreza.
Por lo tanto, se ha identificado una evolución a nuevas oportunidades que tienen un efecto transformador incuestionable en la manera de desarrollar modelos de negocio y mejorar la situación de las comunidades de bajos ingresos.
La conectividad global y las redes sociales, la accesibilidad a tecnología low-cost y los conceptos de economía compartida e innovación abierta han facilitado este proceso.
- ¿Han tenido los modelos de negocio BdP impacto real en la reducción de la pobreza? ¿Hay números que lo sustenten?
Efectivamente, si algo se ha logrado demostrar esta última década es la capacidad transformadora que han tenido ciertas innovaciones en lograr superar los objetivos de desarrollo que condicionaban a comunidades vulnerables a un ciclo vicioso de pobreza extrema sin salida. Si observamos los sectores de la educación y el acceso a educación cualitativa existente a través de apps y escuelas virtuales online; el acceso a la energía y el agua a través de plataformas comunitarias con fuentes renovables que logran la estabilidad del acceso y la reducción de los costes sin impacto ambiental; la revolución en los sistemas de sanidad y acceso a asistencia sanitaria a través de plataformas tecnológicas en zonas rurales; o la superación del oligopolio de acceso al crédito que tenían ciertas entidades financieras a través de los sistemas colaborativos de crowd-funding; es evidente que la generación actual ubicada en una comunidad en el umbral de la base de la pirámide, de bajos ingresos, tiene más oportunidades y acceso hoy que nunca hayan podido tener sus generaciones pasadas.
Sin embargo, es interesante constatar de donde han venido estas innovaciones y cómo se han logrado. Y no podemos dejar de observar que desgraciadamente, muy pocas de ellas han surgido del sector tradicional de la cooperación al desarrollo ni han sido una consecuencia de los más de 80 mil millones de dólares que se invierten cada año a través de entidades de cooperación para erradicar la pobreza.
Si el sector de cooperación que tiene el mandato global de erradicar la pobreza en el mundo fuera una multinacional y nosotros los ciudadanos fuéramos sus accionistas, es muy probable que hubiéramos despedido hace años a su Director General por los malos resultados en Retorno de Inversión (ROI).
Ello nos debería hacer reflexionar sobre qué incentiva la innovación social, cómo se logra fomentar una innovación basada en la comunidad con un enfoque de base y cómo fomentar el emprendedurismo de una manera más sistemática a la hora de resolver los grandes retos globales. Personalmente, soy un convencido de que el papel del Estado y el poder las entidades públicas son esenciales para crear ecosistemas participativos que logren mejores resultados en las condiciones de pobreza, pero hemos llegado a una nueva era de colaboración participativa en que hace falta trabajar a través de alianzas estratégicas de manera más horizontal y crear estructuras de gobernanza hibrida con representación más amplia de los sectores y los grupos de interés.
- ¿Cómo evalúan el escenario de los modelos de negocio BdP en América Latina? ¿Tiene algún elemento que lo diferencie de otras regiones?
América Latina ha sido un claro líder en el desarrollo de modelos de negocio inclusivos y ha sido pionero en varios modelos de innovación social que ahora se están replicando en otras regiones en el mundo. Debido a sus características intrínsecas era una región muy fértil para aportar innovaciones a las comunidades de la BdP y efectivamente, no ha fallado en su aportación. Al seguir siendo la región con mayor inequidad del planeta, y a la vez tener un capital humano tan creativo, una cultura asociativa tan desarrollada y tantísimos recursos disponibles (tanto económicos, como naturales como recursos de conocimiento y capital intelectual), la región era el laboratorio idóneo para poner en marcha proyectos piloto de transformación social que han ido dando sus frutos.
Durante esta última década, la región ha experimentado logros admirables, promovidos por una clase media emergente cada vez más concienciada, cada vez más conectada y cada vez más inconformista ante modelos económicos arcaicos y corruptos, tanto públicos como privados, que sistemáticamente han ido decepcionando y fallando a sus ciudadanos al no estar a la altura de la gestión responsable que requiere un momento tan crucial como el que estamos viviendo. Esta generación joven de latinoamericanos tiene una cuenta pendiente con la historia, a la hora de crear mercados verdaderamente inclusivos con comunidades que han sido históricamente marginadas, a la hora de crear sistemas de recaudación fiscal justos; a la hora de crear acceso a oportunidades equitativas que no sean exclusivas de las clases privilegiadas.
El progreso que hemos visto estos últimos años es de las cosas más esperanzadoras que se han podido observar en los modelos de desarrollo y estoy convencido que América Latina acabará siendo una fuente de inspiración para otras regiones sobre cómo resolver los retos de desarrollo global.
- Hablando específicamente de los Microcréditos. Se dice que este esquema ha fracasado o enfrenta serios retos. ¿Cómo lo analizan ustedes?
Yo no diría que es un sistema que haya fracasado, todo lo contrario. Creo que como herramienta, es una de las que mejor han funcionado en el sector del desarrollo. El problema ha sido que para muchos dejó de ser una herramienta funcional, diseñada para dar acceso al crédito a comunidades de bajos ingresos que los sistemas financieros tradicionales ignoraban, a convertirse en una especie de solución final al problema de la pobreza.
