Amnistía plantea medidas para que la industria de las baterías no vaya en contra de los DDHH y el medioambiente

18.02.2021 | DDHH

Amnistía Internacional ha publicado un conjunto de principios destinados a garantizar que las baterías de ion-litio, con las que funcionan los vehículos eléctricos y muchos dispositivos electrónicos, no estén ligadas a abusos contra los derechos humanos o daños medioambientales.


El documento denominado “Energía para el cambio: Principios para las empresas y los gobiernos de la cadena de valor de las baterías” explica los principios que se deben adoptar para no causar abusos contra los derechos humanos ni daños medioambientales a lo largo de la cadena de valor.

Los lineamientos sirven de referencia desde la extracción hasta la eliminación, para no contribuir a causar abusos y para no estar relacionados directamente con ellos, a la vez que apoyan la necesidad de promover un uso más eficiente de los recursos, la reducción de número de vehículos y el desarrollo de nuevas tecnologías de baterías y otras soluciones al cambio climático compatibles con los derechos humanos.

51 organizaciones de derechos humanos y de defensa del medioambiente han firmado estos principios.

Se aplican a cualquier actividad relacionada con la industria, como el sector financiero, que está financiando una enorme expansión de la energía verde y tecnología para baterías a través de grandes fondos ESG (medioambientales, sociales y de gobernanza).

Amnistía Internacional pide a los fabricantes que diseñen baterías con la máxima eficiencia en el uso de los recursos, incluidas innovaciones para usar menos materiales y minerales, y que trabajen hacia un contenido 100% reciclado seguro de las baterías. El informe también pone de relieve los peligros de la explotación minera de los fondos marinos y pide a empresas y gobiernos que apoyen proactivamente una moratoria de esta práctica.  

Amnistía Internacional pide también a los gobiernos y las empresas que trabajen con quienes defienden los derechos medioambientales y las comunidades indígenas, garantizando que se las consulta e informa debidamente sobre las operaciones planeadas y sus riesgos potenciales.

Poner los intereses empresariales por encima de la protección de los derechos humanos y el medioambiente ha sido lo normal por demasiado tiempo. El resultado es una escandalosa desigualdad global, un devastador cambio climático y una serie, aparentemente sin fin, de malas noticias sobre el futuro. No tiene por qué ser así: debemos garantizar que las nuevas tecnologías ponen a todo el planeta en el camino hacia un lugar mejor”, explica Mark Dummett, director del Programa de Asuntos Globales de Amnistía Internacional.
 

Energía para el cambio: Principios para las empresas y los gobiernos de la cadena de valor de las baterías by ComunicarSe-Archivo on Scribd

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