Recomendaciones sobre cómo deben actuar las empresas con sus empleados ante el coronavirus

31.03.2020 | RRHH

UNICEF y la OIT han hecho públicas una serie de recomendaciones dirigidas al sector privado sobre cómo deben reforzar la ayuda destinada a las familias durante la pandemia del  COVID-19.


A medida que continúa el crecimiento exponencial de la pandemia por COVID-19 es fundamental ayudar a las familias que trabajan a minimizar las consecuencias negativas para los niños, dijeron  UNICEF y la OIT. La pérdida del trabajo, el cierre de las escuelas y la falta de personas que cuiden a los niños significa que las familias, especialmente las de bajos ingresos, necesitan apoyo adicional.

Las repercusiones de la pandemia –pérdida del trabajo, estrés prolongado y deterioro de la salud mental– afectarán a las familias durante años”, dijo la Dra. Pia Rebello Britto, Jefa de Desarrollo en la Primera Infancia de UNICEF. “La falta de sistemas adecuados de protección social agrava la exposición de los niños más vulnerables a la crisis”.

En las nuevas recomendaciones preliminares publicadas, UNICEF urge a los empleadores a tener en cuenta el impacto de las decisiones empresariales sobre las familias de los trabajadores, y a apoyar, en lo posible, los sistemas de protección social.

UNICEF y la OIT instan a los gobiernos a fortalecer las medidas de protección social, en especial para las familias vulnerables, y a que ayuden a los empleadores a seguir dando trabajo, proporcionando ingresos y garantizando ayuda financiera para quienes pierdan sus empleos.

El diálogo social –las consultas y la colaboración entre los gobiernos, los trabajadores y los empleadores y sus representantes– es crucial. Si aspiramos a que las medidas sean efectivas y sostenibles, deben basarse en la confianza y en una amplia variedad de experiencias”, dijo Manuela Tomei, Directora del Departamento de Igualdad y Condiciones Laborales de la OIT.

Las políticas y las prácticas favorables a la familia, incluidas la protección al empleo y al ingreso, las licencias remuneradas para favorecer a los miembros de la familia, las disposiciones laborales flexibles, y el acceso a guarderías de calidad para las situaciones de emergencia, pueden marcar una importante diferencia. Estas políticas y prácticas no solo permiten a los trabajadores protegerse y cuidarse a sí mismos y a sus hijos, sino también mejorar su productividad y su sentido de seguridad.

Algunas de las recomendaciones preliminares con las que se busca que los empleadores mitiguen las consecuencias adversas de la COVID-19 son las siguientes:

  • Hacer un seguimiento y cumplir los consejos de las autoridades locales y nacionales, y dar a conocer la información de importancia crítica a todos los trabajadores.
     
  • Analizar si las políticas actuales del lugar de trabajo brindan suficiente apoyo a los trabajadores y sus familias.
     
  • Utilizar buenas prácticas al aplicar tanto las políticas vigentes como las nuevas, sobre la base del diálogo social, las leyes laborales del país y las normas internacionales en materia laboral.
     
  • Asegurarse de que todos los trabajadores, sin discriminación, tengan derecho a beneficiarse de medidas de apoyo en el lugar de trabajo, y de que todos los trabajadores las conozcan, las entiendan y se sientan cómodos recurriendo a ellas.
     
  • Proteger el lugar de trabajo contra la discriminación y el estigma social, facilitando la capacitación y garantizando el carácter confidencial y la seguridad de los mecanismos de presentación de informes.
     
  • Poner en práctica acuerdos de trabajo favorables a la familia, de manera que los trabajadores tengan más libertad para decidir a qué horas y dónde cumplen sus responsabilidades laborales. Si no es posible llegar a esta clase de acuerdos, estudiar medidas alternativas para los padres que trabajan; por ejemplo, poner a su disposición guarderías para sus hijos.
     
  • Apoyar a los padres que trabajan con distintas opciones de cuidado para sus hijos que sean seguras y apropiadas para el contexto de la COVID-19.
     
  • Prevenir y abordar los riesgos en el lugar de trabajo reforzando las medidas de seguridad y salud ocupacional.
     
  • Proporcionar orientación y capacitación sobre medidas de seguridad y salud ocupacional, al igual que sobre prácticas de higiene.
     
  • Alentar a los trabajadores a buscar atención médica apropiada en caso de fiebre, tos y dificultad para respirar.
     
  • Ayudar a los empleados a hacer frente al estrés durante el brote de la COVID-19.
     
  • Apoyar las medidas gubernamentales de protección social, de conformidad con el Convenio No. 102 sobre la Seguridad Social de la OIT (Norma Mínima) y la Recomendación sobre los pisos de protección social, 2012 (núm. 202). El apoyo de las empresas puede consistir, por ejemplo, en subvenciones para que los trabajadores tengan acceso a seguros de salud, desempleo e incapacidad laboral, y debe amparar a los trabajadores del sector informal.


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