El cambio climático y sus efectos sobre el desarrollo humano

16.06.2011 | América Latina

Este trabajo fue realizado por Edwin Castellanos y Alex Guerra del Centro de Estudios Ambientales de la Universidad del Valle de Guatemala a solicitud de INDH-PNUD. Se inicia con la preparación del INDH 2007/2008 Guatemala: ¿una economía al servicio del desarrollo humano? con insumos del Informe Mundial La lucha contra el cambio climático: solidaridad frente a un mundo dividido. La combinación de economía, cambio climático y desarrollo humano dieron como resultado un cuaderno que repasa una gran cantidad de documentación internacional, nacional y provoca hacer nuevas investigaciones para enriquecer el debate en el país donde los grandes problemas casi no se discuten con profundidad.El estudio revela que el cambio climático en Guatemala es un problema real y que para enfrentarlo se requiere una política nacional intersectorial. Proporciona información científica actualizada sobre el fenómeno, describe los escenarios futuros de cambio climático y la vulnerabilidad del país y aborda la mitigación de los gases de efecto invernadero y la adaptabilidad al cambio climático, temas claves en los debates internacionales y nacionales.


 

El transporte público, un tema que sigue sin ayudar
El dióxido de carbono sigue siendo el gas de efecto invernadero más emitido en Guatemala y su atribución principal es al transporte y al cambio de uso de la tierra por la conversión de los bosques. No obstante el país sigue teniendo una absorción de emisiones extra nacionales por más de 35 mil giga gramos de dióxido. Es decir que el país mantiene un alto servicio ambiental a otros países con mayores emisiones. Esto según los datos que presenta el cuaderno sobre el Cambio climático y sus efectos en el desarrollo humano en Guatemala.
El documento recuerda que las emisiones de este tipo provienen en buena parte de la forma de movilización de personas y de carga. En ciudades como Guatemala se mantiene la tendencia del uso de vehículos particulares sobre un sistema masivo. Los embotellamientos son solucionados con medidas que estimulan un mayor uso vehicular lo cual se suma al crecimiento continuo del problema. También está sin resolverse el tránsito de forma más adecuada de transporte pesado con dirección entre los puertos del atlántico y del pacífico.
El documento recomienda medidas de mitigación como: 
1. Mejorar y fomentar el transporte colectivo y la eficiencia en el transporte particular (aunque advierte que la inseguridad pública es una limitante por ahora).
2. Planificar el desarrollo de centros de servicios y comercio así como industrias ligeras y oficinas profesionales cerca de las áreas residenciales de alta densidad.
3. Fomentar el uso de bicicletas o motocicletas construyendo vías especiales para este tipo de transporte.
4. Proveer incentivos fiscales para fomentar el uso de vehículos pequeños más eficientes.
Situación forestal sigue restando
Cada año se pierden más de 73 mil hectáreas de bosque. Esta situación tiene tres golpes negativos. El primero por el dióxido de carbono que producen al usarse como leña, el segundo por la absorción que se pierde con su ausencia y la tercera por el cobro que hace posteriormente como áreas proclives a desastres naturales.
Al respecto el cuaderno de desarrollo humano señala la debilidad institucional en la protección de áreas debido a la variedad de intereses en el tema. Como ejemplo ilustra con el recurso de inconstitucionalidad que la Cámara de Industria presentara en el 2006 para suspender la ley de áreas protegidas.
También remarca el bajo presupuesto de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas que está alrededor del 0.5% del gasto del Gobierno, teniendo mandato sobre una tercera parte del país con algún tipo de protección.
Se recomienda proteger los bosques trabajando con las comunidades que los utilizan y que lo han hecho por años. Es interesante notar que las áreas del altiplano occidental que tienen las densidades de población más altas del país son también las regiones que presentan tasas netas de deforestación más bajas, incluso cercanas a cero. Estas comunidades, en su mayoría indígena, dan importancia espiritual a los recursos naturales como parte de su cosmovisión. El papel de los bosques en prevenir desastres por deslaves es un tema controversial que casi no se aborda y eso hace que la mayoría de guatemaltecos no estén tan conscientes de su importancia.
En general el documento anima a la sociedad a entrar a revisar el problema pues los efectos ya están sobre cada territorio. Exhorta a que el problema no sea visto como ajeno y de propiedad exclusiva de las autoridades. Aunque también enfatiza en la necesidad de un abordaje más estricto de parte del Estado acompañado de los sectores como aliados y haciendo las consideraciones del caso con las poblaciones más vulnerables.
El agua como gran oportunidad en lugar de amenaza
Entre los temas que el cuaderno presenta sobre adaptabilidad al cambio climático, los recursos hídricos tienen un lugar principal. Comienza sentenciando que la alteración de la naturaleza del agua tendrá efectos sobre el desarrollo humano los cuales aún no se han dimensionado suficientemente.
Parte del dato que se tiene sobre la disponibilidad del agua y su aprovechamiento. En términos categóricos lo que el documento indica es que en Guatemala se desaprovechan 87,408 millones de metros cúbicos de este recurso. Por lo que urge mejorar el almacenamiento del agua como una medida de adaptación clave de cara al cambio climático.
Se cuestiona por los 20 intentos de pasar a aprobación una ley general de aguas, lo cual ha fracasado debido a oposición del sector agroindustrial, el mayor consumidor de agua en el país, en complicidad con un sistema político que mantiene un modelo que aún responde fuertemente a esos intereses.
Expone la necesidad de una previsión concreta en cuanto a la administración de los recursos hídricos y que esta sea respaldada por el autoridades y la población. Existen diez documentos de política púbica, pero sin entrarle a la administración de los recursos hídricos. De hecho recuerda que en el 2007 se presentó una política de gestión integrada y política integrada sobre el tema pero el gobierno mismo (que la produjo) al final no la aprobó. Hace falta también una voluntad manifiesta sobre este controversial tema que es una oportunidad pero debe dejar de verse nada más como una amenaza.

