Los Derechos Humanos ausentes en la nueva política del Banco Mundial

26.07.2016 | DDHH

El Banco Mundial se negó a incorporar sus obligaciones en materia de Derechos Humanos en su nueva política (Marco Ambiental y Social del Banco Mundial), señaló la organización Human Rights Watch. El tercer borrador y versión final de la nueva política se presentó el 20 de julio de 2016 y no incluye exigencias en materia de DD.HH. Sólo hace referencia al tema en la declaración y principios no vinculantes. Se espera la aprobación de la política para el 4 de agosto.


"Al negarse a reconocer sus obligaciones en materia de derechos, el Banco Mundial anticipa que estará dispuesto a violar los derechos humanos sin consecuencias", dijo Jessica Evans, investigadora principal sobre instituciones financieras en Human Rights Watch. "En lugar de utilizar esta nueva política sobre medio ambiente y asuntos sociales para avanzar en función de la protección de derechos y consolidarse como líder en el desarrollo, el Banco Mundial ha hecho todo lo contrario."

Fuentes del Banco Mundial le respondieron a Human Rights Watch que la dirección se opuso a incluir un lenguaje que exigirá al propio banco a respetar los derechos humanos en todas las operaciones.

La nueva política del Banco estuvo en desarrollo durante cuatro años para incluir compromisos para evitar la discriminación y proteger las normas laborales. El Marco introduce una nueva norma laboral que requeriría, por primera vez, que los países prestatarios cumplan una serie de condiciones en cuanto al respeto de los derechos de los trabajadores y condiciones de trabajo, en los proyectos financiados por el Banco. Además requiere a los gobiernos que piden préstamos al Banco contar con el consentimiento previo, libre e informado de los pueblos indígenas que tradicionalmente ocupan o utilizan las tierras o los recursos naturales afectados negativamente por un proyecto. Pero el Banco Mundial no respondió a los pedidos de las Naciones Unidas, y de grupos de derechos humanos, de incluir requisitos vinculantes en materia de derechos humanos en sus nuevas políticas. Además se cuestiona que los requisitos sobre normas fundamentales del trabajo, como la prohibición de la discriminación, el trabajo infantil y el trabajo forzoso, traslada la responsabilidad del Banco Mundial y el prestatario al proveedor.

La Secretaria General de la CSI, Sharan Burrow, instó al Banco a que se reconozca el papel de la OIT en tanto que organismo encargado del establecimiento de normas laborales, y a trabajar en estrecha colaboración con ella en la implementación de la nueva salvaguardia:

“Los otros bancos multilaterales de desarrollo que cuentan con una salvaguardia laboral, incluyendo la CFI del propio Banco Mundial, incluyen una referencia explícita a los convenios de la OIT sobre normas fundamentales del trabajo, que todos los países miembros están obligados a cumplir, independientemente de si han ratificado o no dichos convenios. El Banco Mundial debería cumplir este precedente, no apartarse de él. Nos preocupa la implicación de que la provisión sobre libertad sindical pueda ser ignorada en los proyectos financiados por el Banco, si la legislación nacional no protege plenamente este derecho, pese a que la política asevere que no se tolerarán el trabajo infantil, el trabajo forzoso y la discriminación de género o de cualquier otro tipo, independientemente de lo que digan las leyes nacionales. Esto introduce un preocupante doble criterio sobre qué derechos fundamentales de los trabajadores definidos por la OIT deben respetarse en los proyectos del Banco”.

China, uno de los accionistas más influyentes  del Banco Mundial, fue el principal oponente de aprobar requisitos obligatorios en derechos humanos. 

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