La ONU advierte sobre biocombustibles

23.08.2011 | Mundo

Muchos son los que consideran que los biocombustibles pueden ser la panacea para nuestras carencias energéticas y las crisis de pobreza mundial. Sin embargo, un nuevo informe de las Naciones Unidas sugiere que, sin una buena planificación, estos nuevos recursos energéticos pueden llegar a causar tantos problemas como los que solucionan. El desempleo de los agricultores, el corrimiento de la frontera agrícola y el riesgo ambiental del monocultivo son las principales luces de alarma.


 

Las tecnologías bioenergéticas modernas que producen calor, electricidad y combustibles para el transporte están avanzando rápidamente. Recientemente han despertado gran interés los biocombustibles líquidos, concretamente el etanol y el biodiésel. Los últimos cinco años, la producción mundial de estos biocombustibles se ha doblado, y probablemente lo volverá a hacer en los próximos cuatro años.
Muchos países de todo el mundo, desde Argentina hasta Malasia, pasando por la India o Zambia, han promulgado nuevas políticas a favor de los biocombustibles durante los últimos años. La política energética de la UE dicta que antes de 2020 al menos un 10% de todos los combustibles deberán ser biocombustibles.
No resulta sorprendente que el interés mundial por la bioenergía haya crecido rápidamente durante estos últimos años, afirma Mats Karlsson, Presidente del programa ONU-Energía, que publicó el informe 'Sustainable Bioenergy: A Framework for Decision Makers'.
'¿Qué puede ser más atrayente que la energía producida en casa, basada esencialmente en la fotosíntesis basada en la luz y el agua y que ofrece nuevos empleos y oportunidades de desarrollo?'.
En efecto, el desarrollo de las industrias bioenergéticas, incluidos los biocombustibles, podría ofrecer un suministro de energía limpia a millones de personas que actualmente carecen de tal suministro, según sugiere este informe. Por ejemplo, el hecho de cocinar con fuentes tradicionales de bioenergía como la madera ha causado muchos problemas de seguridad y de salud a muchas personas que viven en el mundo en vías de desarrollo, especialmente a las mujeres, quienes se han visto encerradas en un ciclo de pobreza.
El acceso a fuentes energéticas más modernas podría ayudar a reducir estos problemas y sacar a muchas poblaciones de la pobreza.
Las nuevas industrias bioenergéticas también podrían ofrecer un potencial importante de creación de empleo y generar ingresos, especialmente en zonas rurales de algunas de las regiones más pobres del mundo, dado que la gran mayoría del empleo relacionado con la bioenergía se produce en la agricultura, el transporte y el procesamiento.
Sin embargo, este informe alerta de que esta prosperidad acarrea otros problemas. En primer lugar, la demanda de terreno para cultivos bioenergéticos podría ejercer presión sobre otros usos, principalmente en los cultivos de alimentos, lo que probablemente comportaría un aumento de los precios de alimentos básicos como los cereales. De forma similar, dado que la producción de materias primas para biocombustibles también requiere un importante abastecimiento de agua, esto puede disminuir la disponibilidad de ésta para el uso doméstico, lo que amenazaría la salud y la seguridad de gran parte de la población.
En segundo lugar, dado que los biocombustibles se producen y se tratan a gran escala, los autores temen que una transición hacia estos combustibles desplace fuera de sus tierras a los agricultores más pobres del mundo y agudice su pobreza.
El informe también señala las repercusiones que la producción de biocombustibles podría tener sobre el medio ambiente. Dependiendo de la elección de materias primas y de lo que éstas sustituyeran, unos buenos métodos agrícolas, como los cultivos intercalados y la rotación de cultivos, podrían tener repercusiones neutras e incluso positivas para el medio ambiente circundante, se afirma en este documento.
Sin embargo, los cultivos que tienen finalidades energéticas generalmente suelen presentarse en forma de monocultivos de gran escala, cosa que, según se alerta en el estudio, podría llevar a una pérdida importante de biodiversidad, una erosión del suelo y la lixiviación de nutrientes. Se destacan los casos de la India, Sri Lanka y Tailandia, donde los cultivos de biocombustibles ya han llevado a una deforestación a gran escala.
Incluso cultivos más variados y sostenibles que tengan finalidades energéticas podrían perjudicar el medio ambiente si sustituyen las selvas y praderas, se señala en este informe. Otros impactos potenciales son la eutrofización del agua, la acidificación de los suelos y las aguas superficiales e incluso la disminución del ozono.
Este informe concluye sugiriendo un marco de trabajo para que las autoridades políticas fomenten la producción y el uso sostenibles de biocombustibles y otras fuentes de bioenergía para generar los máximos beneficios para los pobres y para el medio ambiente.
En el ámbito de la investigación y el desarrollo, este documento hace un llamamiento a los gobiernos para que financien actividades que fomenten el bien público, incluidas actividades de investigación fundamental sin aplicaciones comerciales inmediatas, y la identificación de las necesidades de bioenergía y de ámbitos para la investigación de políticas.
(Fundación Entorno)