El transporte público, un tema que sigue sin ayudar
El dióxido de carbono sigue siendo el gas de efecto invernadero más emitido en Guatemala y su atribución principal es al transporte y al cambio de uso de la tierra por la conversión de los bosques. No obstante el país sigue teniendo una absorción de emisiones extra nacionales por más de 35 mil giga gramos de dióxido. Es decir que el país mantiene un alto servicio ambiental a otros países con mayores emisiones. Esto según los datos que presenta el cuaderno sobre el Cambio climático y sus efectos en el desarrollo humano en Guatemala.

El documento recuerda que las emisiones de este tipo provienen en buena parte de la forma de movilización de personas y de carga. En ciudades como Guatemala se mantiene la tendencia del uso de vehículos particulares sobre un sistema masivo. Los embotellamientos son solucionados con medidas que estimulan un mayor uso vehicular lo cual se suma al crecimiento continuo del problema. También está sin resolverse el tránsito de forma más adecuada de transporte pesado con dirección entre los puertos del atlántico y del pacífico.

El documento recomienda medidas de mitigación como: 
1. Mejorar y fomentar el transporte colectivo y la eficiencia en el transporte particular (aunque advierte que la inseguridad pública es una limitante por ahora).
2. Planificar el desarrollo de centros de servicios y comercio así como industrias ligeras y oficinas profesionales cerca de las áreas residenciales de alta densidad.
3. Fomentar el uso de bicicletas o motocicletas construyendo vías especiales para este tipo de transporte.
4. Proveer incentivos fiscales para fomentar el uso de vehículos pequeños más eficientes.
Situación forestal sigue restando

Cada año se pierden más de 73 mil hectáreas de bosque. Esta situación tiene tres golpes negativos. El primero por el dióxido de carbono que producen al usarse como leña, el segundo por la absorción que se pierde con su ausencia y la tercera por el cobro que hace posteriormente como áreas proclives a desastres naturales.
Al respecto el cuaderno de desarrollo humano señala la debilidad institucional en la protección de áreas debido a la variedad de intereses en el tema. Como ejemplo ilustra con el recurso de inconstitucionalidad que la Cámara de Industria presentara en el 2006 para suspender la ley de áreas protegidas.

También remarca el bajo presupuesto de la Comisión Nacional de Áreas Protegidas que está alrededor del 0.5% del gasto del Gobierno, teniendo mandato sobre una tercera parte del país con algún tipo de protección.
Se recomienda proteger los bosques trabajando con las comunidades que los utilizan y que lo han hecho por años. Es interesante notar que las áreas del altiplano occidental que tienen las densidades de población más altas del país son también las regiones que presentan tasas netas de deforestación más bajas, incluso cercanas a cero. Estas comunidades, en su mayoría indígena, dan importancia espiritual a los recursos naturales como parte de su cosmovisión. El papel de los bosques en prevenir desastres por deslaves es un tema controversial que casi no se aborda y eso hace que la mayoría de guatemaltecos no estén tan conscientes de su importancia.

En general el documento anima a la sociedad a entrar a revisar el problema pues los efectos ya están sobre cada territorio. Exhorta a que el problema no sea visto como ajeno y de propiedad exclusiva de las autoridades. Aunque también enfatiza en la necesidad de un abordaje más estricto de parte del Estado acompañado de los sectores como aliados y haciendo las consideraciones del caso con las poblaciones más vulnerables.

El agua como gran oportunidad en lugar de amenaza
Entre los temas que el cuaderno presenta sobre adaptabilidad al cambio climático, los recursos hídricos tienen un lugar principal. Comienza sentenciando que la alteración de la naturaleza del agua tendrá efectos sobre el desarrollo humano los cuales aún no se han dimensionado suficientemente.
Parte del dato que se tiene sobre la disponibilidad del agua y su aprovechamiento. En términos categóricos lo que el documento indica es que en Guatemala se desaprovechan 87,408 millones de metros cúbicos de este recurso. Por lo que urge mejorar el almacenamiento del agua como una medida de adaptación clave de cara al cambio climático.
Se cuestiona por los 20 intentos de pasar a aprobación una ley general de aguas, lo cual ha fracasado debido a oposición del sector agroindustrial, el mayor consumidor de agua en el país, en complicidad con un sistema político que mantiene un modelo que aún responde fuertemente a esos intereses.

Expone la necesidad de una previsión concreta en cuanto a la administración de los recursos hídricos y que esta sea respaldada por el autoridades y la población. Existen diez documentos de política púbica, pero sin entrarle a la administración de los recursos hídricos. De hecho recuerda que en el 2007 se presentó una política de gestión integrada y política integrada sobre el tema pero el gobierno mismo (que la produjo) al final no la aprobó. Hace falta también una voluntad manifiesta sobre este controversial tema que es una oportunidad pero debe dejar de verse nada más como una amenaza.