Científicos convocados por la ONU alertan sobre el fin del capitalismo

27.08.2019 | Tendencias

Para un grupo de científicos convocados por la ONU "estamos asistiendo al fin del capitalismo basado en la energía barata que se sostuvo en los últimos dos siglos". 


El informe destaca que estamos en medio de una transformación de modelo económico cuyo trasfondo es el agotamiento de los recursos y el cambio climático y que en cierta manera, estamos asistiendo al fin del capitalismo tal y como lo conocemos.

"El capitalismo tal como lo conocemos ha dependido de la energía barata , ese es el motor o el facilitador de este crecimiento que hemos visto en los últimos 100, 150 o 200 años, básicamente”, explicó el economista Paavo Järvensivu , integrante de la Unidad de Investigación finlandesa, BIOS y uno de los autores de ese reporte a medios europeos

Es lo que concluye un grupo de científicos finlandeses en un reporte encargado por la ONU para dar contexto a su Informe Mundial de Desarrollo Sostenible.

Las teorías, enfoques y modelos económicos dominantes se desarrollaron durante la era de la abundancia energética y material. Estas teorías fueron cuestionadas solo temporalmente por las crisis petroleras de los años setenta y noventa pero no se hicieron cambios teóricos o políticos significativos. Por lo tanto, las teorías económicas dominantes, así como los modelos económicos relacionados con las políticas, se basan en la presuposición de un crecimiento energético y material continuo. “Las teorías y modelos anticipan solo cambios incrementales en el orden económico existente. Son inadecuados para explicar la agitación actual”, sostiene Paavo Järvensivu.

Este equipo de investigación avizora que debido a que las energías renovables tienen un EROI más bajo y diferentes requisitos técnicos, como la necesidad de construir instalaciones de almacenamiento de energía, satisfacer los niveles crecientes de necesidad energética en las próximas décadas con soluciones bajas en carbono será extremadamente difícil, si no imposible. Por lo tanto, existe una presión considerable para reducir el uso total de energía.

El paper prevé un escenario de “menos transporte”  que requerirá cambios en la planificación de la ciudad (por ejemplo, cómo las casas y los lugares de trabajo están conectados entre sí, y en la invevitable “electrificación” de la producción de vehículos, en la infraestructura de transporte, como ferrocarriles, carreteras y estaciones de carga, y en la producción y almacenamiento de energía. Debido a la menor necesidad y capacidad de tránsito rápido, el resultado general probablemente será menos transporte en lugar de más. Además, en cuanto al transporte internacional de carga y la aviación no pueden seguir creciendo a las tasas actuales, debido a la necesidad de reducir las emisiones y la falta de alternativas bajas en carbono a las tecnologías actuales.

En los países en desarrollo, el régimen de exportación de una selección limitada de productos y materias primas e importación de alimentos básicos baratos no ha funcionado para las comunidades locales. Los países en desarrollo deberían diversificar su fuentes de nutrición y de ese modo al mismo tiempo aumentar las oportunidades de subsistencia locales y mejorar las condiciones materiales de su población en general. 

Simultáneamente, la mayoría de los países, tanto ricos como en desarrollo, enfrentan grandes desafíos ambientales en la producción de alimentos. Será demasiado arriesgado confiar en el funcionamiento de solo unos pocos alimentos principales áreas de producción en el futuro. 

El comercio internacional de alimentos recuperará su posición como un componente crucial de la seguridad alimentaria en lugar de servir como un mercado de productos básicos.

Con respecto a las prácticas de producción y consumo, los productos lácteos y la carne deberían dar paso a dietas basadas principalmente en vegetales.

La industria de la construcción está hoy dominada por el hormigón y el acero, cuya fabricación y otros procesos del ciclo de vida son muy intensivos en energía y causan niveles importantes de emisiones que afectan el clima y generan a la vez otros tipos de desechos. 

Järvensivu propone ir  hacía “edificios de madera de larga duración” que por el contrario, pueden proporcionar almacenamiento de carbono, pero que requeriría cambios en toda la red de producción, comenzando por la silvicultura, en la que los usos de la construcción compiten, por ejemplo, con los usos del papel y la energía. 


