El voluntariado corporativo se impone en la gestión estratégica de la diversidad de las principales empresas

19.12.2011 | Gestión

La Fundación Adecco ha constatado que las empresas que implantan voluntariado han crecido en un 40% en el último año. Esta práctica, que ya forma parte de la agenda de las principales organizaciones, se ha convertido en uno de los principales vehículos para la integración laboral de las personas que lo tienen más difícil. Aunque existen muchas modalidades de voluntariado, la modalidad profesional está adquiriendo cada vez mayor pujanza. Mediante esta fórmula, los empleados voluntarios forman a las personas con discapacidad en aquello que conocen mejor (su trabajo), aumentando así sus posibilidades de empleo en ese sector.


La modalidad de voluntariado corporativo – en empresas- ya ha adquirido importantes dimensiones dentro de la política de Responsabilidad Corporativa de las compañías, que incorporan estas iniciativas como parte de su estrategia empresarial y no como un hecho aislado o extraordinario.

La Fundación Adecco potencia con sus empresas colaboradoras una modalidad de voluntariado que hace convivir a sus empleados con personas con discapacidad, haciéndoles partícipes de un objetivo común y fomentando el compañerismo y la eliminación de barreras psicológicas. Estos voluntariados pueden ser de muy diversa índole: deportivos, medioambientales, de ocio, profesionales, etc. Pero independientemente de esta modalidad, lo importante es que los empleados puedan conocer de cerca la discapacidad, empatizar con ella y normalizarla. De este modo, se generan entornos laborales proclives a la incorporación de trabajadores con discapacidad.

Con el voluntariado, todos ganan

El voluntariado corporativo hace confluir los intereses de empresas, trabajadores, asociaciones, y por supuesto, de personas con discapacidad. Las empresas perciben importantes beneficios, no sólo a nivel de imagen o reputación externa, sino en la gestión de la diversidad: creación de nuevas relaciones entre empleados de diferentes departamentos, desarrollo de habilidades de trabajo en equipo, fomento del orgullo de pertenencia, mejora del clima laboral, etc. Todo ello se traduce en una mayor productividad y unos mejores resultados.

Por otra parte, el voluntariado corporativo ayuda a los trabajadores a adquirir cultura en el ámbito de la discapacidad, a la vez que eleva su autoestima y su sentimiento de realización personal. Ello incrementa su satisfacción tanto en el plano laboral como en sus relaciones familiares y amistosas.

Para las asociaciones, el voluntariado constituye una buena oportunidad de ofrecer a sus beneficiarios actividades diferentes que les preparen para el entorno laboral, incrementando así su influencia y dotándose de una mayor profesionalidad.

Para las personas con discapacidad, el voluntariado supone un vehículo para estar más cerca del empleo, pues trabajan en equipo con empleados de diferentes empresas por una meta común. De este modo, pueden mejorar sus habilidades sociales, de comunicación y de orientación a resultados, aumentando sus posibilidades de encontrar trabajo.

Según Francisco Mesonero, director general de la Fundación Adecco: “A través del voluntariado corporativo, los empleados transfieren su talento y sus conocimientos a entidades que representan a colectivos desfavorecidos -principalmente, personas con discapacidaddotándolos de herramientas y aptitudes que mejoran su capacidad de integración en la sociedad y en el mundo laboral. Es una actividad en la que todos ganan, no solo los beneficiarios, sino las personas que, actuando como voluntarios, descubren una faceta desconocida hasta el momento para ellos: el potencial y el afán de superación de las personas con discapacidad”.

Incremento anual

Durante el año 2010, la Fundación Adecco implantó 105 acciones de voluntariado en 42 empresas. Con ellas, 2.894 voluntarios ayudaron a 977 beneficiarios con discapacidad a adquirir mayores habilidades para el empleo.

En lo que llevamos de 2011, ya se han superado estas cifras, lo que demuestra la consolidación y desarrollo continuo de la práctica del voluntariado en las empresas españolas. En concreto, 58 empresas han realizado 143 acciones de voluntariado en las que han participado más de 3.773 empleados de empresas y 4.215 personas con discapacidad.

Teniendo en cuenta estas cifras, las acciones de voluntariado han aumentado en un 36% (de 105 a 143) y las empresas que lo implantan en un 40% (de 42 a 59).

Hacia un voluntariado profesional

Si bien cualquier fórmula de voluntariado corporativo reporta beneficios para empleados y personas con discapacidad, lo cierto es que la modalidad profesional –hasta ahora la menos extendida- va a adquiriendo cada vez una mayor influencia.

El voluntariado profesional permite que los empleados voluntarios expliquen y transmitan a las personas con discapacidad lo que ellos más conocen –su trabajo-, trasladándoles su conocimiento y saber hacer. Por ejemplo, en una empresa de tecnologías, se les ofrece a las personas con discapacidad una formación en redes sociales.

Según Francisco Mesonero: “el voluntariado profesional constituye una de las mejores alternativas de preparación para el empleo, pues las personas con discapacidad pueden conocer de primera mano un trabajo concreto, interiorizarlo e incrementar sus oportunidades de empleo en ese sector”.

Estudio “El estado del voluntariado corporativo en España”

A principios de este año, la Fundación Adecco y el Club de Excelencia en Sostenibilidad presentaron el estudio “El estado del voluntariado en España”.

Algunas de las conclusiones más significativas del estudio fueron las siguientes:

1. Las actividades de voluntariado corporativo comienzan, cada vez más, a formar parte de la agenda de las empresas. Más de la mitad de las empresas manifiestan que sus programas de voluntariado corporativo llevan en funcionamiento más de 5 años, y siguen apostando por la realización de este tipo de actividades.

2. En más de la mitad de las empresas analizadas, 58%, la iniciativa de poner en marcha este tipo de actividades corresponde a un área corporativa o a la propia Dirección, lo que indica el interés estratégico y el compromiso que se le concede al voluntariado corporativo. Sólo un 11% actúa de forma reactiva, ante la demanda de los propios empleados.

3. Los dos principales factores aceleradores de la participación de los empleados en este tipo de actividades son, tanto la segmentación y la personalización de la oferta de actividades y la comunicación que se hace de ellas, como el liderazgo ejercido por parte de la Dirección a través de su participación activa.

4. El principal freno para la participación de los empleados es la dificultad para conciliar la vida laboral y personal y también la no existencia de facilidades por parte de la empresa como mecanismos de compensación de tiempo. La no existencia de un clima laboral adecuado no se percibe como un freno importante, si bien no puede interpretarse como que este tipo de actividades contribuya a mejorar el clima laboral de la empresa.