La experiencia de Sodimac en un “Proceso de Debida Diligencia” en Derechos Humanos

05.08.2019 | DDHH

Conversamos con Juan Carlos Corvalán, Gerente de Asuntos Legales y Sostenibilidad de Sodimac, sobre el Análisis de Debida Diligencia en Derechos Humanos que realizaron en 2018 para alinear su estrategia de sostenibilidad a las tendencias mundiales. Asimismo, Gabriela Rodríguez, consultor senior del Centro Vincular de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), describió la experiencia de trabajo que realizaron como equipo asesor de la empresa.


Sodimac realizó en 2018 un Proceso de Debida Diligencia en Derechos Humanos, de acuerdo con los Principios Rectores de Derechos Humanos y Empresas de la ONU. Para llevarlo adelante contaron con la asistencia técnica del Centro Vincular - PUCV, cuyo director Dante Pesce es presidente del Grupo de trabajo de la ONU sobre empresas y Derechos Humanos.
Participaron del proceso el Comité Ejecutivo de Sodimac, proveedores, trabajadores, empresas contratistas y dirigentes sindicales de Sodimac, e incluyó entrevistas y la revisión de cientos de documentos.

En conversación con Juan Carlos Corvalán de Sodimac visualizamos la complejidad de un Análisis de Debida Diligencia en Derechos Humanos y su contribución a la gestión corporativa.

¿Cuáles son las razones por las que una empresa debería realizar un Análisis de Debida Diligencia en Derechos Humanos?

 “La sostenibilidad te exige mirar el núcleo de tu negocio de una mirada distinta. Si queremos garantizar la satisfacción de nuestras necesidades sin comprometer la satisfacción de las generaciones futuras es clave que las empresas tengamos la responsabilidad de dejar un planeta y una sociedad vivible. Eso requiere hacerse cargo de tus impactos sociales y ambientales, y la mejor forma de hacerse cargo es tener una mirada de debida diligencia.

La debida diligencia es en el fondo el proceso más importante de la gestión de sostenibilidad. Todas las actividades tienen impactos negativos sobre la sociedad, en las personas o en el medio ambiente. El criterio detrás de este concepto es anticiparse, gestionar preventivamente, estos impactos negativos, para reducir su alcance.

De hecho cuando se discutió el concepto de responsabilidad social en la ISO26000 se buscó pasar de acciones bonitas y solidarias, un concepto más cercano a la filantropía,  a un concepto de responsabilidad donde las empresas se hagan cargo de sus impactos. Todas las actividades de las empresas tienen que ver el impacto sobre las personas, desde sus empleados, clientes, proveedores, las comunidades, y todas esas personas tienen que ver con derechos. Entonces, la empresa tiene impacto sobre los derechos humanos, ya sean negativos o positivos. Lo importante del análisis de debida diligencia es que te permite adelantarte a las consecuencias negativas y gestionar preventivamente.

En Sodimac llegamos al convencimiento de que esto es parte de nuestra estrategia de sostenibilidad y que hoy día es parte de las demandas del mundo, de nuestros inversionistas por ejemplo. Comenzamos a escuchar las palabras de inversionistas como el CEO de Black Rock, el mayor fondo de inversiones del mundo, que indica que no invertirán más siguiendo sólo criterios económicos de corto plazo y llevarán las inversiones a empresas sostenibles. Esto no es tan ajeno a nuestro país, hace poco la Bolsa de Santiago y un grupo de inversionistas chilenos hicieron el toque de campana por la inversión responsable. Se trata de nuevas formas de evaluar y medir a las empresas. Esto son mensajes claros para el sector privado”.

                                                                                 Mapa de la cadena de valor de Sodimac

 ¿Cuál es el mayor cambio que debe realizar una empresa cuando analiza sus impactos en derechos humanos?

“La debida diligencia implica un cambio fundamental en la empresa, pasar de una típica matriz de riesgo a una matriz de riesgos de sostenibilidad. Es decir, no solamente miro el proceso, el producto, miro también a las personas.