- Gobernanza política 

De acuerdo al paper que ahora está en manos de la ONU, se requiere una gobernanza política fuerte para lograr las transiciones clave. La acción basada en el mercado no será suficiente, incluso con un alto precio del carbono. Debe haber una visión integral y planes estrechamente coordinados. De lo contrario, una rápida transformación a nivel del sistema hacia objetivos de sustentabilidad global es inconcebible. 

Una mirada científica como la de Mariana Mazzucato ha examinado este tema desde la perspectiva de las políticas de innovación y argumenta que históricamente, las principales innovaciones, por ejemplo la carrera espacial en Estados Unidos, han requerido que el Estado establezca la misión y coordine y financie gran parte de la investigación relacionada y su desarrollo. 

Según su investigación, lograr una transición sistémica ha requerido y requerirá una innovación proactiva orientada a la misión: no será suficiente para que el estado repare las "fallas del mercado" de manera reactiva. Por supuesto, la innovación por sí sola no es suficiente.

La oposición típica a la necesidad de una transición rápida y coordinada en la mayoría de los países occidentales comienza con la idea influyente de que solo bajo un régimen de "intervención" gubernamental limitada puede el mercado mantener su eficiencia. Por lo tanto, si el estado prioriza una tecnología sobre la otra, lo más probable es que priorice la incorrecta. Si el estado emplea personas para construir nueva infraestructura, desplazará a la empresa privada. 

Desde este punto de vista, muchos economistas están de acuerdo con que la “fijación de precios del carbono” como una política "menos intervencionista y económicamente más eficiente para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Pero un problema clave con el precio del carbono ha sido que los estados, las federaciones o los sindicatos no lo han implementado en un nivel suficiente  por temor a la fuga de industrias hacia países con regulaciones ambientales más débiles. Por esta razón, muchos economistas y políticos esperan a que suceda una fijación de los precios del carbono a escala global. 

Para los autores es muy poco probable que incluso con un precio global del carbono aplicado a escala global se logre guiar la actividad económica en la dirección correcta, al menos con suficiente velocidad y amplitud. Como herramienta de política, el precio del carbono carece del elemento crucial de coordinar un conjunto diverso de actores económicos hacia un objetivo común. Los actores individuales tendrían un incentivo para disminuir las emisiones de carbono, pero aún competirían a través de sus propias lógicas comerciales y de negocios.

- Desde la teoría económica 

El informe de la ONU afirma que hemos ido tan lejos en un territorio impredecible y sin precedentes, que la economía convencional no puede dar respuestas. El crecimiento económico se ha parado, los bancos centrales han tenido que recurrir a tipos de interés negativos y están comprando grandes cantidades de deuda pública para mantener a flote la economía, pero todo, como todo, tiene un límite. Gobiernos y entidades financieras se están quedando sin opciones. “Podría decirse sin dudar que no existen modelos económicos que puedan aplicarse a la nueva era”, señalan los científicos que han realizado el trabajo.

Como una herramienta política práctica el documento subraya como los teóricos postkeynesianos han sugerido impulsar una política llamada “garantía de trabajo” (que garantizaría que todas las personas capaces y dispuestas a trabajar pudieran obtener un trabajo permanente, financiado por el Estado y administrado localmente. Los trabajos más adecuados para el programa serían aquellos que casi cualquier persona puede hacer con una capacitación limitada. 

Estos trabajos podrían modelarse para servir a la transición hacia la sustentabilidad y desarrollar capacidades para adaptarse al cambio climático: por ejemplo, instalando soluciones de energía descentralizadas y preparándose para inundaciones. Además de desencadenar la transición, la garantía de empleo podría lograr el pleno empleo. Disminuiría la inseguridad y la necesidad de competir por trabajos ambientalmente destructivos a nivel individual y colectivo.

Los autores tienen claro que este enfoque poskeynesiano desafía la ortodoxia económica y apoya las transiciones de sostenibilidad en el contexto económico y político actual de los países occidentales y otros países de orden similar.

Los desarrollos en China sirven como un recordatorio de que las teorías económicas distintas de las neoclásicas ya son efectivas en el mundo. En China, las transiciones económicas no han sido frenadas por las ideas de intervención estatal mínima o un presupuesto equilibrado. Sin embargo, las transiciones pasadas han sido ecológicamente insostenibles en muchos sentidos”, aclara el documento. 

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