"Logramos involucrar a actores clave de la región y del mundo en diálogos sobre financiamiento sostenible"

10.11.2025 | Inversores

Así lo expresó Lizeth Palencia, Regional Head of Latin America at Principles for Responsible Investment (UN-PRI), luego del desarrollo de la conferencia PRI in Person.

Por: María Julia Arana


Del 4 al 6 de noviembre tuvo lugar PRI in Person, un encuentro que reunió a  más de 1.000 líderes del sector de inversiones, propietarios de activos, fundaciones, gestores de inversiones y proveedores de servicios para compartir conocimientos e impulsar el cambio.

La conferencia de 2025 fue el 17.º evento anual y la primera visita a América Latina en más de diez años, de cara a la COP30 en Belém, Brasil. 

En esta oportunidad, algunos de los puntos destacados fueron la adaptación y biodiversidad: hoy la conversación pasa por las soluciones basadas en la naturaleza; mayor foco en la "S"(social) de ESG: a diferencia de los PRI en países desarrollados, en Latinoamérica la transición justa y el foco social son claves; por último, la gran participación de empresa latinoamerica como + SAFI (Bolivia), Credicorp Capital (Perú), Bice Inversiones (Chile), entre otras.

En esta oportunidad, en una entrevista a Lizeth Palencia, Regional Head of Latin America at Principles for Responsible Investment (UN-PRI) detalla más sobre el desarrollo de PRI in Person y las expectativas de la COP30.

Ahora que cerramos el evento, ¿cuál es tu principal conclusión? Más allá de la alta convocatoria, ¿se cumplió el objetivo estratégico que tenían al traer el PRI in Person a Latinoamérica tan cerca de la COP30?

Mi conclusión principal es muy positiva. La decisión de llevar PRI in Person a Latinoamérica, justo antes de la COP30, cumplió con el objetivo estratégico de resaltar el papel crucial de los mercados emergentes en las soluciones climáticas globales. Más allá de la masiva asistencia, logramos involucrar a actores clave de la región y del mundo en diálogos sobre financiamiento sostenible, creando impulso a las negociaciones oficiales de la COP30 la semana siguiente. La ubicación en América Latina subrayó la importancia estratégica de Latinoamérica, queda claro que la batalla por las emisiones netas cero se ganará o se perderá en los mercados emergentes. De hecho, hoy por hoy solo ~15% de la inversión global en energía limpia fluye hacia economías emergentes fuera de China, pese a que representan dos tercios de la población mundial y concentran ~70% del potencial mundial en energía solar y eólica. En resumen, el evento cumplió su objetivo: situó a los mercados emergentes en el centro de la conversación climática global y preparó el terreno para que la voz de los inversores responsables se escuche con fuerza en la COP30. Hemos tendido puentes entre inversores y formuladores de políticas, asegurando que los mensajes y el poder intelectual y financiero de los inversores lleguen a Belém en apoyo de una transición climática ambiciosa y justa.

Este evento fue la gran antesala del sector financiero para Belém. Concretamente, ¿cuáles serán las peticiones principales que PRI, como representante de los inversores, llevará a la presidencia de la COP30 y a los negociadores?

De camino a la COP30, desde PRI estamos enfocados en 3 peticiones centrales para los gobiernos y negociadores, en representación de los inversionistas:

  1. Impulsar un entorno de políticas habilitadoras para la inversión sostenible: abogar para que los gobiernos adopten políticas públicas claras y ambiciosas que faciliten la movilización de capital hacia la acción climática. Esto incluye marcos regulatorios estables, incentivos y transparencia en la divulgación de riesgos climáticos. Es importante alinear las señales políticas con las necesidades de los inversores, de modo que más capital privado fluya hacia energías limpias, infraestructura resiliente y proyectos verdes.
  2. Demostrar y reforzar la ambición de los inversores en net zero, naturaleza y adaptación: Queremos dejar en claro ante los negociadores que los inversionistas están comprometidos con objetivos climáticos y de biodiversidad ambiciosos y que necesitan aliados entre los formuladores de políticas. Por ejemplo, apoyamos que en la COP30 se refuerce la integración de la naturaleza en la agenda climática y se dé prioridad a la adaptación junto con la mitigación.
  3. Catalizar la inversión responsable en Brasil y en los mercados emergentes: Finalmente, subrayaremos la urgencia de movilizar capital hacia las economías en desarrollo, aprovechando el momento en que Brasil y Latinoamérica están en el foco. Al tener el PRI in Person en Brasil la semana previa a la COP, ya hemos dado un paso para conectar a inversores globales y locales, fomentando colaboraciones para financiar proyectos sostenibles en la región. En concreto, en el camino a la COP30, trabajamos con inversionistas para identificar cómo desbloquear barreras (por ejemplo, el alto costo de capital y el riesgo percibido) que hoy obstaculizan los flujos hacia los mercados emergentes. Asimismo, ponemos como caso de uso la experiencia brasileña, en la que, en diálogo con formuladores de políticas y actores locales, hemos recogido lecciones sobre qué reformas e iniciativas podrían implementarse para atraer inversión sostenible. Esto puede inspirar a otras economías emergentes.

