La prohibición no solo reducirá la demanda de petróleo, sino también las gasolineras, lo que aumentará el riesgo para las compañías que producen gas y lo venden directamente a los consumidores, como lo hace Shell. Los parlamentarios, alcaldes y el think tank Green Alliance han pedido que la fecha se traslade hasta 2030.

The Guardian le preguntó a van Beurden sobre sus puntos de vista sobre la aceleración del plan, a lo que él respondió: "Si lo presentaran, obviamente sería bienvenido". “Creo que el Reino Unido tendrá que ir a una velocidad mucho mayor que la velocidad que puede alcanzar el resto del mundo".

Agregó que, por necesidad, lugares como África y Asia tendrían que cambiar a vehículos de batería a un ritmo más lento, pero el Reino Unido podría administrar la aceleración de su plan. "El mundo funcionará a diferentes velocidades", dijo.

En cuanto a la justificación de su apoyo para adelantar la fecha de la prohibición, van Beurden señaló que tomar la decisión proporcionaría claridad y facilitaría a las empresas como Shell tomar decisiones de inversión, así como ayudar a cambiar las actitudes de los consumidores.

Una de las compañías de gas y petróleo más grandes del mundo, el grupo anglo-holandés ya ha comenzado a responder al aumento de vehículos eléctricos mediante la compra de firmas de infraestructura relacionadas e instalando puntos de carga en algunas de sus estaciones de servicio. Mientras tanto, también están mirando hacia opciones futuras, como los vehículos de con combustible de hidrógeno.

El CEO agregó que se necesitará mucho trabajo para reducir las emisiones del transporte, que ha superado a las de la energía como el sector con mayor huella de carbono en el Reino Unido. Hay más de 140,000 autos enchufables en el Reino Unido, y cerca del 2 por ciento de las ventas de automóviles nuevos son eléctricos. Van Beurden dijo que esto convertía a los autos eléctricos puros en una "pequeña proporción" de vehículos en la carretera.

Fuente: SustainableBrands