Cómo pueden las ciudades adaptarse al cambio climático

30.08.2021 | Ciudades

McKinsey junto con C40 Cities Climate Leadership han publicado un informe que identifica 15 formas comprobadas en que las áreas urbanas de todo el mundo pueden adaptarse al riesgo climático.


Las acciones se eligieron sobre la base de tres fuentes principales: Liderazgo climático de las ciudades de C40 y análisis de McKinsey, consultas con expertos en adaptación y líderes en materia de ciudades, y una extensa revisión de la literatura.

El informe consta de dos partes. El primero expone las 15 acciones. Cuatro de ellas construyen resiliencia sistémica, lo que significa que fortalecen todo tipo de ciudades. Las otras 11 son específicas de amenazas, lo que significa que se enfocan en riesgos climáticos físicos particulares. Algunas de las 15 acciones, como la construcción de barreras para proteger las áreas costeras y la modernización de la infraestructura, son complejas y costosas. Otras, como plantar árboles junto a las calles e iniciar programas de cambio de comportamiento para conservar el agua, no lo hacen. Ejemplos de todo el mundo, tanto en economías avanzadas como en desarrollo, demuestran lo que es posible.

La segunda parte del informe describe, en términos generales, cómo las ciudades pueden implementar las acciones. Los autores sugieren comenzar por definir los peligros más relevantes y por comprender los riesgos que esos peligros representan para sus comunidades. Sobre esa base, las ciudades pueden realizar análisis detallados del impacto de la reducción del riesgo, los costos y la viabilidad de las diferentes acciones.

Entre los temas importantes que surgen de la investigación se destacan las soluciones basadas en la naturaleza, como la plantación de árboles junto a las calles, la gestión de cuencas fluviales y las soluciones sostenibles de drenaje urbano.

En segundo lugar, los autores consideran que las ciudades pueden invertir en acciones que aumenten la resiliencia de manera sistémica, además de adaptarse a peligros específicos e inmediatos. La resiliencia sistémica incluye aumentar la conciencia de los riesgos climáticos físicos, incorporar la conciencia de los riesgos y la preparación en los procesos de la ciudad, optimizar las respuestas de emergencia y mejorar los programas financieros y de seguros.

En tercer lugar el informe destaca que existe un importante elemento de equidad en la adaptación al riesgo climático. Por ejemplo, las poblaciones vulnerables, como los niños, los ancianos, las comunidades de bajos ingresos, algunos grupos minoritarios, las personas con discapacidad y las mujeres, pueden correr un mayor riesgo de sufrir daños relacionados con el clima.

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