La huella de carbono del turismo es superior a lo estimado

22.05.2018 | Turismo

Un reciente análisis de la Universidad de Sydney expone que, el turismo es responsable de casi una décima parte de las emisiones de gases de efecto invernadero.


Las emisiones de gases de efecto invernadero relacionadas con el turismo es cuatro veces mayor que las estimaciones anteriores, según un estudio realizado por el Integrated Sustainable Analysis de la Universidad de Sydney y remarca que, ya es responsable de casi una décima parte de los GEI globales.

Se determinó que entre 2009 y 2013, la huella de carbono global del turismo aumentó de 3.9 a 4.5 Gt de CO2, lo que representa alrededor del 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero.

La investigación tardó un año y medio y evaluó desde la comida hasta el impacto de los souvenirs y los vuelos. “Es una evaluación completa del ciclo de vida del turismo mundial, asegurando que no perdamos ningún impacto”, explicó el autor Dr. Arunima Malik, de la Facultad de Física. Para ello se incluyó más de mil millones de cadenas de suministro y sus impactos en la atmósfera.

El estudio se realizó a 189 países y se identificó a Estados Unidos, China, India y Alemania como los países donde se genera mayor cantidad de emisiones, pero los pequeños países como Maldivas, Mauricio, Chipre o Seychelles también generan una cantidad desproporcionada de emisiones producto del turismo, -considerando su baja población y extensión territorial-. En estos lugares el turismo internacional representa entre el 30 y el 80% de las emisiones nacionales.

Como una de las actvidades que mayor cantidad de emisiones de efecto invernadero genera, se identificó a los viajes aéreos. 

Por su parte, los investigadores recomiendan que la asistencia financiera y técnica puede ayudar a compartir las cargas, como el calentamiento global en los deportes de invierno, el aumento del nivel del mar en las islas bajas y el impacto de la contaminación en los destinos exóticos y vulnerables. También recomiendan el impuesto al carbono, en particular para la aviación, para reducir el crecimiento futuro, no controlado, de las emisiones relacionadas con el turismo.

Por último, la coautora de la investigación Ya-Yen Sun, instó a que se establezcan planes alternativos y sostenibles en las cadenas de suministros.

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