Terminó la COP25 en Madrid con demoras y sabor amargo

16.12.2019 | COP25 Chile

Cobertura: María Julia Arana

La COP25 en Madrid ha finalizado este domingo 15 a la mañana, cuarenta horas después del horario de cierre estipulado. Se cuestionaron los escasos resultados logrados para responder a la demanda de ambición climática que reclaman urgentemente la ciencia y la sociedad civil para evitar una catástrofe climática. En este artículo resumimos los acuerdos logrados y los postergados para el año 2020.


En estas últimas dos semanas, se ha puesto en juego en la COP25 en Madrid la integridad del Libro de Reglas que reglamentará el Acuerdo de París con el fin de limitar que la temperatura ascienda más de 1.5°C. Los resultados de una de las cumbres más larga de la historia de las COP fueron explicados por el Secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, unas horas después del cierre a través de su Twitter: “Estoy decepcionado con los resultados de la COP25. La comunidad internacional ha perdido una oportunidad importante de mostrar una mayor ambición en mitigación, adaptación y finanzas para afrontar la crisis climática. Pero no nos daremos por vencidos. Y yo no me daré por vencido”.

Esta opinión fue compartida por ministra para la Transición Ecológica de España Teresa Ribera, que indicó que el resultado de la COP25 en Madrid “deja un sabor de boca agridulce”.

Las discusiones que la comunidad internacional ha llevado adelante han mostrado retrocesos del multilateralismo con roces entre los delegados de América Latina. La inauguración de la cumbre estuvo marcada por el reclamo de Argentina, junto a otros países latinoamericanos, por la gestión de la presidencia de Carolina Schmidt, quien abrió la posibilidad a los países africanos a que presentaran sus demandas de “circunstancias especiales”, que implica una exigencia de más apoyo internacional y ayuda financiera.



Postergaciones para 2020

Un giro de la primera semana de la cumbre fue la decisión de postergar las discusiones en materia de Transparencia para 2020. El mecanismo de transparencia del Acuerdo de París, que regula la información sobre reducción de emisiones y fondos climáticos, se postergó para la próxima reunión intermedia, por la presión de China. El artículo de este mecanismo relacionado al reporte de emisiones- y la discusión sobre si los países emergentes deben reportar o no- quedó suspendido hasta la próxima reunión en Bonn, Alemania, a mediados del año que viene.

La segunda semana estuvo marcada por la llegada de los líderes políticos, ministros de ambiente y cancilleres, que debían definir el curso de las negociaciones. Pero hasta el viernes por la noche no se lograban acuerdos y el texto final aún no estaba definido.

Los pedidos de las organizaciones sociales como WWF Chile y WWF España exigían que los países emisores se comprometan a demostrar su determinación de elevar en 2020 sus metas de reducción de emisiones para llegar a la COP26 con mayores datos de los avances y ambiciones.

Sin embargo, grandes emisores como China e India descartaron hacerlo próximamente. La Unión Europea fue la excepción y en la segunda semana de COP25 aprobó en Bruselas el compromiso de lograr la neutralidad carbono en 2050, pero el pacto no incluye a Polonia, uno de los países miembros más dependientes del carbón.

Por su parte, la próxima presidencia de la COP26 se comprometió a que la lucha contra el cambio climático será su "prioridad" en 2020, cuando reciba la cumbre en Glasgow (Escocia).

Artículo 6 de mercados de carbono se posterga para 2020

Uno de los puntos más polémicos de la COP25 fue el artículo 6 sobre mercados de carbono, carbono, un sistema de intercambio de emisiones entre países y empresas que podrá ser utilizado para cumplir las metas climáticas de los países. Se esperaba que los asunto de los Derechos Humanos, y en particular los derechos de los pueblos indígenas y de los defensores ambientales, quedaran resguardados en el texto final. Sin embargo, no se alcanzaron concesos en este artículo y quedó postergado para mediados de 2020.

Evitar la doble contabilidad

Los créditos de carbono se pueden utilizar tanto en el cumplimiento de las metas climáticas de los países o contribuciones determinadas a nivel nacional (NDC) como en un mercado privado, como por ejemplo el Esquema de compensación y reducción de emisiones que propone la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI)  y que es conocido como CORSIA. La discusión sobre este artículo pasa por evitar la doble contabilidad.

Esto, por ejemplo, significaría evitar que dos países- o un país y una aerolínea- reclamen la misma reducción de emisiones hacia sus respectivos objetivos climáticos. Esto implicaría que esa tonelada de emisiones que se eliminó se cuente a favor de dos países, y no uno solo como debería ser” indicó en una entrevista Brad Schallert, subdirector de cooperación climática internacional del WWF USA y miembro de CORSIA.

En este punto estuvieron enfocados los negociadores en las últimas horas del sábado cuando aun no se definía la hora del Plenario donde se tomaría la decisión final. Los 195 gobiernos, más la Unión Europea, no pudieron ponerse de acuerdo sobre sus modalidades. Se mencionó que las economías emergentes de China e India propusieron proyectos que llevaban al “doble recuento” de créditos. Otros acusaron a la UE de bloquear el progreso con el fin de proteger su mercado interno de carbono.

El futuro de Kioto

Un segundo debate se daba en relación al mecanismo del Acuerdo de París y el futuro del Protocolo de Kioto (Articulo 6.4). El debate se centraba en las conocidas como unidades de reducción de emisiones en el Protocolo de Kioto. Con aquel pacto —que data de 1997 y será sustituido por el Acuerdo de París a partir de 2020— se creó el comercio de derechos de emisiones a través del intercambio de unidades entre países y entre empresas. Esas unidades hacen referencia a los ahorros de CO2 que determinados proyectos energéticos y sostenible logran y que se intercambian en un mercado de gobiernos y empresas.

