Giro histórico

El empresariado de EEUU le dice adiós a la doctrina Milton Friedman

23.08.2019 | CEO

La organización Business Roundtable reúne a los CEO de 181 de las mayores corporaciones de EEUU. ha publicado esta semana un revelador documento en donde expresan que la maximización de beneficios para el accionista deja de ser la única misión de las empresas.

 


La organización Business Roundtable reúne a los presidentes ejecutivos de 181 de las mayores corporaciones de Estados Unidos, desde Amazon hasta Xerox, pasando por las mayores empresas de comercio minorista (Walmart), tecnología (Apple), energía (Exxon Mobil), telecomunicaciones (AT&T), automóviles (Ford), finanzas (JP Morgan Chase), entre muchas otras. Se trata de compañías que cuentan con más de 15 millones de empleados y unos ingresos anuales superiores a los US$7 billones.

El lunes pasado, los líderes de estas empresas divulgaron una declaración en la que asumen un cambio de visión radical sobre el objetivo de sus corporaciones, rompiendo con la política que mantenían desde hace más de 20 años, la cual privilegiaba la maximización de los beneficios de los accionistas por encima de cualquier otra consideración.

A partir de ahora el accionista pasaría a ser solo uno más de las cinco partes interesadas que deben guiar las decisiones, junto con los empleados, los clientes, los proveedores y las comunidades.

Este paso de dejar atrás del credo de la primacía del accionista, que ha guiado el capitalismo estadounidense durante décadas, supone un cambio radical en una asociación que constituye una de las organizaciones  empresarias más influyentes en la política de Estados Unidos. En su nueva posición sobre el objetivo de sus corporaciones, el Business Roundtable se compromete con cinco puntos específicos:

1- Entregar servicios o bienes de valor a sus clientes.

2- Invertir en sus empleados y compensarlos de forma justa.

3- Negociar de forma justa y ética con los proveedores.

4- Apoyar a las comunidades en las que están asentadas las empresas.

5- Generar rentabilidad de largo plazo para los accionistas.

Jamie Dimon, jefe del Business Roundatble y presidente ejecutivo del banco JP Morgan Chase, destacó que este giro está vinculado con una visión de sostenibilidad a lo largo del tiempo."El sueño americano está vivo pero se está deshilachando. Los grandes empleadores están invirtiendo en sus trabajadores y en sus comunidades porque saben que esa es la única vía para ser exitoso en el largo plazo”, concedió. 

La organización publica periódicamente documentos con lineamientos sobre cómo debe llevarse una compañía. Según el comunicado de este lunes, cada una de las versiones de esos principios en los últimos 20 años ha establecido, en línea con lo que planteó el economista estadounidense y premio Nobel Milton Friedman, que “las corporaciones existen principalmente para servir a los accionistas”. “Ha quedado claro que este lenguaje sobre el propósito de las compañías no describe con precisión las maneras en las que nosotros y los demás consejeros delegados nos esforzamos cada día por crear valor para todas las partes con intereses en nuestras empresas”, admite el nuevo comunicado.

Este cambio tan acentuado se producen en un contexto en el que las desigualdades salariales y la crisis climática, entre otros factores, han puesto a las grandes compañías en el ojo de la tormenta, por parte de los poderes públicos y de los ciudadanos. Las movilización de votantes para elevar el salario mínimo y de los estudiantes  para exigir la reducción de las emisiones contaminantes, están en un punto crítico. Por otra parte, crecen a lo largo y a lo ancho del globo las expresiones populistas que ponen en cuestión los principios del capitalismo.

Otro de los factores que podría explicar este volantazo es la presión de los inversores, preocupados por el valor de sus inversiones en el largo plazo. El años pasado, Larry Fink, presidente del fondo de inversión BlackRock, el más grande del mundo, que maneja activos valorados en 5,7 billones de dólares consideró en una carta que, para prosperar a lo largo del tiempo, las compañías deberán no solo generar rentabilidad financiera, sino también demostrar cómo contribuyen de forma positiva a la sociedad. "Las empresas deben beneficiar a todas las partes interesadas, lo que incluye a los accionistas, a los empleados, a los clientes y a las comunidades en las que opera”, escribió.

Tampoco se podría aislar la decisión de los ejecutivos de la discusión electoral. El presidente Trump y los candidatos que compiten por la nominación presidencial demócrata han apuntado a las empresas por anteponer las ganancias a las necesidades de los trabajadores y clientes en temas tan sensibles como el precio de los medicamentos, la externalización ambiental y la privacidad de los datos. Se discute en campaña porqué durante décadas los salarios han subido solo moderadamente, mientras que el sueldo de los altos ejecutivos de las empresas públicas se ha disparado a niveles asombrosamente altos. 

- Algunas reacciones

"Ignorar temas como la complicidad con los abusos a los derechos humanos es una invitación a un desastre de relaciones públicas", tuiteó este martes Kenneth Roth, director ejecutivo de la ONG Human Rights Watch.

"No se equivoquen, no fue la democracia de los accionistas la que creó este nuevo momento de iluminación. La indignación pública impulsó esto. También lo hizo la ira en Washington y el escrutinio de los organismos reguladores".escribió Ross Sorkin en The New York Times.

"No estamos de acuerdo con la declaración. Sugiere obligaciones corporativas con una variedad de partes interesadas, colocando a los accionistas en último lugar y haciendo referencia a los accionistas simplemente como proveedores de capital en lugar de como propietariosCouncil of Institutional Investors (CII) 

"Me alegra que ahora parezcan reconocer que el pueblo estadounidense está enfermo y cansado de su avaricia corporativa que está destruyendo el tejido social de Estados Unidos. Pero necesitamos más que un truco de relaciones públicas. Necesitamos un plan concreto sobre cómo recuperarán los empleos estadounidenses en el extranjero, pagarán a todos los trabajadores un salario digno con buenos beneficios, dejarán de atacar a los sindicatos y comenzarán a pagar su parte justa de impuestos”, sostuvo el senador estadounidense Bernie Sanders.

Adam Seth Litwin, profesor asociado de la Universidad de Cornell, es uno de los escépticos: "Hablar es fácil. La pregunta de rigor es cómo responderán los mismos directores ejecutivos cuando los accionistas exijan dividendos astronómicos trimestrales, aún en las horas más bajas”.

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