Polémica con el Foro de Davos y las Cuatro Grandes por nuevo marco de reporting

07.10.2020 | Reporte

La semana pasada el Foro de Davos hizo público un marco que propone un nuevo set de métricas para divulgar información ESG. El GRI respondió con firmeza poniendo en duda el valor que podría agregar esta nueva iniciativa. Otros voces expertas, cuestionaron el rol de las “Cuatro Grandes” auditoras detrás de la movida.


Las métricas fueron presentadas durante la 4ta. Cumbre de Inversión de Impacto Sostenible 2020, en donde el presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, destacó que “este es un momento único en la historia para predicar y hacer mensurable el capitalismo de los grupos de interés”. 

Davos busca responder con este kit de métricas al nuevo paradigma del “Capitalismo de los Grupos de Interés” (“stakeholder capitalism”) que se lanzó en el Foro en enero pasado.  La movida también está en línea con la Declaración de la organización "Business Roundtable” sobre el “Propósito de la Corporaciónes”, que también habla  del modelo del capitalismo de las partes interesadas.

El marco fue desarrolladas en colaboración con las auditoras Deloitte, EY, KPMG y PwC (“Las Cuatro Grandes”), dentro de un proceso de consulta abierta con empresas, inversores, emisores de normas, ONG y organizaciones internacionales, y aspiran, según ellos, a “proporcionar un conjunto común de divulgaciones existentes que conducir hacia un sistema global de informes corporativos coherente y completo”.

Diversos actores de lo que podría denominarse “el mundo de las sostenibilidad” se han manifestado en los últimos días con una mirada crítica a la iniciativa del Foro de Davos. 

El Global Reporting Iniative (GRI), por caso,  dio una “cautelosa bienvenida” al marco y destacó “que no va lo suficientemente lejos”. 

En un inusual comunicado el GRI agrega que “las métricas identificadas se basan en gran medida en los Estándares GRI. En total, 17 de 21 métricas hacen referencia a indicadores de GRI. Esto incluye todas las métricas de gobernanza y personas, el 50% de las métricas de Planeta y el 60% de las métricas de prosperidad”. 

La organización también advierte que esta duplicidad podría conllevar “una carga adicional de informes para la mayoría de las empresas”. 

Por otra parte, sí hace una valorización positiva de que el informe del Foro reconozca que “la divulgación a través del lente de la materialidad financiera por sí sola es insuficiente”. 

“En lugar de un ejercicio de "marcar casillas", las empresas deben identificar sus indicadores clave a través de una sólida evaluación de la materialidad de múltiples partes interesadas, como lo exigen los estándares GRI”, agrega la organización con sede en Amsterdam. 

En otro punto crítico del texto, el GRI cree que el marco propuesto por Davos no se compromete con una transparencia rigurosa en materia tributaria, al no incluir el “Estándar Fiscal GRI” completo y de ese modo “descuida la fuerte demanda social de que las empresas divulguen información fiscal país por país”. 

“No se confunda con los titulares recientes. Los Cuatro Grandes no han presentado ningún estándar de informes ESG. No pueden emitir normas para la presentación de informes porque no son un organismo de establecimiento de normas independiente, son empresas de consultoría”, escribió un corrosivo Carlos Tornero, Analista Senior de Responsible Investor

“En realidad, el libro blanco es esencialmente un cóctel de métricas tomadas del arduo trabajo de otras iniciativas”, azuzó Tornero.

“En cuanto a reformar el capitalismo, me temo que los Cuatro Grandes no son los mejores embajadores para eso. Se encuentran entre las pocas empresas que pueden permitirse el lujo de enviar a su personal en comisión de servicio a cualquier lugar, incluidas las oficinas de los políticos; no importa su historial plagado de escándalos, conflictos de intereses o puertas giratorias. Su supervivencia es testimonio de los oligopolios que no dejan respirar al capitalismo. Y podemos hablar de permitir la evasión fiscal en otro momento”, golpeó Tornero, con inusitada dureza. 

¿Por qué ´demonios´ pensaron los contadores que necesitaban crear otro marco más? Como he dicho varias veces, no necesitamos nuevos marcos, necesitamos una implementación consistente de los marcos existentes”, espetó, a su turno,  la consultora en RSE, Elaine Cohen. 

Cohen realizó en su influyente blog un análisis crítico muy minucioso del alcance y la validez de las métricas propuestas por Davos. Allí coincide con el GRI en señalar el retroceso que implicaría que las empresas dejen de hacer ejercicios de materialidad, para volver a reportar sobre estándares comunes supuestamente “objetivos”. 

Desde el mundo académico, la propuestas también ha recibido diversas críticas. En primer lugar, la de haber dejado afuera del proceso al sector de las universidades y los académicos. 

“Esto que propone no es suficiente para maximizar el valor para las partes interesadas, y mucho menos llevar a las empresas por el camino de contribuir al desarrollo sostenible. Se menciona la importancia de los ODS y los símbolos de los ODS están esparcidos por el papel, lo que induce al lector desinformado a pensar que el objetivo es salvar el planeta y su gente. La "creación de valor sostenible" no es desarrollo sostenible”, atizó Carol Adams, académica de la Durham University Business School.

Adams cree que de esta forma las “Cuatro Grandes” buscan dar una respuesta a las críticas por no proporcionar una oferta de verificación que sea accesible y que cubra los procesos que se encuentran detrás de un informe de sostenibilidad.

Pero Adams también señala que los indicadores básicos y ampliados de este nuevo paradigma se extraen principalmente de los Estándares GRI. y se pregunta: “¿Cuántos fondos están proporcionando las ´Cuatro Grandes´ para el desarrollo de los Estándares GRI? ¿Cuántos fondos están proporcionando para la investigación académica independiente para informar el desarrollo posterior de estándares y marcos? ¿Cómo se compara ese financiamiento con los recursos invertidos en el desarrollo y el marketing de este informe y con los ingresos que obtienen los “Cuatro Grandes” del trabajo relacionado con informes de sostenibilidad de sus clientes? 

El mundo de la contabilidad y la auditoría siempre miró con suspicacia el advenimiento del reporting de información no financiera en el mundo empresarial, que trajo aparejado el boom de la RSE y la sostenibilidad en los últimos veinticinco años. Hasta entonces, el universo de “los balances” empresariales había sido  su protestad exclusiva. En la víspera de que la Unión Europea debata si vuelve o no obligatorio la auditoría de la información ESG que divulguen las empresas, esta movida no puede si no entenderse como otro capítulo del intento del mundo de la auditoría por tener un rol más destacado en el escenario que viene. 

 


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