La discusión pasaba por determinar si los créditos obtenidos durante el Protocolo de Kioto siguen teniendo vigencia en el nuevo mecanismo del Acuerdo de París. Un grupo de países, encabezados por Brasil, quieren que esas unidades puedan seguir empleándose para que los países cumplan sus compromisos a partir de 2020. Pero otros se oponían ya que podía reducir los esfuerzos de mitigación y porque no se ha podido garantizar la efectividad del Protocolo en los últimos años.

Sin embargo, esta discusión deberá volver a discutirse el próximo año. El texto final fue muy criticado por ser creado a través de un proceso que excluyó a los grupos de países vulnerables de las últimas negociaciones, a saber, América Latina y las islas del pacífico, entre otros.

La delegación de Costa Rica dijo en el plenario, en nombre de AILAC, que no avanzar con el artículo 6 “ha significado una falla”, pero mencionó que “han habido movimientos y cambio nunca antes visto y que esperamos que se mantengan en 2020”.

Perdidas y daños generados por el cambio climático

Se cuestionó la presión de la delegación de Estados Unidos para vetar la supervisión del mecanismo para lidiar con pérdidas y daños tanto por su órgano climático (CMNUCC) como por los países que han ratificado el acuerdo de París.

Estados Unidos pretendía que este mecanismo estuviera activo solo bajo el Acuerdo de París. De esta forma, la mayor economía del mundo no tendría que proporcionar dinero una vez que abandonara el acuerdo. En la sesión plenaria, el delegado de Nicaragua describió la acción de los Estados Unidos como un «crimen de lesa humanidad».

Avances en inclusión de género y océanos

Un resultado positivo de la COP25 fue la aprobación del Plan de Acción de Género (GAP, por sus siglas en inglés) que tendrá vigencia por 5 años. El texto, reconoce "con preocupación" que los efectos del cambio climático en hombres y mujeres "pueden diferir a menudo" debido "a las desigualdades de género históricas y actuales" y a otros factores que pueden ser más pronunciados "en los países en desarrollo y en las comunidades locales e indígenas". Relacionado con ello, el GAP incluye como medida "fortalecer" la evidencia de que las mujeres sufren consecuencias específicas. Otro avance fue la inclusión de la transición Justa de los trabajadores tanto en el texto de decisión como en el plan de acción de género. Además, se aprobó incluir el párrafo 30 y 31 sobre océanos y la consideración del último informe del IPCC.

¿Qué esperar para el 2020?

Las expectativas para el 2020 son altas, pero con mucha incertidumbre. La nueva COP que se realizará a fin de año en Glasgow (Escocia) debe cerrar el ciclo de negociaciones para que el Acuerdo de París entre en vigor finalmente.

La COP26 en Reino Unido tendrá que ocuparse de la agenda inacabada del 2019, y de manera más urgente en los mercados de carbono, la gestión del mecanismo de pérdidas y daños, la acción anterior al 2020 y el tema del financiamiento. Todo esto se deberá resolver en un contexto de alta incertidumbre política en el Reino Unido y el Brexit. En especial, porque tras la victoria electoral de Boris Johnson, Escocia informó estar evaluando separarse del Reino Unido.

Algunas opiniones de la sociedad civil

Jennifer Morgan de Greenpeace International dijo a la prensa: “Los gobiernos deben repensar completamente cómo están haciendo esta tarea, porque el resultado de la COP25 es totalmente inaceptable. Esta COP expuso el rol de los contaminadores en la política y la profunda desconfianza de los jóvenes en el gobierno, como bloqueadores del clima como el caso de Brasil y Arabia Saudita, habilitada por un liderazgo chileno irresponsablemente débil, que vendió acuerdos de carbono y arrasó con los científicos y la sociedad civil”.

El activista climático keniano Mohamad Adow para Climate Change News: “La presidencia chilena había convertido la "ambición" en un objetivo central de la cumbre. Pero el texto que redactaron carecía de un llamado claro para que los países elevaran su acción  en un marco de tiempo específico. En cambio, se remonta a una parte oscura del acuerdo alcanzado en París en 2015. Estos párrafos, que fueron redactados junto con el Acuerdo de París en el caldero de las conversaciones de 2015, son la única pieza del derecho internacional que rige el impulso de 2020 para una mayor acción. Pero no imponen ningún requisito legal a la mayoría de los países para avanzar en 2020, según los juristas climáticos. El resultado entonces es desastroso, y profundamente angustiante".

Rodrigo Catalán, Director de Conservación de WWF Chile: "Nos quedamos con mucha frustración. No Bastó las movilizaciones en Chile, en Madrid, y lo que dice la ciencia, para que los grandes emisores bloquearan las negociaciones. Esperábamos que se avanzara y que en 2020 tuviéramos un Acuerdo de París funcionando, pero deberemos esperar. Cada país deberá rendir cuentas. Nos queda mucho trabajo, mucho por avanzar y muy poco tiempo”.

Enrique Maurtua Konstantinidis, de FARN Argentina: “Fue una COP muy difícil, que no logró estar a la altura de la crisis climática. Además, fue la COP más larga de la historia. Terminó más de 40 horas después de la hora de término. La negociación se desarrolló en un marco desfavorable. La presidencia chilena cometió varios errores que llevaron a una vulnerabilidad que fue aprovechada por los países más grandes para retrasar o bloquear las negociaciones. La sociedad civil tuvo muchas dificultades. La convención y los países no lograron asegurar su participación”.

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