Europa no termina de afirmar su liderazgo global

08.06.2011 | Mundo

Los líderes europeos reunidos en Bruselas han llegado a un acuerdo sobre la necesidad de destinar dinero a la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo pero no han querido referirse a cifras concretas. Pese a que el reconocimiento de esta necesidad constituye un pequeño paso, Greenpeace considera que la falta de compromisos financieros concretos sigue dificultando el avance de las negociaciones internacionales hacia el acuerdo climático global que debe alcanzarse a finales de año en Copenhague.


 

“Es positivo que la Unión Europea (UE) esté dispuesta a pagar por su responsabilidad como segunda emisora mundial de CO2 pero no es suficiente para que las negociaciones climáticas internacionales avancen. Los países en desarrollo van a pensarlo dos veces antes de comprometerse a adoptar medidas para salvar el clima si los países ricos no ponen cifras concretas sobre la mesa”, ha declarado Aída Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.
La cumbre de primavera de la UE ha apoyado un nuevo esquema financiero internacional para obtener los fondos necesarios para la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo. Estos fondos deben ser suficientes para cubrir las necesidades en términos de inversión en energías limpias, protección de los bosques y adaptación a aquellos impactos que ya son inevitables, pero, al no hacerse referencia a cifras concretas, es difícil valorar el grado de compromiso de la UE con estos tres objetivos.
Greenpeace insta a los gobiernos de la UE a dejar de perder un tiempo precioso y asegurarse de que en las futuras reuniones ministeriales bajo la presidencia checa se acuerde un plan concreto de apoyo financiero para la lucha en favor del clima en los países más pobres. La organización espera que este tema esté también en la agenda de la reunión del G20 que va a celebrarse en Londres a principios de abril y que las recomendaciones que de la misma se deriven impulsen las negociaciones climáticas internacionales.
“La UE sigue discutiendo de forma aislada sobre la crisis económica sin tener en cuenta la crisis climática en vez de mostrar su liderazgo climático luchando contra la crisis mediante inversiones verdes. El tiempo corre, sólo quedan nueve meses hasta la cumbre de Copenhague y recuperarnos de la crisis económica no servirá de nada si el cambio climático nos gana la partida”, ha añadido Vila.
Los líderes de la UE han reconocido la importancia de la eficiencia energética y de las renovables, así como de mejorar las infraestructuras para garantizar la seguridad del suministro, incluidas redes submarinas que posibiliten la integración de grandes cantidades de fuentes de energía renovable. Sin embargo, al mismo tiempo, la UE ha seguido dando rienda suelta a la confianza en fuentes energéticas tan sucias como el carbón o, para los países que lo estimen oportuno, las nucleares.
“Estamos en una encrucijada y los líderes europeos están intentando dirigirnos, al mismo tiempo, hacia dos direcciones opuestas. Hay que elegir entre seguir anclados en un pasado carbonero y nuclear o apostar por las oportunidades de futuro que puede ofrecernos un sistema energético robusto basado en la eficiencia energética, las renovables, las redes de distribución inteligentes y el empleo verde”, ha concluido Vila, en un comunicado de Greenpeace.

“Es positivo que la Unión Europea (UE) esté dispuesta a pagar por su responsabilidad como segunda emisora mundial de CO2 pero no es suficiente para que las negociaciones climáticas internacionales avancen. Los países en desarrollo van a pensarlo dos veces antes de comprometerse a adoptar medidas para salvar el clima si los países ricos no ponen cifras concretas sobre la mesa”, ha declarado Aída Vila, responsable de la campaña de Cambio Climático y Energía de Greenpeace.

La cumbre de primavera de la UE ha apoyado un nuevo esquema financiero internacional para obtener los fondos necesarios para la lucha contra el cambio climático en los países en desarrollo. Estos fondos deben ser suficientes para cubrir las necesidades en términos de inversión en energías limpias, protección de los bosques y adaptación a aquellos impactos que ya son inevitables, pero, al no hacerse referencia a cifras concretas, es difícil valorar el grado de compromiso de la UE con estos tres objetivos.

Greenpeace insta a los gobiernos de la UE a dejar de perder un tiempo precioso y asegurarse de que en las futuras reuniones ministeriales bajo la presidencia checa se acuerde un plan concreto de apoyo financiero para la lucha en favor del clima en los países más pobres. La organización espera que este tema esté también en la agenda de la reunión del G20 que va a celebrarse en Londres a principios de abril y que las recomendaciones que de la misma se deriven impulsen las negociaciones climáticas internacionales.

“La UE sigue discutiendo de forma aislada sobre la crisis económica sin tener en cuenta la crisis climática en vez de mostrar su liderazgo climático luchando contra la crisis mediante inversiones verdes. El tiempo corre, sólo quedan nueve meses hasta la cumbre de Copenhague y recuperarnos de la crisis económica no servirá de nada si el cambio climático nos gana la partida”, ha añadido Vila.

Los líderes de la UE han reconocido la importancia de la eficiencia energética y de las renovables, así como de mejorar las infraestructuras para garantizar la seguridad del suministro, incluidas redes submarinas que posibiliten la integración de grandes cantidades de fuentes de energía renovable. Sin embargo, al mismo tiempo, la UE ha seguido dando rienda suelta a la confianza en fuentes energéticas tan sucias como el carbón o, para los países que lo estimen oportuno, las nucleares.

“Estamos en una encrucijada y los líderes europeos están intentando dirigirnos, al mismo tiempo, hacia dos direcciones opuestas. Hay que elegir entre seguir anclados en un pasado carbonero y nuclear o apostar por las oportunidades de futuro que puede ofrecernos un sistema energético robusto basado en la eficiencia energética, las renovables, las redes de distribución inteligentes y el empleo verde”, ha concluido Vila, en un comunicado de Greenpeace.