En Sodimac, los temas y riesgos levantados en este proceso fueron integrados a la Gestión de Riesgos de la empresa, sumando una nueva mirada respecto a los impactos en las personas. Se trata de incorporar una lógica de prevención, que hace mucho sentido a los abogados, como yo”.

¿Por qué hace sentido este tema a los abogados?

“Hace sentido porque de hecho toda la graduación de las sanciones civiles y penales derivan en gran parte de si el resultado era previsible o no. Es decir, que si la empresa anticipó un posible impacto negativo y no hizo nada entonces la sanción es mayor que si el impacto era imprevisible. Todas las sanciones tienen que ver con la culpa, con probar si fuiste diligente o si fuiste doloso y quisiste causar el daño. Toda esta lógica, que para los abogados es parte de nuestra formación, está detrás del espíritu de la debida diligencia. Los abogados deben incorporar esta nueva luz del ejercicio de debida diligencia a su profesión. Por años los abogados nos encargamos de resolver los problemas de las empresas cuando ya sucedían. Hoy esta mirada es de prevención y de hacerse cargo de los impactos. Todos estos conceptos se están sumando a las universidades de derecho en todo el mundo. Yo percibo una tendencia a que este tema se vuelva clave para la profesión”.

                                                                            Encuentro anual de proveedores de Sodimac

 ¿Cuál es el mayor desafío que deben enfrentar las empresas que desean realizar un proceso de debida diligencia?

“Creo que el desafío más grande fue romper el hielo al principio, encontrar los vínculos de los derechos humanos con nuestro negocio, derribar los prejuicios sobre costos y esfuerzos necesarios. Todo parte por entender que los derechos humanos no tienen que ver sólo con un tema político, vinculado a la dictadura, con esa imagen dramática que América Latina conserva por su historia. La debida diligencia tiene que ver con cómo mejoramos nuestras organizaciones para avanzar a un desarrollo sostenible y cómo nos hacemos cargos de eventuales contingencias y riesgos. Esta es la nueva lógica de los derechos humanos.
Este es el mayor desafío”.

Gabriela Rodríguez, consultor senior del Centro Vincular- PUCV, coincidió con esta visión de los desafíos.  Durante la asistencia a Sodimac se percibió que el mayor desafío para las empresas “es lograr un entendimiento común del concepto de derechos humanos. Es decir, definir a qué nos estamos refiriendo cuando hablamos de empresas y derechos humanos. Todavía hay un contexto político que marca la definición y se muestra lejana al mundo empresario”.

Agregó que otro gran desafío es lograr vincular la gestión tradicional de riesgos con una nueva mirada de sostenibilidad y para ello es clave la convicción y compromiso de la empresa. Finalmente, destaca que un gran desafío es llegar a la cadena de valor para el análisis de debida diligencia y que comprendan los motivos de este análisis.

Gabriela Rodríguez describió el proceso de trabajo en el análisis de debida diligencia que llevó adelante con Sodimac. “Iniciamos con una determinación del alcance del proyecto y se estableció hacer el análisis de debida diligencia en todo Chile, considerando todas sus tiendas, centros de distribución y bodegas. En la primera parte del trabajo realizamos entrevistas de las que participaron el Comité Ejecutivo, proveedores, trabajadores, empresas contratistas y dirigentes sindicales de Sodimac”.

“Sodimac mostró un compromiso fuerte en este ejercicio, en primer lugar porque toda la gerencia y dirección estuvo alineada y le hizo mucho sentido trabajar en Derechos Humanos. En segundo lugar, se logró identificar riesgos e impactos en DD.HH. y empalmar con la matriz de riesgo tradicional de la compañía. Y finalmente, las gerencias tomaron el compromiso de gestionar estos riesgos como metas individuales. Es decir, cada riesgo tuvo un responsable de gestión”.

Rodríguez destacó importancia de este tipo de análisis para las empresas que están mirando preventivamente sus riesgos e impactos en DD.HH. pero destacó que las empresas todavía tienen “una mirada reactiva de los Derechos Humanos, inician la gestión cuando se ha disparado una crisis y no como una actitud preventiva”.

 

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