Argentina podría tener Política Nacional sobre Empresa y DD.HH. en 2015

18.07.2014 | Entrevistas

Flavio Fuertes, persona de contacto y coordinador de la Red Argentina dle Pacto Global de las Naciones Unidas, presenta una Guía Interpretativa sobre los Principios de Derechos Humanos y Empresas y el Marco  “Proteger, Respetar y Remediar” de la ONU. Fuertes habló con ComunicaRSE  sobre el nuevo Grupo de Trabajo sobre Empresas y DD.HH. en Argentina y su agenda que involucra acciones de formación en la cadena de valor. Además adelantó que el gobierno argentino está trabajando en una Plan de Acción Nacional sobre Empresas y DD.HH. para 2015.


Flavio Fuertes, coordinador de la Red de Pacto Global en Argentina, conversó con ComunicaRSE durante la Jornada de formación ejecutiva sobre Derechos Humanos (DDHH) y empresas organizada por "Valor RSE + Competitividad", AMIA y el Banco Interamericano de Desarrollo. Fuertes presentó los nuevos instrumentos elaborados por la Red Argentina para instalar capacidades en las empresas a la hora de implementar los principios del Marco Ruggie sobre Empresas y DD.HH.  

¿Qué motivó que la Red Argentina del Pacto desarrollara una guía interpretativa sobre las recomendaciones del “Marco Ruggie”?

Nuestra motivación para elaborar esta Guía tenía que ver fundamentalmente con dos razones: la primera era una preocupación desde Naciones Unidas por el lento progreso en la implementación de los principios del Pacto Global, sobre todo por los resultados en Argentina. Las empresas argentinas mostraban un desempeño notablemente bajo en la implementación de los principios sobre DD.HH., sobre todo si lo comparabas con la implementación de los principios laborales, por ejemplo.  

Por ello nos pareció necesario desarrollar instrumentos que generaran capacidades en las empresas para poder dar respuesta a los dos primeros principios del Pacto Global. Un primer paso fue la elaboración de esta guía que ofrece una interpretación de los principios de John Ruggie. Te diría que cometimos el pecado al anticiparnos con esta guía porque no mucho tiempo después de publicada el Alto Comisionado de DD.HH. de Naciones Unidas lanzó una guía interpretativa similar a esta. Quizás debemos ver nuestra guía como una iniciativa adelantada que demuestra la preocupación argentina sobre DD.HH., una preocupación que era también global.  

Por otro lado, observamos que las empresas argentinas comparten la necesidad de tener este tipo de instrumentos y como segundo paso creamos el Grupo de Trabajo sobre Empresas y DD.HH. que hoy ya tiene 18 empresas miembro involucradas. 

¿Cuál es la agenda de trabajo de este Grupo?

El año pasado (2013) la agenda se basó en acercar a las empresas a estos principios. Detectamos la necesidad de darle a estos principios un perfil práctico y se organizaron encuentros con expertos de Naciones Unidas y de la academia para detectar los puntos fuertes y débiles de la guía. 

En 2014 estamos trabajando con mayor profundidad en algunos temas con los miembros del grupo. Por ejemplo, estamos organizando actividades de formación de "formadores". Las empresas deben identificar a un socio de su cadena de valor para recomendar en este curso. Este socio trabajará en un entrenamiento especial para desarrollar una política de DD.HH. y un modelo de gestión acorde a sus necesidades. 

Para la Red Argentina del Pacto Global, ¿qué rol debería cumplir la cadena de valor de una empresa en la gestión de los Derechos Humanos?

El grupo de trabajo de empresas y DD.HH. sienta posición sobre el rol de la cadena de valor. Le estamos pidiendo a las empresas que identifiquen en su cadena a los proveedores más vulnerables o críticos para su trabajo. Esto se basa en la idea de que si las empresas quieren tener una política de derechos humanos necesariamente tienen que incorporar a su cadena de valor en esta gestión. 

Una de las tres partes del “Marco Ruggie” habla del rol de los Estados para promover el respeto de los derechos humanos, ¿cómo están respondiendo los gobiernos a este objetivo?

En general veo una mayor predisposición del mundo empresarial para alinear sus políticas al “Marco Ruggie”. Los Estados vienen un poco más retrasados. Hay pocos gobiernos que han establecido Políticas Nacionales de empresas y DD.HH. Creo que el primero ha sido el gobierno español.

Se nos informó que el gobierno argentino se comprometió con el Consejo de DD.HH. de la ONU para elaborar una Política Nacional de Empresas y DD.HH. para 2015. Eso sería para nosotros un paso interesante porque Argentina además es un país alineado a las directrices de la OCDE. Esto será un ejercicio interesante para hacer con la Cancillería que es el punto de contacto de la OCDE. Creemos que este trabajo debe basarse en una articulación interministerial porque los temas de derechos humanos no son tema de competencia exclusiva de solo un ministerio. Ojalá que esto suceda y ojalá que cuando se inicie este trabajo el gobierno argentino consulte a las organizaciones que venimos trabajando en esto desde hace bastante tiempo.

¿Cuál es su opinión ante la idea de que se está dando una multiplicación de marcos de sustentabilidad  y que esto podría generar una confusión a las organizaciones que se inicien en este camino?

Lo que yo veo es más complementariedad que superposición. Por ejemplo la nueva generación de directrices de GRI está incorporando indicadores sobre DD.HH. que se alinean con las líneas directrices de la OCDE. OCDE también incorporó asuntos en DD.HH. y cadena de valor en su revisión de 2011. Esto tiene su origen en la política de John Ruggie sobre derechos humanos, y en los dos principios del Pacto Global.

Entonces me parece que a simple vista parecería como una multiplicación de iniciativas y marcos de referencias pero lo que veo es que muchas de estas iniciativas dialogan y se complementan bastante más de lo que uno se imagina. Lo mismo se podría mencionar la convergencia que existe entre la ISO26000,  el GRI y el Pacto Global. Es más, estas iniciativas están publicando documentos que señalan esta complementariedad. Además creo que es necesaria esta complemetariedad sino queremos confundir al sector privado y si queremos más empresas trabajando en derechos humanos. 

Por María Julia Arana