Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social

17.06.2011 | América Latina

En los países de América Latina, el cuadro es el siguiente: la mayoría de los hogares están comandados por una mujer; o bien dependen de los ingresos de ambos progenitores ¿Qué significa esto? Que en los últimos 20 años cambió radicalmente la familia tipo encabezada por un padre que salía a trabajar y una madre que quedaba a cargo de la casa y los niños. Es decir, se transformó el modelo en torno al cual se organizaron buena parte de los hogares, el mercado laboral y las políticas públicas. Este hecho y sus consecuencias son el punto de partida del Informe “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social”. La investigación, realizada por la OIT en conjunto con el PNUD, llama la atención sobre la necesidad de que los países se hagan cargo de las transformaciones ocurridas, esto es, la incorporación masiva de las mujeres al mercado de trabajo; la aparición de nuevas formas de empleo (mucho más precarias e inseguras); y el exceso de tareas que hoy recaen sobre las familias, sobre todo las de menores ingresos.


 

unto con describir los procesos que han dado vida a nuevos tipos de familias y tensiones, la investigación pone el foco en dos ideas: que es urgente que los países pongan en marcha políticas de conciliación, que les permitan a trabajadores y trabajadoras integrar de mejor manera sus responsabilidades familiares y laborales. Y que dicha agenda requiere medidas por parte de los Estados, las empresas, los sindicatos y las propias familias, pues en la actualidad hombres y mujeres comparten el sustento económico de sus hogares, pero no las responsabilidades de cuidado. Ello genera una sobrecarga de tareas (y tensiones) para las mujeres.
Existen una serie de mitos y prejuicios en torno al trabajo femenino. Uno de ellos plantea que, como consecuencia de la maternidad, los costos de contratación de las mujeres son mucho más altos que los de los hombres. Un estudio realizado por la OIT sobre los costos salariales y no salariales de contratación de hombres y mujeres en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay, muestra que los costos monetarios asociados a la contratación de una mujer son muy reducidos para el empleador: representan menos del 2% de la remuneración bruta mensual, variando de un 0,2% en México a un 1,8% en Chile.
En América Latina y el Caribe más de 100 millones de mujeres participan en el mercado laboral. Se trata, en promedio, de cinco de cada diez mujeres en edad de trabajar. Ahora, si se considera solo a las que tienen entre 20 y 40 años, es decir, quienes están en etapa de crianza, la cifra aumenta a siete de cada diez.
Hay, sin embargo, enormes desafíos asociados a la mayor participación de las mujeres. Como constata el Informe “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social”, ellas han logrado acceder a más empleos, pero de una calidad cuestionable en términos de remuneraciones, protección social, estabilidad y ejercicio de los derechos laborales, lo que implica menores oportunidades de desarrollo. Un dato al respecto: en América Latina y el Caribe, más del 50% de las trabajadoras labora en el sector informal. Como resultado de ello, no cuentan con el derecho a la protección de la maternidad: carecen de fuero, acceso a licencias por maternidad y tiempo remunerado para la lactancia.
El Informe “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social” es la primera investigación que aborda, con una mirada regional, un tema clave de nuestro tiempo: la conciliación entre vida familiar, personal y laboral en América Latina y el Caribe. Para la OIT esta es una dimensión clave para promover la igualdad y combatir la pobreza desde el mundo del trabajo; y es un requisito para avanzar hacia la equidad de género.
Enfocado en América Latina y el Caribe, el estudio propone una serie de medidas que, juntas, pueden brindar soluciones y transformar radicalmente la cara de la región en una dimensión fundamental de la vida de las personas: el delicado balance entre las obligaciones laborales y familiares.

unto con describir los procesos que han dado vida a nuevos tipos de familias y tensiones, la investigación pone el foco en dos ideas: que es urgente que los países pongan en marcha políticas de conciliación, que les permitan a trabajadores y trabajadoras integrar de mejor manera sus responsabilidades familiares y laborales. Y que dicha agenda requiere medidas por parte de los Estados, las empresas, los sindicatos y las propias familias, pues en la actualidad hombres y mujeres comparten el sustento económico de sus hogares, pero no las responsabilidades de cuidado. Ello genera una sobrecarga de tareas (y tensiones) para las mujeres.

Existen una serie de mitos y prejuicios en torno al trabajo femenino. Uno de ellos plantea que, como consecuencia de la maternidad, los costos de contratación de las mujeres son mucho más altos que los de los hombres. Un estudio realizado por la OIT sobre los costos salariales y no salariales de contratación de hombres y mujeres en Argentina, Brasil, Chile, México y Uruguay, muestra que los costos monetarios asociados a la contratación de una mujer son muy reducidos para el empleador: representan menos del 2% de la remuneración bruta mensual, variando de un 0,2% en México a un 1,8% en Chile.

En América Latina y el Caribe más de 100 millones de mujeres participan en el mercado laboral. Se trata, en promedio, de cinco de cada diez mujeres en edad de trabajar. Ahora, si se considera solo a las que tienen entre 20 y 40 años, es decir, quienes están en etapa de crianza, la cifra aumenta a siete de cada diez.
Hay, sin embargo, enormes desafíos asociados a la mayor participación de las mujeres. Como constata el Informe “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social”, ellas han logrado acceder a más empleos, pero de una calidad cuestionable en términos de remuneraciones, protección social, estabilidad y ejercicio de los derechos laborales, lo que implica menores oportunidades de desarrollo. Un dato al respecto: en América Latina y el Caribe, más del 50% de las trabajadoras labora en el sector informal. Como resultado de ello, no cuentan con el derecho a la protección de la maternidad: carecen de fuero, acceso a licencias por maternidad y tiempo remunerado para la lactancia.

El Informe “Trabajo y Familia: Hacia nuevas formas de conciliación con corresponsabilidad social” es la primera investigación que aborda, con una mirada regional, un tema clave de nuestro tiempo: la conciliación entre vida familiar, personal y laboral en América Latina y el Caribe. Para la OIT esta es una dimensión clave para promover la igualdad y combatir la pobreza desde el mundo del trabajo; y es un requisito para avanzar hacia la equidad de género.
Enfocado en América Latina y el Caribe, el estudio propone una serie de medidas que, juntas, pueden brindar soluciones y transformar radicalmente la cara de la región en una dimensión fundamental de la vida de las personas: el delicado balance entre las obligaciones laborales y familiares.