Vimos un protagonismo inédito de actores de América Latina. ¿Qué le falta al ecosistema de inversión de LATAM para consolidar este liderazgo? ¿Y qué rol específico esperan ustedes de los grandes inversores internacionales para apoyar a estos gestores locales?

La presencia y liderazgo de los actores latinoamericanos en este evento fue realmente destacada, pero consolidar ese liderazgo regional requerirá fortalecer aún más el ecosistema de inversión sostenible local. En nuestra evaluación, a Latinoamérica le hacen falta principalmente tres cosas para afianzar su posición de liderazgo:

  • Marcos e incentivos locales más robustos: Es vital seguir fortaleciendo el entorno habilitador doméstico. Si bien varios países han avanzado, se requiere una mayor profundidad en las políticas. Hablamos de regulaciones claras y armonizadas que incorporen criterios ASG, la divulgación obligatoria de riesgos climáticos, los mercados de carbono locales y los estímulos fiscales para proyectos verdes. Un marco normativo sólido brindará certeza a los inversores locales y extranjeros, lo que aumentará el apetito por financiar iniciativas sostenibles en la región.
  • Capacidad y productos de inversión locales: El ecosistema latinoamericano debe ampliar su oferta de vehículos de inversión sostenible y fortalecer las capacidades técnicas de sus gestores. Esto implica más fondos con tesis orientadas a soluciones verdes y sostenibles. También fortalecer alianzas público-privadas en la región (por ejemplo, fondos de blending finance con bancos de desarrollo locales) ayudaría a generar un pipeline sólido de proyectos bancables en energías renovables, agricultura sostenible, ciudades resilientes, etc.
  • Mayor volumen de capital movilizado: A pesar del crecimiento reciente, el volumen de inversión sostenible en Latam aún es insuficiente en relación con la necesidad. Para consolidar liderazgo, la región debe escalar significativamente los flujos de capital hacia proyectos verdes. Esto involucra tanto capital doméstico como capital internacional entrando en la región.

Noté un énfasis en el evento sobre adaptación y la biodiversidad. ¿Cómo ves esta evolución en las prioridades de los inversores en la región?

Se observa claramente una evolución en las prioridades de los inversores latinoamericanos, alineada con las tendencias globales. Tradicionalmente, la atención se centraba en mitigar el cambio climático, pero ahora temas como la adaptación climática y la protección de la biodiversidad están ganando protagonismo en las estrategias de inversión, especialmente tras la COP16 en Colombia. Este cambio de enfoque responde, por un lado, a la realidad de nuestra región, sumamente vulnerable a los impactos climáticos y poseedora de una riqueza natural única, y, por otro, a la evidencia de que invertir en resiliencia y naturaleza también puede generar rendimientos atractivos y reducir riesgos a largo plazo.

Por eso, no es casualidad que en nuestro evento se discutiera ampliamente la financiación de infraestructura resiliente, de la agricultura y de soluciones basadas en la naturaleza. Los inversionistas empiezan a reconocer que la pérdida de capital natural es también un riesgo financiero, y que la conservación puede ofrecer oportunidades. En la práctica, vemos más interés en proyectos de energías renovables con componentes de restauración ecológica, bonos verdes que incluyen objetivos de biodiversidad, y fondos especializados en sectores como reforestación, protección de cuencas hidrográficas o turismo sostenible. En términos más generales, esta evolución también se manifiesta en iniciativas globales que involucran a la región: por ejemplo, cada vez más empresas e inversionistas latinoamericanos se están explorando el Taskforce on Nature-related Financial Disclosures (TNFD) para reportar su huella y su impacto en la naturaleza. En suma, las prioridades de los inversores en Latinoamérica se están ampliando para abarcar de manera integral el clima y la naturaleza. Los inversores latinoamericanos están evolucionando, junto con el resto del mundo, hacia una visión más holística de la sostenibilidad, donde clima, comunidad y biodiversidad van de la mano.

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