El microcrédito ha sido exitoso en lo que se propuso: dar crédito a los que no tienen. Pero podemos decir que murió de su propio éxito por la ceguera de algunos donantes en saturar de microcréditos a estas comunidades, suponiendo que regando de crédito a comunidades sin ingresos, por arte de magia se convertirían en empresarios y emprendedores y saldrían por sí mismos de su estado de pobreza. Quizás la lección más relevante de toda esta historia, valiosísima si realmente fuéramos capaces de aprender de ella, es que la pobreza es un estado muy complejo y multidimensional que no tiene fácil solución y requiere enfoques integrales de intervención y modelos de actuación muy respetuosos con la cultura comunitaria y los roles de la ciudadanía en cada ecosistema.
Si se ofrecen créditos con intereses desorbitantes a personas sin formación en gestión de empresas, sin acceso a mercados, sin la conectividad o infraestructura necesaria para desarrollar sus modelos de negocio debidamente, sin una comprensión de la gestión del poder de los sectores, tanto públicos a nivel de regulación y licencias como privados a nivel de acceso a proveedores y distribuidores, lo que acabas generando es individuos endeudados, con sus viviendas ya de por sí pequeñas llenas de stock que no saben vender y con una enorme ansiedad que muchas veces les ha llevado al suicidio por no poder devolver sus deudas, ya que por lo general, la gente de bajos recursos si algo tiene es una enorme dignidad a la hora de devolver sus créditos y deudas. Por lo tanto, el microcrédito debería volver a ser lo que se diseñó para ser, una herramienta funcional que de acceso al crédito, complementaria a programas de formación y empoderamiento de comunidades, dentro de programas de formación con modelos de tutelaje y asistencia técnica para que la gente pueda utilizarlos debidamente y no acaben siendo víctimas de su oferta.
- ¿Cómo ven el futuro de los modelos de negocio BdP? ¿Hacía dónde se dirigen?
Obviamente, como profesional que promueve los modelos de negocio inclusivos para resolver retos globales, tengo mucha esperanza en el futuro y el potencial que tienen estos modelos a la hora de resolver retos globales. En la empresa que gestiono, GlobalCAD, estamos desarrollando modelos de asistencia técnica online a emprendedores de sitios tan diversos como el Congo, regiones asiáticas o comunidades rurales de América Latina, todo ello por skype sin necesidad de desplazarse de nuestra central en Barcelona.
Hoy en día, la economía compartida permite intercambiar conocimientos y recursos como nunca se había hecho antes en la historia y ya no se necesitan grandes grupos económicos para invertir en I+D para diseñar modelos innovadores y exitosos de negocio. Por otro lado, los modelos de innovación abierta y los sistemas de co-creación online generan oportunidades únicas para comunidades que debido a su acceso y sus recursos, antes nunca podrían ni haber soñado en desarrollar.
Por lo tanto, en cuanto a acceso a oportunidades y potencial de erradicación de pobreza opino que tenemos perspectivas muy favorables. Sin embargo, existen muchos retos preocupantes todavía y como humanidad, opino que nos estamos enfrentando a uno de los momentos más complicados en la historia. Las consecuencias económicas, sociales, medioambientales y migratorias que el cambio climático generará en un porcentaje tan alto de la población ocasionará una presión sin igual a los sistemas de gobernanza global. La centralización de poder en forma de oligopolios que grandes plataformas online han creado amenazan por otro lado el acceso a mercados de manera equitativa y justa. La internacionalización del terrorismo online y la facilidad que tiene hoy un joven desorientado en apuntarse a un grupo terrorista y atentar generando una masacre en un sitio público es única en la historia.
Sin embargo, habiendo militado siempre en el grupo de los optimistas, considero que esta ciudadanía, cada vez másconectada y sensibilizada, irá aportando soluciones creativas a los retos globales. En este sentido, confieso que tengo mucha esperanza en la juventud. Al fin y al cabo, vivir en la época en que los jóvenes tienen más formación, más libertad, más información y más acceso a recursos que nunca antes en la historia, ha de servir para que propongan nuevos modelos de convivencia que solucionen lo que nosotros no supimos proponer.
Fernando Casado Cañeque es doctor en economía y periodista relacionado con temas de desarrollo global. Ha trabajado comoasesor de diversas organizaciones internacionales y como consultor senior en el departamento de desarrollo sostenible y responsabilidad social de PricewaterhouseCoopers (PwC) en Nueva York. Es autor de varios libros, entre ellos “No Somos Hormigas”; “La RSE ante el espejo”; “ Las Alianzas Público-Privadas para el Desarrollo”; “Concertación Público-Privada para el Desarrollo en América Latina”; La RSE de lasempresasespañolas en América Latina”; y “Cumpliendo Objetivos: como lograr los Objetivos de desarrollo del Milenio” y realizador de documentales sociales. Es el Director y Fundador del Centro de Alianzas para el Desarrollo y el Director Asociado de la Red Global para la Base de la Pirámide.
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