Las tecnologías bioenergéticas modernas que producen calor, electricidad y combustibles para el transporte están avanzando rápidamente. Recientemente han despertado gran interés los biocombustibles líquidos, concretamente el etanol y el biodiésel. Los últimos cinco años, la producción mundial de estos biocombustibles se ha doblado, y probablemente lo volverá a hacer en los próximos cuatro años.
Muchos países de todo el mundo, desde Argentina hasta Malasia, pasando por la India o Zambia, han promulgado nuevas políticas a favor de los biocombustibles durante los últimos años. La política energética de la UE dicta que antes de 2020 al menos un 10% de todos los combustibles deberán ser biocombustibles.
No resulta sorprendente que el interés mundial por la bioenergía haya crecido rápidamente durante estos últimos años, afirma Mats Karlsson, Presidente del programa ONU-Energía, que publicó el informe 'Sustainable Bioenergy: A Framework for Decision Makers'.

'¿Qué puede ser más atrayente que la energía producida en casa, basada esencialmente en la fotosíntesis basada en la luz y el agua y que ofrece nuevos empleos y oportunidades de desarrollo?'.
En efecto, el desarrollo de las industrias bioenergéticas, incluidos los biocombustibles, podría ofrecer un suministro de energía limpia a millones de personas que actualmente carecen de tal suministro, según sugiere este informe. Por ejemplo, el hecho de cocinar con fuentes tradicionales de bioenergía como la madera ha causado muchos problemas de seguridad y de salud a muchas personas que viven en el mundo en vías de desarrollo, especialmente a las mujeres, quienes se han visto encerradas en un ciclo de pobreza.

El acceso a fuentes energéticas más modernas podría ayudar a reducir estos problemas y sacar a muchas poblaciones de la pobreza.
Las nuevas industrias bioenergéticas también podrían ofrecer un potencial importante de creación de empleo y generar ingresos, especialmente en zonas rurales de algunas de las regiones más pobres del mundo, dado que la gran mayoría del empleo relacionado con la bioenergía se produce en la agricultura, el transporte y el procesamiento.
Sin embargo, este informe alerta de que esta prosperidad acarrea otros problemas. En primer lugar, la demanda de terreno para cultivos bioenergéticos podría ejercer presión sobre otros usos, principalmente en los cultivos de alimentos, lo que probablemente comportaría un aumento de los precios de alimentos básicos como los cereales. De forma similar, dado que la producción de materias primas para biocombustibles también requiere un importante abastecimiento de agua, esto puede disminuir la disponibilidad de ésta para el uso doméstico, lo que amenazaría la salud y la seguridad de gran parte de la población.

En segundo lugar, dado que los biocombustibles se producen y se tratan a gran escala, los autores temen que una transición hacia estos combustibles desplace fuera de sus tierras a los agricultores más pobres del mundo y agudice su pobreza.
El informe también señala las repercusiones que la producción de biocombustibles podría tener sobre el medio ambiente. Dependiendo de la elección de materias primas y de lo que éstas sustituyeran, unos buenos métodos agrícolas, como los cultivos intercalados y la rotación de cultivos, podrían tener repercusiones neutras e incluso positivas para el medio ambiente circundante, se afirma en este documento.
Sin embargo, los cultivos que tienen finalidades energéticas generalmente suelen presentarse en forma de monocultivos de gran escala, cosa que, según se alerta en el estudio, podría llevar a una pérdida importante de biodiversidad, una erosión del suelo y la lixiviación de nutrientes. Se destacan los casos de la India, Sri Lanka y Tailandia, donde los cultivos de biocombustibles ya han llevado a una deforestación a gran escala.
Incluso cultivos más variados y sostenibles que tengan finalidades energéticas podrían perjudicar el medio ambiente si sustituyen las selvas y praderas, se señala en este informe. Otros impactos potenciales son la eutrofización del agua, la acidificación de los suelos y las aguas superficiales e incluso la disminución del ozono.

Este informe concluye sugiriendo un marco de trabajo para que las autoridades políticas fomenten la producción y el uso sostenibles de biocombustibles y otras fuentes de bioenergía para generar los máximos beneficios para los pobres y para el medio ambiente.
En el ámbito de la investigación y el desarrollo, este documento hace un llamamiento a los gobiernos para que financien actividades que fomenten el bien público, incluidas actividades de investigación fundamental sin aplicaciones comerciales inmediatas, y la identificación de las necesidades de bioenergía y de ámbitos para la investigación de políticas.
(Fundación Entorno)